Una de las cosas que me llamó la atención en Nueva York fue ver a las ejecutivas todas trajeadas, mientras en sus pies llevaban chancletas o deportivas. Después, asomándose en sus bolsos se podían entrever los taconazos, que luego se pondrán una vez entren por la puerta de su oficina.

Esta imagen la vi por primera vez en la mítica película Armas de mujer (1998). Melanie Griffith lucía como nadie sus deportivas con su traje de chaqueta, que más tarde cambiaba por los tacones. La verdad es que es práctico y sobre todo cómodo, ¿verdad?

También despertaron mi interés las neoyorquinas que se creen Carrie Bradshaw. Parecía que estuviera viviendo en persona una escena de la serie Sexo en Nueva York cuando al cruzar una calle me encontré con una chica rubia, perfectamente peinada y maquillada, con un modelazo, con unos zapatos de esos que sólo unas pocas pueden pagar y con una bolsa de… ¿no lo adivinas? Del ídolo de Carrie: Manolo Blahnik.