La verdad es que era imperdonable no sacar esta camiseta. En este caso no se trata de una camiseta concreta (me refiero a una marca, un año o un modelo). Se trata más bien de un color y una situación repetida en el tiempo. Hablemos de la maglia fortunata (camiseta afortunada) del AC Milan, equipo que como he dicho varias veces, admiro muchísimo.
Como sabéis, la Associazione Calcio Milan, club fundado en 1899, juega desde siempre con camiseta roja y negra a listas verticales. Esta elección está basada en que el rojo simboliza la pasión y el ardor sobre el terreno de juego y el negro el miedo que el equipo lombardo inspira en los rivales. También desde siempre, la camiseta de recambio del Milan ha sido blanca. Desde que los equipos llevaban equipaciones sin marca hasta que los milanistas han sido vestidos por otras firmas (Adidas -que fue la primera y es la actual-, NR, Kappa o Lotto), esta máxima se ha seguido siempre. Pero el motivo por el que esta camiseta es famosa, popular, es por la mística que la rodea en finales de la Copa de Europa/Liga de Campeones. La camiseta blanca se llama, entre los milanistas, la maglia fortunata. Veamos por qué.
La primera vez que el Milan llegó a una final de Copa de Europa fue en 1958, en Bruselas, ante el Madrid. Vestidos con su camiseta primera, perdieron 3-2 ante el Madrid de Di Stéfano y Gento. Cinco años después, en Londres, el Milan alcanzó su segunda final. Liderados por José Altafini y Gianni Rivera, los lombardos se enfrentaban al Benfica de Eusebio. Los italianos iban de blanco y ganaron 2-1. Ahí comenzaba el mito.
Pero, en sentido estricto, no duró mucho, porque en 1969 el Milan regresó al máximo escenario continental, en el Bernabéu, y allí derrotó por 4-1 al Ajax de Cruyff vestido de rossonero. El siguiente pasito en esta curiosa leyenda se dio en el Nou Camp, en la final del 89. El Milan degli olandesi, que venía de endosarle 5 al Madrid de la Quinta del Buitre, aplastó al Steaua rumano por 4-0 (con dobletes de Gullit y Van Basten). Iban de blanco (en la foto de arriba, el once inicial de ese día: Maldini, Van Basten, Gullit, Ancelotti, Rijkaard, Galli, Baresi, Donadoni, Costacurta, Colombo y Tassotti). Al año siguiente, también de blanco, derrotaron al Benfica (1-0) en el Prater, repitiendo la historia de 1963. Estaba claro que las cosas con esa camiseta iban bien.
El mito creció mucho en 1993, cuando en la final de Munich el Olympique de Marsella de Desailly, Deschamps, Bokisc y Pelé derrotó a un Milan rossonero. Y el mito se desató cuando un año después, el Milan de blanco destrozó al Barça en Atenas, con goles de Savicevic (foto), Desailly y el incombustible Massaro.
Pero confiados en su suerte, la leyenda se rompió por primera vez cuando en 1995 el Ajax de Van Gaal y los Kluivert, Litmanen, Seedorf, Davids, los De Boer o Finidi derrotó al Milán de blanco en Viena por 1-0.
Tras esa fecha, el Milan ha jugado otras tres finales europeas, todas de blanco. Venció en las de 2003 (en Manchester a la Juventus en penalties) y en 2007 (en Atenas al Liverpool por 2-1) y perdió en la de 2005 (el mítico partido de Estambul que acabó 3-3 ante el Liverpool y dejó escapar en penaltis).
Sea como fuere, y a pesar de las experiencias de 1995 y 2005, el blanco en las finales de Copa de Europa para los milanistas es sinónimo de alegría.
PD: En otras competiciones, como la Intercontinental, la cosa no sigue un patrón. El Milan ha ganado unas cuantas de rojo y negro y la última, en 2007, la consiguió ante Boca de blanco.
Os dejo un vídeo con los goles de la final de la Copa de Europa del 89:
Mañana, más deporte.
Estoy, como imaginaréis, eufórico. Muy contento, muy satisfecho, emocionado. Doce años después, que se dice pronto, el Atlético de Madrid vuelve a la máxima competición europea, la Champions League. Lo que pase el año que viene ya se verá, pero al menos, queda la satisfacción de haberlo conseguido. Como el Atleti vuelve a la Liga de Campeones, os traigo a uno de los artífices de que así fuera en 1996. Es toda una institución rojiblanca. Es Milinko Pantic.