Entradas etiquetadas como ‘bangor’

Quién fue… Gerry Armstrong: nos amargó nuestro Mundial

Cromo de Armstrong con el Tottenham (PANINI).

Vamos a cerrar la semana con una de esas bestias negras que tienen todas las selecciones, y en este caso la española. Es el norirlandés Gerry Armstrong.

Gerard Joseph Armstrong nació en Belfast el 23 de mayo de 1954. Tras jugar en equipos locales como el Cromac Albion o el Bangor, Armstrong, delantero, cruzó el mar de Irlanda para fichar por el Tottenham londinense en 1975. Con los de White Hart Lane pasó cinco temporadas, tras las que firmó por el Watford.

Armstrong, que había debutado con la selección de Irlanda del Norte en 1976, junto a George Best, formó parte del equipo que acudió al Mundial de España, en 1982, llevando el 9 en la espalda. Irlanda del Norte quedó encuadrada en el grupo 5, con la selección local, con Yugoslavia y con Honduras.

Tras empatar a cero con Yugoslavia en su debut en La Romareda, Irlanda del Norte empató con Honduras, también en la capital zaragozana. El resultado fue de 1-1 y el gol norirlandés lo marcó Gerry Armstrong.

El 25 de junio España recibía a Irlanda del Norte en Mestalla (entonces Luis Casanova). El plan es que la selección nacional derrotara a los británicos y pasara a la siguiente fase como líder del grupo. Pero en una de las grandes sorpresas de la historia reciente de los mundiales, Irlanda del Norte derrotó a España gracias a un gol de Gerry Armstrong en el minuto 47. Pese a que los británicos jugaron media hora con un hombre menos por expulsión de Donaghy, España no fue capaz de dar la vuelta al marcador e Irlanda del Norte pasó como primera de grupo.

En aquel Mundial las cosas eran un poco diferentes, con una segunda fase de grupos. España fue encuadrada con Alemania e Inglaterra y tras perder y empatar con estas selecciones, quedó fuera de su propia Copa del Mundo, en la que las cosas se torcieron por culpa, en gran parte, de aquel gol de Gerry Armstrong en Valencia.

Por su parte, Irlanda del Norte quedó encuadrada con Austria y Francia. Empataron con los centroeuropeos 2-2, pero Francia los barrió 4-1. Eso sí, de nuevo Armstrong marcó el gol norirlandés.

Curiosamente, en 1983 Armstrong fichó por el Mallorca, y evidentemente, la afición española no lo había olvidado, por lo que solía recibir sonoras pitadas en los partidos visitantes de los bermellones. Armstrong marcó 10 goles aquel año y curiosamente marcó uno en el 2-2 que firmó el Mallorca en el Luis Casanova. El gol del norirlandés fue en la misma portería en la que anotó en el Mundial ante España.

El Mallorca descendió ese año, pero Armstrong se quedó un año más. Luego jugó en el West Bromwich Albion, en el Chesterfield, en el Brighton o en el Millwall, y siguió encadenando equipos ya de menor nivel hasta su retirada, en 1998 y con 44 años, en un club semiprofesional llamado Whitehawk.

Tras colgar las botas, fue entrenador y en dos etapas, en los 90 y en los 2000, fue asistente del seleccionador norirlandés. En la actualidad es comentarista para la televisión irlandesa y también comenta partidos de la Liga española para Sky. Curiosamente, tras retirarse compró una casa en Mallorca y llegó a regentar un restaurante en la isla.

Hasta el jueves.

Quién fue… Eamonn O'Keefe: el futbolista del que se enamoró un jeque saudí

Cromo de O’Keefe con el Everton (PANINI).

Vamos a cerrar la semana con una historia que conocí hace unos meses y que me sorprendió profundamente. Es la peripecia de Eamonn O’Keefe.

Eamonn Gerard O’Keefe nació en Manchester, Inglaterra, el 13 de octubre de 1953, en el seno de una familia de origen irlandés. Entró en las categorías inferiores del Manchester United, pero siendo un niño se fracturó una pierna y eso frenó su escalada. No obstante, se rehizo y finalmente logró convertirse en futbolista profesional tras pasar por algunos clubes menores. Debutó en el Plymouth Argyle en 1974, en la tercera categoría del fútbol inglés.

