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Qué es… el juego de pelota mesoamericano

Un jugador de Honduras calienta en el Mundial que se celebró en Guatemala en septiembre (EFE).

Vamos a cerrar esta semana con un deporte muy peculiar, porque es antiquísimo. A día de hoy es poco practicado y es más una exhibición casi arqueológica que otra cosa, pero creo que es interesante conocerlo un poco más de cerca. Es el juego de pelota mesoamericano.

En realidad, hay varios juegos de pelota conocidos en la zona que conocemos como Mesoamérica (no confundir con Centroamérica, que es una referencia geográfica y no incluiría a México, mientras que Mesoamérica es más una referencia cultural y sí incluye al país azteca -que es parte de Norteamérica-).

En general, podemos decir que se jugaba a juegos de pelota desde el año 1.400 antes de Cristo en el sur de México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y en zonas tan septentrionales como el estado de Arizona. No sólo se regían por el componente deportivo o competitivo, sino que también tenían carácter religioso e incluso se practicaba para dirimir litigios o conflictos entre tribus o caudillos locales.

Jugadores del equipo de El Salvador, en el reciente Mundial de Guatemala (EFE)

Normalmente se usaban caderas, codos y rodillas (en algunas modalidades, sólo las del lado derecho y en otras se usaban incluso palos o bates primitivos) para golpear una pelota de hule o caucho de hasta 4 kg de peso, que no podía tocar el suelo. Se practicaba en grandes terrenos de juego delimitados por dos paredes encaladas donde podía rebotar la pelota. En la versión más conocida, practicada por mayas y luego toltecas y aztecas, en esas paredes existían unos aros de piedra (colocados verticalmente, al contrario que en el baloncesto), de modo que al hacer pasar la pelota por ellos (en algunas versiones solo con tocarlo) se conseguían puntos.

Se enfrentaban dos equipos de dos o cuatro jugadores y cuando se trataba de partidos rituales, se podría producir un sacrificio humano después (no hay acuerdo si los sacrificados eran los derrotados o los vencedores). Hay crónicas españolas tras la Conquista que destacan lo mucho que botaba la pelota o incluso lo peligroso que podía resultar el deporte, pues por su peso podía provocar serias contusiones a los jugadores.

Como os decía, los campos (se han hallado los restos de cerca de 1.300, lo que da idea de la popularidad del juego) oscilaban en tamaños que iban de los 96 metros de largo por 30 de ancho del de Chichén Itza a los 16×5 del campo de Tikal. Las paredes encaladas solían estar inclinadas.

En la actualidad, existen torneos que recrean este juego ancestral. El pasado mes de septiembre se celebró en Guatemala la segunda Copa Mundial de Pelota Maya. También hay una versión llamada ulama, que se practica sobre todo en el estadio mexicano de Sinaloa, y en la que no hay aros, sino que se juega una especie de voleibol sin red y los jugadores pasan la pelota al campo rival con golpes de cadera.

Os dejo con una recreación de este deporte:

Hasta el miércoles.