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Quién fue… la increíble historia del equipo de aborígenes australianos de 1868

El equipo aborigen, en una foto tomada en Melbourne en 1866 (WIKIPEDIA).

El equipo aborigen, en una foto tomada en Melbourne en 1866 (WIKIPEDIA).

De vez en cuando, traigo al blog historias de ese deporte masivo pero desconocido que es el cricket. La de hoy creo que os va a gustar por su originalidad. Es la historia del equipo de aborígenes australianos que hizo un tour por Inglaterra en 1868.

Australia es una superpotencia del cricket, como supongo que sabréis. El deporte llegó con los colonizadores ingleses y arraigó pronto. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, empezaron a disputarse partidos entre colonos y aborígenes. Los nativos australianos se adaptaron muy bien al deporte por su fisionomía, por lo que en las grandes explotaciones ganaderas del joven país, en las que trabajaban blancos y aborígenes, se disputaban partidos amistosos. Así, dos personas, William Reginald Hayman y Tom Wills, decidieron formar un equipo de aborígenes.

Este equipo debutó el ‘Boxing Day’ (26 de diciembre) de 1866 en Melbourne, donde atrajeron a 8.000 espectadores. Se planeó un tour por Inglaterra, pero por problemas financieros no se pudo realizar. Así que no fue hasta 1868 cuando el jugador Charles Lawrence se convirtió en mánager y entrenador de los aborígenes y se pudo organizar la gira.

Estos son los nombres de aquellos aventureros: Unaarrimin, Bullchanach, Ballrin, Jungunjinanuke, Zellanach, Bripumyarrimin, Brimbunyah, Murrumgunarriman, Pripumuarraman, Grougarrong, Boninbarngeet, Arrahmunijarrimun y Jallachniurrimin. Algunos de ellos tenían nombres occidentalizados, como por ejemplo Unaarrimin, también conocido como Johhny Mullagh, que a la sazón era la estrella del equipo.

El equipo llegó a Inglaterra en mayo de 1868. Imaginad el efecto que causaron. Para muchos ingleses, era la primera vez que veían a alguien que no fuera blanco. No muchos años antes, Charles Darwin había publicado El Origen de las Especies y el mundo moderno estaba en pleno debate sobre la evolución. La prensa no fue ajena al impacto de la llegada de un grupo de aborígenes a la metrópoli y emplearon, a veces, un lenguaje que hoy nos avergonzaría:

Su cabellos y barbas son negras y ásperas, sus pieles varían en los tonos de oscuridad y la mayoría de ellos tienen expandidas las fosas nasales. Habiendo sido criados en la selva por colonos europeos y en materia agrícola, están perfectamente civilizados y familiarizados con el idioma inglés. (The Times).

Es muy interesante y curioso ver, mezclados en un partido amistoso en la parte históricamente más sajona de nuestra isla, a representantes de dos razas tan alejadas una de otra como el inglés moderno y el aborígen australiano. Aunque muchos de ellos son ‘bushmen’ (hombres de la selva) nativos, y todos son tan negros como la noche, estos sujetos indígenas están, a todos los efectos, bien vestidos y en su sano juicio. (The Daily Telegraph).

En efecto, este interés cuasi científico fue lo que provocó que en el primer partido que disputaron se citaran en The Oval nada menos que 20.000 personas. Tras cada partido, los aborígenes realizaban exhibiciones de lanzamiento de bumerán y lanza, y Jungunjinanuke, además, invitaba a los espectadores a que le lanzaran pelotas, que él tenía que despejar con su escudo.

Durante seis meses de gira, los aborígenes disputaron 47 partidos, de los que ganaron 14, perdieron 14 y empataron 19. Tuvieron alguna dificultad, como por ejemplo la muerte de Bripumyarrimin de tuberculosis durante la gira, o la enfermedad de Ballrin y Jallachniurrimin, que les obligó a regresar a Australia antes de tiempo. Pero también tuvo sus cosas buenas. Por ejemplo, Unaarrimin se reveló como un bateador fuera de serie.

Tras un largo viaje, el equipo llegó a Sydney en febrero de 1869. Jugaron un partido más y el equipo se disolvió. Unaarrimin, también conocido como Johnny Mullagh, se convirtió en jugador profesional del Melbourne Cricket Club. Y una ley de ese año, que prohibió que los aborígenes salieran de la isla sin permiso expreso de las autoridades, acabó con iniciativas similares.

Esta historia llegó antes de tiempo, quizá. 120 años después, en 1988, otro grupo de aborígenes imitó la hazaña de los Unaarrimin y compañía y repitió la gira de sus antecesores, partido por partido. Y en 2002, un documental contó la historia de estos pioneros.

Os dejo con una curiosa canción dedicada a este equipo y más en concreto, a Johnny Mullagh / Unaarrimin:

Que paséis buena noche, amigos. Os deseo una Feliz Navidad. Os aviso de que mañana, día de Navidad, no habrá post, así que volvemos a vernos el lunes 28.