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Quién fue… el Colourful XI: la olvidada tragedia de los 15 futbolistas que murieron en un accidente aéreo en 1989

Cuerpos sin vida de las víctimas del accidente (YOUTUBE).

Todos tenemos reciente la tragedia del Chapecoense, el equipo brasileño que sufrió un accidente aéreo en noviembre de 2016 y en el que perdieron la vida 71 personas, entre ellos 22 jugadores. Pero por desgracia no fue la primera. Además de algunas muy famosas como la tragedia del Manchester United o la del Torino, hay otras menos conocidas, como la que os traigo hoy: la tragedia del Colourful XI.

El Colourful XI era un equipo formado a finales de los 80 por iniciativa de Sonny Hasnoe, un trabajador social de Ámsterdam que tenía como objetivo ayudar a niños de los barrios pobres de la capital neerlandesa, en su mayoría de familias originarias de Surinam, a salir de los peligros de su situación a través del fútbol. El Colourful XI era una especie de combinado de jugadores profesionales de origen surinamés, que se mostraban como ejemplo para los niños. Hasnoe organizó un partido amistoso entre el Colourful XI en Surinam, en junio de 1989.

En un principio, iban a acudir estrellas como Ruud Gullit, Frank Rijkaard, Brian Roy, Aron Winter o Stanley Menzo, pero la KNVB, la federación neerlandesa, no dio permiso. Tampoco equipos como el Milan, donde jugaban Gullit y Rijkaard. Menzo, portero del Ajax, se saltó la prohibición, pero viajó por su cuenta a Paramaribo. Así las cosas, acudieron jugadores de origen surinamés, pero de perfil más bajo. Aun así, había futbolistas del Ajax, del Volendam, del Heracles Almelo, del NAC Breda, del Willem II, del Twente o del Haarlem. Cogieron el vuelo 764 de Surinam Airways entre el aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, y el de Zanderij en Paramaribo, Surinam. Era el 7 de junio de 1989.

Un avión como este fue con el que se produjo el accidente (WIKIPEDIA).

El avión era un McDonnell Douglas de 20 años de antigüedad. El piloto era el estadounidense Will Rogers, que tenía 66 años de edad. El tiempo no era bueno. 20 minutos antes del aterrizaje, el avión recibió un aviso meteorológico. La niebla era densa y la visibilidad, de 900 metros. A pesar de que no habían recibido más avisos, Rogers decidió poner en marca el ILS, un sistema de aterrizaje que se usa para maniobrar con mal tiempo. El problema es que el ILS les dio información errónea a los tripulantes de cabina. Una alarma de altitud saltó, pero Rogers y el copiloto siguieron fiándose del ILS. Fue un error fatal. Una de las alas del avión chocó contra un árbol, que no habían visto a causa de la niebla. Poco después, el otro ala hizo lo mismo. Todos los pasajeros, que dormían, se despertaron alarmados. Apenas segundos después, el avión chocó contra el suelo. Había 187 personas a bordo del avión. Murieron 178.

Quince futbolistas del Colourful XI murieron: Ruud Degenaar, de 25 años, jugador del Heracles Almelo; Lloyd Doesburg, 29, del Ajax; Steve van Dorpel, 23, del Volendam; Wendel Fräser, 22, del Roosendaal; Frits Goodings, 25, del Wageningen; Jerry Haatrecht, 25, del Neerlandia; Virgall Joemankhan, 20, del Círculo Brujas belga; Andro Knel, 21, del NAC Breda; Ruben Kogeldans, 22, del Willem II; Ortwin Linger, 21, del Haarlem (murió tres días después del impacto, en el hospital); Fred Patrick, 23, del Zwolle; Andy Scharmin, 21, del FC Twente; Elfried Veldman, 23, del De Graafschap; Florian Vijent, 27, del Telstar; y Nick Stienstra, 33, del RC Heemstede (era el entrenador).

Tres futbolistas sobrevivieron: Sigi Lens, 25, del Fortuna Sittard, que nunca pudo volver a jugar al fútbol a causa de una fractura de pelvis que se complicó. También sobrevivió Edu Nandlal, 25, del Vitesse. Sufrió una rotura parcial de la columna y consiguió volver a caminar, pero con una cojera irreversible, y por último, Radjin de Haan, de 19 años, que jugaba en el Telstar y que es el único que pudo volver a jugar al fútbol, pero con escaso resultado, debido a las secuelas de una fractura vertebral.

Gullit y Rijkaard, en el funeral por las víctimas (YOUTUBE).

Edu Nandlal sobrevivió por dos motivos. Primero, porque le cambió el sitio a Jerry Haatrecht. Curiosamente, Jerry tampoco debía de estar en ese vuelo. Acudió para sustituir a su hermano Winnie, al que su club, el Heerenveen, no había dado permiso para viajar. Jerry era más alto que Nandlal, y como aquel quería dormir durante el vuelo, Edu le cedió su sitio, junto a la salida de emergencia, porque tenía más sitio para estirar las piernas. El otro motivo por el que se salvó fue porque en el momento del impacto, Nandlal no tenía el cinturón puesto. Fue hallado por los servicios de emergencia una hora y media después del choque, junto a la cabina, pese a que su asiento estaba en la mitad del avión. A Nandlal, curiosamente, lo rescató un joven que había ido al colegio con él cuando ambos eran niños.

Nandlal tiene otra historia curiosa y trágica. Tras ser ojeador del Utrecht durante algunos años, acabó creando una empresa de limpieza en Holanda. Formó una familia y tuvo un hijo, Riva. Desgraciadamente, cuando el pequeño tenía 5 años de edad, le diagnosticaron un raro tipo de tumor cerebral. El día que recibió la noticia era 7 de junio, como el día del accidente. El pequeño murió en abril de 2002.

Volviendo al accidente, la investigación reveló que el piloto no debía haber volado. La normativa de Surinam no permite a pilotos de más de 60 años ponerse a los mandos de un avión, pero como hemos visto, Will Rogers tenía 66. Y lo peor: poco antes había sido suspendido por haber aterrizado en un vuelo en la pista equivocada. Rogers falseó su documentación para poder seguir pilotando. Estas irregularidades, sus fallos y el mal tiempo fueron determinantes.

En el funeral intervinieron Ruud Gullit y Frank Rijkaard. Actualmente, hay un memorial dedicado a las víctimas en Paramaribo. También hay una escultura conmemorativa en Ámsterdam. Hoy en día, aquel accidente sigue siendo el más grave de la historia de Surinam.

Os dejo un vídeo con imágenes del accidente:

Hasta el miércoles.