Como ya os he contado en mi viaje a Estados Unidos me acompañaban mi marido y mi hija. Al planear el viaje nos hablaron de una tienda de muñecas a la que debíamos de llevar a la peque (tiene 6 años), ya que le iba a encantar. En cuanto le hablamos de ella, la niña estaba deseando verla.

Pues bien, ya en Nueva York nos dispusimos a ir a ver el Empire State Building, pero antes nos pasamos por esta megatienda de muñecas.

Yo estaba alucinada y mi hija flipada. Ante nosotras había cuatro plantas dedicadas a la muñequita en cuestión, la American Girl.

En la primera planta, nada más entrar, las niñas se topan con una vitrina en la que hay cerca de 30 muñecas entre las que elegir la que más se parezca a ellas. Pero lo que ya me dejó muerta fue ver la peluquería (en la foto), con sillitas evocando a las de las peluquerías de antaño y las peluqueras dispuestas a peinar o cortar el pelo a tu muñeca por nada más y nada menos que 20 dólares.

La American Girl es toda una saca cuartos y no sólo por el dinero que cuesta mantenerla hermosa. La muñeca cuesta 90 dólares (unos 60 euros) y además tiene toda una colección de ropa para que ella y la niña vistan iguales.

Sigo describiendo la tienda. En la segunda planta está el hospital, en el que las pequeñas pueden ingresar a su compañera de juegos si sufre algún percance.

En el siguiente piso está una especie de museo con todos los personajes que ha ‘interpretado’ American Girl a lo largo de la historia. A mí me gustó mucho las muñecas vestidas como las niñas de la mítica serie sobre la familia Brady, eran totales.

La última planta tampoco tiene desperdicio. Aquí hay modelitos entre los que elegir para ir igual que la muñeca y una cafetería para que las niñas se tomen un refresco con su amiga.

Como os imaginaréis nos fuimos de la tienda con una American Girl bajo el brazo. Caímos en el consumismo yankee más puro, pero mi hija está encantada y eso al final es lo importante.