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Quién fue… William Angus: futbolista y héroe de guerra

angus1El personaje de este viernes no está aquí tanto por deportista como por un acto que cometió. De hecho, su carrera futbolística no fue nada del otro mundo, más bien muy discreta, pero su nombre es inmortal por haber demostrado una valentía fuera de toda duda. Os traigo la historia de William Angus.

William Angus nació el 28 de febrero de 1888 en Armadale, Escocia. Nada más teminar el colegio empezó a trabajar como minero pero pronto pudo dejar ese empleo para ser futbolista profesional, nada menos que en el Celtic de Glasgow. En el equipo verdiblanco estuvo entre 1912 y 1914, si bien fueron pocas las ocasiones en las que formó parte del equipo titular.

En 1914 fichó por el Wisham Athletic, pero apenas si pudo debutar. Estalló la Primera Guerra Mundial y fue movilizado. Pasó a formar parte del 8º Batallón de Infantería Ligera Highland y fue enviado al frente occidental.

La noche del 11 al 12 de junio de 1915, William Angus y sus compañeros se encontraban en Givenchy-lès-la-Bassée, localidad francesa cerca de la frontera con Bélgica. Su compañía estaba apostada en una trinchera en las afueras del pueblo, a escasos 65 metros de las líneas alemanas. Los británicos decidieron lanzar un ataque para hacer retroceder a los alemanes, pero éstos adivinaron sus intenciones y detonaron una mina que abrió un enorme cráter. Los encargados del ataque tuvieron que volver a la trinchera.angus3

Cuando se hizo el recuento, se dieron cuenta de que faltaba el teniente James Martin. Este Martin era de Carluke, la localidad escocesa en la que William Angus se crió. Ambos fueron al colegio juntos y se conocían desde niños. Cuando amanecía aquel 12 de junio, los soldados escoceses vieron el cuerpo de James Martin entre su trinchera y la enemiga, aún vivo, pues aunque estaba tumbado, se movía. El cabo Angus se ofreció a acudir a rescatarlo, pero sus superiores se lo prohibieron. Angus explicó entonces que el teniente Martin era de su pueblo y lo conocía desde la infancia. Sus peticiones fueron rechazadas hasta que el brigradier general Lawford, al mando, llegó al lugar donde estaban y autorizó la misión. Lawford advirtió a Angus: hacía frente a una muerte casi segura. El joven futbolista respondió que poco importaba si era ese día u otro.

A Angus le ataron una cuerda a la cintura, para poder tirar de él y rescatarlo si moría o era herido gravemente. Arrastrándose por el suelo, pudo llegar sin ser visto hasta la posición del teniente Martin. Lo primero que hizo fue quitarse la cuerda y atársela al propio Martin. Le dio de beber brandy y se preparó para incorporarlo y regresar a la trinchera. Cuando se irguieron, los alemanes se dieron cuenta y comenzó un bombardeo sobre la posición de ambos escoceses, que cayeron varias veces al suelo. Cuando estaban cerca de la posición de su regimiento, Angus hizo señales para que tiraran de la cuerda y rescataran a Martin, lo que ocurrió satisfactoriamente. Pero a Angus le quedaban aún varios metros que recorrer, bajo intenso fuego enemigo. Finalmente, llegó a su trinchera y, gravemente herido, se desmayó.

Ya en el hospital de Boulogne-sur-mer se comprobó que el cabo William Angus sufría más de 40 heridas de bala y de metralla, que había perdido el ojo izquierdo y parte del pie derecho. Logró sobrevivir, tras dos meses en el hospital y antes de ser eviado a casa, supo que le concedían la Cruz Victoria, la más alta condecoración que se entrega en Gran Bretaña a soldados que hayan desempeñado con especial valor en combate.angus2

Una vez en Londres, el 30 de agosto de 1915, el rey Jorge V le entregó en el Palacio de Buckingham la Cruz Victoria, siendo el primer escocés en conseguirlo. El monarca, impresionado por la hazaña de Angus, insistió en que el padre del exfutbolista acompañara a su hijo en el momento de la entrega de la condecoración.

