Entradas etiquetadas como ‘karakorum’

Santuarios del deporte. El K2, la montaña que registra una muerte por cada cuatro ascensos exitosos

Cara norte del K2, desde la vertiente china (WIKIPEDIA).

De vez en cuando me gusta ampliar el abanico de disciplinas deportivas y me atrevo a hacer incursiones a los llamados deportes de aventura. En realidad, creo que un alpinista es tan deportista como un jugador de tenis, así que en realidad no tengo por qué excusarme.. Hace casi ya cinco años escribí sobre el Everest, la montaña más alta del planeta, así que ya va tocando hablar de la segunda, que además, es más peligrosa. Es el K2.

Nombre oficial: K2. En China, su nombre oficial es Qogir.

Ubicación: Cordillera del Karakórum, en la frontera entre Pakistán y China.

Más cosas: Con una altitud de 8.611 metros, el K2 es la segunda montaña más alta del mundo. Pese a ello, existe el consenso de que se trata la montaña más difícil de escalar de toda la Tierra. Hay un dato terrorífico: por cada cuatro alpinistas que alcanzan su cima, hay uno no regresa jamás.

Antes de hablaros de la historia de su escalada, os diré que el peculiar nombre de la montaña procede del Gran Proyecto de Geografía Trigonométrica, un proyecto impulsado por el Raj británico en la India, para cartografiar la zona. En el año 1856, el teniente coronel Thomas Montgomerie fue quien bautizó la montaña como K2. Aunque estos exploradores británicos solían optar por nombres locales, en el caso del K2 no era posible, porque estaba bastante aislado. Desde la cima del monte Haramukh, Motgomerie divisó dos picos prominentes en la cordillera del Karakórum. Los llamó K1 y K2 (la ‘K’ de Karakórum). El K1 es el Masherbrum, de 7.821 metros. El K2 se quedó con ese nombre. En la lengua local de la zona, el balti, se usa el término Chogori, aunque esta palabra significa ‘montaña grande’ y no parece que sea específico. De cualquier modo, es de donde procede el nombre oficial de la montaña en chino: Qogir.

El primer intento de alcanzar la cima data de 1902, en una expedición liderada por los británicos Oscar Eckenstein y Alesteir Crowley (sí, el escritor esotérico). Alcanzaron sólo 6.525 metros. En 1909, el ‘madrileño’ Luis Amadeo de Saboya (era italiano, pero nació en Madrid, durante el reinado de su padre, Amadeo I) lideró una expedición que alcanzó un risco a 6.666 metros, que desde entonces se llama Espolón de los Abruzzos (porque Luis Amadeo era el duque de los Abruzzos). Este punto marca la ruta más accesible y habitual para alcanzar la cima.

En 1938, una expedición estadounidense liderada por Charles Houston alcanzó los 8.000 metros, pero el mal tiempo frustró el ataque a la cima. Al año siguiente, otra expedición norteamericana casi lo logra. Se quedaron a 200 metros, y acabó en tragedia: cuatro alpinistas murieron en el intento.

Charles Houston regresó en 1953, pero se quedó atrapado con sus compañeros a 7.800 metros. Murió uno de ellos, Art Gilkey. No fue hasta el año siguiente cuando por fin un humano pudo hollar la cima del K2. Los ganadores fueron unos italianos, liderados por Ardito Desio, que no obstante no fue quien hizo cima. Las dos personas que lo lograron fueron Lino Lacedelli y Achille Compagnoni. Era el 31 de julio de 1954. En este logro fue clave la presencia de dos pakistaníes, Muhammad Ata-ullah y Amir Mehdi.

Achille Compagnoni, en la cima del K2 el 31 de julio de 1954 (WIKIPEDIA).


Tuvieron que pasar 23 años para que otro hombre alcanzara la cima. Fue el japonés Ichiro Yoshizawa, que lo logró el 9 de agosto de 1977. Junto a él estaba el local Ashraf Aman, que se convirtió en el primer pakistaní en hollar la cima del K2. Los americanos lograron alcanzar el objetivo un año después, con cinco alpinistas en su cima: James Whittaker, Louis Reichardt, Jim Wickwire, John Roskelley y Rick Ridgeway. El mérito de esta misión es que lo lograron por otra ruta, más difícil que la del Espolón de los Abruzzos. Ya en 1979, el italiano Reinhold Messner lideró el cuarto ascenso exitoso al K2.
En los 80 se popularizaron los intentos por alcanzar la cima. Es cuando surgen las primeras expediciones españolas (las dos primeras, una navarra y otra del equipo de Al filo de lo imposible, fracasaron en 1983) y cuando surgen también las grandes tragedias.

1986 fue un año importante en la historia del K2. José María Casimiro y Mari Abrego se convierten en los primeros españoles en hollar la cima. Antes, Wanda Rutkiewicz y Liliane Barrard se convirtieron en las primeras mujeres en conseguir la hazaña. Pero si por algo se recuerda aquel año es por la muerte de 13 alpinistas en diferentes expediciones: tres polacos, dos estadounidenses, dos británicos, dos franceses, dos austríacos, un italiano y un pakistaní. Una de las víctimas fue Liliane Barrard, muerta en el descenso tras lograr alcanzar la cima.

Otro año duro fue 1995, cuando la expedición aragonesa de Javier Escartín, Javier Olivar y Lorenzo Ortiz se saldó con la muerte de los tres alpinistas. No obstante, el alpinismo español tiene una gran relación con el K2. Por ejemplo, Juanito Oiarzabal es uno de los tres humanos que han logrado alcanzar la cima en dos ocasiones. Edurne Pasabán logró ascender en 2004, a costa de dos falanges en los dedos de sus pies, y además rompiendo una supuesta maldición: de las primeras seis mujeres que alcanzaron la cima, cinco murieron en el descenso o poco después. La guipuzcoana, como bien sabemos, vivió para contarlo. Otro español, Carlos Soria, logró un récord también en 2004: se convirtió, con 65 años, en la persona de más edad en alcanzar la cima.

En resumen, menos de 400 personas han logrado llegar a la cima del K2 (las que lo han hecho en el Everest superan las 2.000), y en esta cima, que entre los alpinistas se conoce como ‘La Montaña Salvaje’, se ha cobrado la vida de cerca de 90 personas. Es, de hecho, el único ochomil nunca ascendido en invierno.

Espero que os haya gustado el artículo. Hasta mañana.