Una piensa (reconozco que soy un poco paleta) que si unos zapatos cuestan más de 400 euros (y ya eso me parece una burrada) no sólo tienen que ser preciosos, sino que tienen que ser lo más cómodo que una se haya puesto en su vida en sus pies. Así que cuando veía a Carrie Bradshaw (encarnada por la actriz Sarah Jessica Parker), en la serie Sexo en Nueva York con sus Manolos, pensaba que llevar uno de esos zapatos tenía que hacerte sentir como si caminaras sobre las nubes.

Pues bien, todo esto parece que no es así. Hoy me he enterado que en el desfile del colombiano Brian Reyes en la Semana de la Moda de Nueva York, las modelos tuvieron que acabar quitándose los Manolo Blahnik. Al parecer los altos tacones de los zapatos del diseñador español provocaron ayer más de un tropiezo a las modelos y como gesto de solidaridad todas las chicas al final del desfile se descalzaron.