De vuelta en Escocia, fue nombrado presidente del Carluke Rovers FC, el club de su pueblo, ocupando el cargo hasta su muerte, el 14 de junio de 1959, a los 71 años de edad. Curiosamente, dos días después del aniversario de su hazaña.

Supongo que os interesará saber que todos los 12 de junio tras los sucesos de Givenchy, el teniente James Martin enviaba a William Angus con un mensaje: «Felicidades en el día 12». Incluso tras la muerte de Martin, siguió recibiéndolo, ya que el hermano del teniente siguió con la tradición. El último de los telegramas lo recibió Angus en su lecho de muerte, ya en el hospital.

Su medalla está en el Museo Nacional de la Guerra de Escocia, en el Castillo de Edimburgo, mientras que los restos de William Angus reposan en el cementerio de Wilton, en Carluke.

Que paséis un buen fin de semana.

Quién fue William Webb Ellis, la historia del hombre que inventó el rugby… sin saberlo

Como sabréis, se está disputando el torneo VI Naciones de rugby, el más importante del hemisferio norte. Precisamente por eso os traigo la curiosa historia de la creación de este deporte y la de su supuesto inventor: William Webb Ellis. Nació en Salford, Inglaterra (otras fuentes sitúan su lugar de nacimiento en Manchester) el 24 de noviembre de 1806. Era el hijo de James Ellis y Anne Webb. James Ellis era un oficial del ejército inglés que falleció en Extremadura, en concreto en Badajoz, en la batalla de Albuera (1812), uno de los choques de la Guerra Peninsular, que enfrentó a España, Portugal e Inglaterra contra la Francia napoleónica. El caso es que la viuda de Ellis se instaló, junto a sus dos hijos (el pequeño era William) en la ciudad de Rugby, Warwickshire, en el centro de Inglaterra. La idea era que al establecerse allí, los chicos Ellis pudieran ir al Rugby School, uno de los colegios más prestigiosos del país, que ofrecía facilidades de acceso para niños locales.

William entró en el Rugby School en 1816. Al parecer, era un buen estudiante y un buen jugador de cricket, aunque existen reportes en los que se dice que era algo tramposo a la hora de jugar al fútbol. Precisamente esa historia marca la base de todo lo demás, que enseguida os cuento. William abandonó Rugby en 1824 e ingresó en la Universidad de Oxford, donde siguió jugando al cricket e incluso llegó a defender los colores de la Universidad en un partido ante Cambridge. En 1831 acabó sus estudios y se ordenó pastor evangelista. Se convirtió en el rector de un par de iglesias en Londres y en Essex. En 1857, su nombre se hizo famoso cuando hizo una polémica homilía sobre la Guerra de Crimea. Un periódico llamado Illustrated London News publicó un grabado con su retrato. Es la única imagen que se tiene de él y es, obviamente, la imagen que ilustra este artículo. Poco se sabe de él después. Sí se conoce que se trasladó a Francia y que el 24 de enero de 1872 falleció en Menton, un pueblecito a orillas del Mediterráneo, cerca de Niza, en ese maravilloso rincón del planeta que es la Riviera Francesa.