Su carrera, no obstante, estaba estancada. En 1975 se puso en contacto con él George Smith, un entrenador que lo tuvo cuando era joven. Smith estaba entrenando en el Al-Hilal de Arabia Saudí. El técnico le animó a que viajara a Oriente Medio a hacer una prueba con el equipo. Pagaban bien y podría ser una buena oportunidad para O’Keefe. El joven hizo la prueba y se quedó.

Lo alojaron en un hotel cinco estrellas, con barra libre de comida y bebida. Cuando firmó su contrato exigió un sueldo libre de impuestos, un coche, todos los vuelos a Gran Bretaña que pidiera, un colegio privado para sus hijos y una casa. El dueño del Al Hilal, el príncipe Abdulá bin Nasser bin Abdulaziz Al Saud (miembro de la familia real), aceptó la petición y se enroló en el equipo.

O’Keefe se hizo amigo del príncipe, que le invitaba a su casa y que le regaló un coche de la marca Pontiac. En sus primeras vacaciones en Inglaterra, el príncipe viajó hasta Londres y allí contactó con el jugador. Se lo llevó de compras. Luego le propuso viajar con él por Europa. En concreto por París, Cannes y Roma. A Eamonn le pareció divertido, ya que además iba a gastos pagados.

Portada del libro de O’Keefe (Eloquent Books).

Todo iba bien todo eran lujos, risas, buenas cenas… hasta que en un lujoso hotel de Cannes, estando O’Keefe y el príncipe Abdulá bin Nasser en el ascensor, éste se dirigió a él y le dijo: «Llevo tiempo queriendo contarte algo. Me estoy dando cuenta de que te amo«. «¿Cómo un hermano?», preguntó el futbolista. Bin Nasser no dejó dudas: «No. No como un hermano». O’Keefe lo rechazó.

Aunque Abdulá bin Nasser le dijo que la relación entre ambos volvería a ser la normal entre presidente y futbolista, en la práctica no fue así. La gira por Europa se acortó y regresaron a Arabia Saudí antes de lo previsto.

O’Keefe le contó a George Smith lo que había pasado y este no tardó en recomendarle que huyera del país. Sabía un secreto de un miembro de la familia real del país demasiado comprometedor y eso lo ponía en peligro. Su familia estaba en Reino Unido, pero tenía un problema: para salir de Arabia necesitaba la firma de Abdulá bin Nasser.

Le dijo al príncipe que tenía que volver a ver a su padre, que estaba enfermo (lo cual no era cierto). A regañadientes, Bin Nasser firmó su visa, y O’Keefe regresó a Inglaterra, aunque viajó con ropa para una semana, para que el presidente del club no sospechara nada.

Una vez en Gran Bretaña, O’Keefe inició los trámites para volver a jugar, pero necesitaba que el Al Hilal le liberara de su contrato. Contactaron con el país árabe, pero exigían una cantidad de dinero desorbitada. Gracias a la mediación de Jimmy Hill, que trabajaba para la Federación Saudí, se llegó a un acuerdo y O’Keefe quedó liberado.

Se había quedado arruinado, pero por suerte firmó un contrato con el Everton en 1979 y reanudó su carrera futbolística. En 1981 debutó con la selección de Irlanda, a la que llegó por ser el país de su padre, y jugó en equipos como el Wigan, el Port Vale o el Blackpool. Se retiró en 1991 en el Bangor City galés.

En la actualidad, O’Keefe tiene 65 años y vive cerca de su Manchester natal. Hace unos años escribió, animado por su mujer, su autobiografía, titulada Yo solo quería jugar al fútbol. De Abdulá bin Nasser se sabe poca cosa. Se cree que murió en 2007 y que tuvo tres esposas y siete hijos.

En este enlace podéis ver una foto del futbolista inglés y el príncipe. Creo que la mirada de éste es suficientemente gráfica.

Os dejo un vídeo en el que O’Keefe marca un hat-trick.

Permitidme que os recomienda también el reportaje de la BBC donde conocí la historia de O’Keefe.

Hasta el jueves.