Kielholz, en un cromo de la época (WIKIPEDIA).
Para este día festivo, en el ecuador de agosto y ya para enfilar la última quincena del verano, vamos a hablar de un futbolista diferente, sobre todo por su aspecto, que hoy sería impensable. Es Leopold Kielholz.
Nacido en Basilea, Suiza, el 9 de junio de 1911, Kielholz empezó su carrera de futbolista en el Old Boys de su ciudad natal en 1927. Tras su paso por el Black Stars, también de la tercera ciudad más poblada de Suiza, en 1930 llega al FC Basel (el Basilea, vamos). Dos años después fichó por el Servette de Ginebra, donde consiguió las tres primeras ligas suizas. Luego estuvo un año en el Berna, otro en el Stade de Reims francés, otro en el Saint Gallen y los cinco últimos los pasó en el Juventus de Zúrich. Pero si por algo es conocido Leopold Kielholz, o ‘Poldi’, como lo llamaban, es por su paso por la selección… y por jugar con gafas.
Kielholz tenía una vista muy pobre y para él era imprescindible usar sus lentes en el terreno de juego. ‘Poldi’ le puso a sus monturas unos cristales de seguridad para poder jugar y ello no le impidió ser uno de los más destacados futbolistas suizos del primer tercio de siglo XX.
Y es que Leopold Kielholz era el delantero titular de la selección suiza que acudió a su primer Mundial, el de 1934 en Italia. En el primer partido de la historia de los helvéticos en la Copa del Mundo, ante Países Bajos, Leopold Kielholz marcó dos goles (el resultado final fue de 3-2 para Suiza). Su primer gol, en el minuto 7 de aquel partido disputado en San Siro, es el primero de la historia del fútbol suizo en los Mundiales. Unos días después, volvería a marcar, esta vez ante Checoslovaquia en Turín, pero Suiza perdió 3-2 y quedó eliminada.
En total, ‘Poldi’ jugó 17 partidos con su selección y marcó 12 goles. Tras su retiro, Kielholz fue seleccionador suizo en la década de los 50 en dos etapas. Falleció en Zúrich el 4 de junio de 1980, unos días antes de haber cumplido 69 años.
Que paséis un buen fin de semana. Los que volváis de vacaciones, como yo, que os sea leve. Los que os las cogéis ahora, a desconectar. Y a los que todavía os quedan… disfrutadlas.