Su nombre habría permanecido en el anonimato de no ser porque en octubre de 1876 (cuatro años después de la muerte de Webb Ellis), un antiguo alumno del Rugby School llamado Matthew Bloxam escribió una carta a The Meteor, el periódico del colegio, en la que explicaba que un ex alumno llamado William Webb Ellis, a finales del año 1823 y en pleno partido de fútbol, agarró el balón con las manos y corrió con él, dando origen al deporte conocido como rugby. Dos años después escribió una segunda carta en la que explicaba algo más profundamente esta historia. Decía que en el fútbol en aquella época se podía coger el balón con las manos, pero sólo para patearlo. Es decir, que no se podía correr con él. Bloxam, que no dio a conocer las fuentes de las que sacó su historia, aseguraba que no sabe qué pasó después de que Webb Ellis cogiera el balón con las manos ni cómo se adoptó esa jugada como nueva regla.WWEplaque_700

El caso es que esta historia cuajó, y en 1895, el Rugby School estrenó una placa en la que dice:

Esta piedra conmemora la proeza de William Webb Ellis, que con indiferencia hacia las reglas del fútbol jugado en su tiempo, tomó la pelota en sus manos y corrió con ella, originando así el rasgo distintivo del juego del rugby.

No cabe duda de que es una historia interesante, pero al parecer, es totalmente falsa. Y os lo explico.

En primer lugar, hay que tener en cuenta de que en el siglo XIX, cada colegio jugaba al fútbol como le daba la gana. Cada uno tenía sus propias reglas, Eton las suyas, Harrow otras, Rugby también… y no sólo eso, sino que cada año o incluso en cada partido, esas reglas cambiaban, conformando una mélange de fútbol y rugby que no se resolvió hasta que se formaron la FA y la RFU, las federaciones inglesas de ambos deportes.

Resulta asimismo soprendente comprobar cómo se aceptó la teoría de que fue William Webb Ellis el que creó el deporte, cuando una asociación de antiguos alumnos (la Old Rugbeian Sociey) inició una investigación para establecer la veracidad de la historia que publicó Matthew Bloxam. La investigación concluyó que fue imposible encontrar «evidencias de primera mano de que así ocurriera». Esta investigación se puso en contacto con antiguos alumnos que estaban en Rugby en la época de la supuesta hazaña, que aseguraban que nunca habían oído hablar de ese hecho. En efecto, es raro, cuando menos, que no se sepa qué pasó exactamente después de que Webb Ellis agarrara al balón con las manos.

Por otro lado, hay que decir que William Webb Ellis ni siquiera fue el primero que corrió con el balón en las manos. Ya desde la época de los romanos y en la Edad Media se jugaban deportes similares. De hecho, existía un deporte en Irlanda llamado caid (que hoy se considera padre del fútbol gaélico) que era muy similar al actual rugby. Se decía que Webb Ellis lo conoció cuando su padre estuvo destinado en Irlanda. Parece, por tanto, algo descabellado concederle a aquel joven todo el mérito de la invención de este deporte.

Hay dos estudiosos que arrojan algo de luz acerca de cómo se pudo pergeñar toda esta historia. Al parecer, en 1895 se produjo la división entre el rugby unión (el más famoso) y el rugby liga (una modalidad que promovía el profesionalismo desde su inicio). Según estos investigadores, llamados Dunning y Sheard, la historia de Webb Ellis fue un intento del colegio de controlar un deporte que ellos habían codificado y que, al parecer, se les estaba escapando de las manos.

Sea como fuere, y a pesar de las fuertes evidencias de que todo es una historia sin fundamento, es comúnmente aceptado que el rugby nació de las manos, y nunca mejor dicho, de William Webb Ellis. No en vano, la Copa del Mundo de plata dorada recibe el nombre de William Webb Ellis Cup. Además, desde 1997, en la ciudad de Rugby hay una estatua de bronce dedicada a nuestro protagonista de hoy.webbellisgrave

Como conclusión, os diré que en 1959 fue descubierta, de manera casi casual, la tumba de Webb Ellis en la citada localidad de Menton, en un cementerio con bellas vistas al Mediterráneo (podéis ver una fotografía del lugar junto a estas líneas). La lápida es mantenida en la actualidad por la Federación Francesa de Rugby y recibe visitas de los aficionados como tributo a un tipo que quizá nunca jugó al rugby y seguramente nunca lo supo, pero que está considerado como el padre de la criatura.