Quién fue… el Torino de la catástrofe de Superga: un accidente aéreo sin súpervivientes

Imagen del accidente (WIKIPEDIA).

Las catástrofes aéreas suelen ser muy impactantes. En la memoria tenemos fresca la del Chapecoense, en 2016. Pero antes hubo varias, y dos de ellas muy famosas. Una fue el desastre aéreo de Múnich, en 1958, que casi acaba con el Manchester United. Pero nueve años antes hubo otra: la tragedia de Superga, que es de la que os voy a hablar este domingo.

En la década de los 40, el Torino era el club más fuerte de Italia y uno de los más potentes de Europa. Se habían ganado el calificativo de Grande Torino tras ganar cinco ligas seguidas en Italia y por ser la columna vertebral de la selección italiana. En mayo de 1949, el equipo viajó a Portugal para jugar un partido homenaje al capitán del Benfica, Francisco Ferreira.

El miércoles, 4 de mayo de 1949, el equipo subió a bordo de un Fiat G.212CP de la compañía Avio Linee Italiane. El avión dspegó a las 9:40 de Lisboa y a las 13:00 horas aterrizó en Barcelona para repostar. En el Prat, los jugadores del Torino coincidieron con los del Milan, que a su vez viajaban a Madrid, y almorzaron juntos.

El avión despegó de nuevo con destino Turín a las 14:50. Conforme se acercaba a la ciudad, la torre de control avisó de las malas condiciones atmosféricas: nubes muy bajas, tormentas, viento fuerte y escasa visibilidad, de unos 40 metros. La torre de control pidió referencias al piloto y a las 16:59 referenció una altitud de 2.000 metros y avisaba de que iba a acortar por Superga. Superga es una colina junto a Turín, donde existe una famosa basílica del mismo nombre.

A las 17:03 el avión inició la maniobra de aterrizaje, pero se estrelló en la ladera de la colina. A las 17:05, la torre de control intentó contactar con el avión, pero no hubo respuesta. Tampoco había supervivientes: murieron 31 personas.

Al parecer, el piloto, Pierluigi Meroni, calculó mal y se dio de frente con la colina, volando a unos 180 km/h y debido a la poca visibilidad, no tuvo tiempo de reaccionar. El impacto fue fortísimo y el avión acabó destrozado.

En el interior del avión viajaban los futbolistas Valerio Bacigalupo, Aldo Ballarin, Dino Ballarin, Émile Bongiorni, Eusebio Castigliano, Rubens Fadini, Guglielmo Gabetto, Ruggero Grava, Giuseppe Grezar, Ezio Loik, Virgilio Maroso, Danilo Martelli, Valentino Mazzola, Romeo Menti, Piero Operto, Franco Ossola, Mario Rigamonti, Július Schubert; los técnicos Egri Erbstein y Leslie Levesley; los directivos Arnaldo Agnisetta e Ippolito Civalleri; los periodistas Renato Casalbore, Renato Tosatti y Luigi Cavallero y la tripulación, formada por el piloto Pierluigi Meroni, el copiloto Cesare Biancardi, el ingeniero Celestino D’Inca y el operador de radio Antonio Pangrazi.

La tragedia causó un terrible impacto en el mundo del fútbol. Se declaró campeón de la liga ese año al Torino y las cuatro jornadas restantes fueron jugadas por futbolistas de los filiales de los equipos. En el funeral se echaron a la calle 500.000 personas en la ciudad de Turín. Para la temporada siguiente, todos los equipos cedieron un jugador al Toro. El River Plate argentino viajó a Italia para disputar un amistoso en beneficio de las familias de las víctimas. El impacto psicológico del accidente fue tal que, el verano siguiente la selección italiana viajó al Mundial de Brasil 1950 en barco.

Cada año se recuerda a las víctimas de la tragedia y existe un Museo del Grande Torino e della Leggenda Granata en la cercana localidad de Grugliasco.

Espero que os haya gustado el artículo. Regresamos el jueves.

3 comentarios

  1. Dice ser Bajamar

    De las mayores desgracias del fútbol de antes y ahora.

    23 agosto 2020 | 14:25

  2. si quieres agregar un caso de tragedia de deportistas en extrañas circunstancias sería interesante revisar el caso de los esquiadores rusos en el » Incidente Dyatlov «

    26 agosto 2020 | 19:11

  3. Dice ser ruomalg

    Había oído mencionar muchas veces este accidente, pero desconocía los detalles. Es triste que por un error de cálculo muera tanta gente. Cuando el tiempo no acompaña no hay que tomar riesgos; llegar más tarde de lo previsto siempre es mejor que no llegar. Cómo sería de distinto el panorama futbolístico de no haber sido por aquella tragedia.

    16 septiembre 2020 | 23:05

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