Quién fue… Steve Bartman: el fan más odiado de la historia

El momento fatídico (WIKIPEDIA).

Imagina que eres fan a muerte de un equipo. Imagina que cometes una torpeza que le impide a tu equipo lograr una victoria importantísima, vital. Imagina que toda una ciudad te odia. Esto es lo que le pasó en 2003 a Steve Bartman (y sí, creo que es el primer no deportista que saco en el blog).

14 de octubre de 2003. Sexto partido de la National League Championship Series (NLCS), el partido qué dirime quién disputa las Series Mundiales ante el campeón de la American League Championship Series (ALCS). Se enfrentan en el Wrigley Park de Chicago el equipo local, los Cubs, y los Florida Marlins. Chicago domina la serie por 3-2. Es la octava entrada y los Cubs mandan en el marcador. Están a muy pocas carreras de alcanzar las Series Mundiales por primera vez desde 1945 y así poder ganar un título que se les resiste desde 1908.

Todo iba de cara, en definitiva. Como os decía, era la octava entrada. El bateador dominicano de los Marlins Luis Castillo mandó una pelota hacia una de las esquinas de Wrigley Park. El jugador de los Cubs Moisés Alou fue siguiendo la pelota con la mirada, se acercó al muro, saltó y cuando iba a atraparla con su guante… una mano salió de las gradas, tocó la pelota y ésta acabó entre el público. Alou no daba crédito y lanzó el guante al suelo, mientras increpaba al público… Pidieron al árbitro que anulara la jugada por considerar que el brazo del hincha invadió el terreno de juego, pero el colegiado lo rechazó. Tras esa jugada, los Marlins consiguieron ocho carreras y ganaron el partido.

La cadena Fox repitió una y otra vez las imágenes en televisión, dejando bien claro quién era el espectador que le había robado la pelota a Alou. En aquella época no había pantallas gigantes en el estadio, pero la gente identificó al hincha por la tele y empezó a avisar por teléfono a familiares y amigos que estaban en el campo. Decenas de fans de los Cubs empezaron entonces a insultar al hincha, y a lanzarle basura y cerveza. El club reaccionó rápidamente y personal de seguridad escoltó al aficionado fuera del estadio.

Bartman, instantes después de su ‘hazaña’ (WIKIPEDIA).

Pocas horas después del partido, en el foro oficial de la liga en internet, se publicaba el nombre del aficionado: Steve Bartman. Empezaba un infierno para él. Y lo hizo porque al día siguiente, 15 de octubre, los Marlins ganaron el séptimo partido y se clasificaron para las Series Mundiales, dejando fuera a los Cubs. Posteriormente, ganarían el trofeo.

Debido a los insultos y amenazas, la Policía mandó patrullas a la casa de Bartman para protegerle a él y a su familia. El gobernador de Illinois llegó a proponer que se uniera a un programa de protección de testigos, y Jeb Bush, gobernador de Florida, le invitó a que se mudara a su estado.

Unos días después, Bartman emitió un comunicado mostrando su total arrepentimiento. Dijo que estaba tan pendiente de la pelota que no vio a Alou acercarse a su sitio. Bartman rechazó entrevistas y donó todos los regalos que le enviaron los fans de los Florida Marlins. Durante años rechazó cifras de varios miles de dólares por un autógrafo e incluso un número de seis cifras por salir en un anuncio de la SuperBowl.

La pelota de la discordia acabó en manos de un abogado de Chicago que estaba en el campo y la vendió  a un restaurante por casi 114.000 dólares. Años después fue destruida y parte de ella se usó para elaborar una salsa en ese restaurante (en realidad, se usó un destilado del vapor que surgió de hervir los restos). Lo que queda de ella está en el Museo del Deporte de Chicago.

Asiento que ocupaba Bartman aquel 14 de octubre de 2003 (WIKIPEDIA)

Desde entonces, el asiento en el que estaba Bartman se ha convertido en una especie de lugar de peregrinación para todo aquel que visita el Wrigley Field. El año pasado, los Cubs rompieron su maldición y alcanzaron de nuevo la NLCS. Varios medios intentaron contactar con Bartman, pero su abogado explicó que su cliente no quería salir en ningún medio. Cuando se clasificaron para las Series Mundiales, hubo una petición de fans para que Bartman hiciera un saque de honor en las finales, pero de nuevo lo rechazó. Cuando los Cubs ganaron el título, otra vez se le ofreció participar en los eventos de celebración, pero lo volvió a rechazar.

Hay que decir que el club y los jugadores defendieron siempre a Bartman. Moisés Alou llegó a decir al poco del incidente que no hubiera alcanzado la pelota, aunque años después explicó que lo dijo para aplacar los ánimos y que estaba convencido de que sí la iba a coger, aunque hizo un llamamiento a olvidar y perdonar.

Se sabe hoy que Steve Bartman sigue viviendo en Chicago y felicitó, a través de su abogado, a los Cubs por el título, aunque el letrado confirmó que no acudió a los actos de celebración… por si acaso.

Y así ocurrió todo:

Hasta el miércoles.

5 comentarios

  1. Dice ser Pepe

    Lo raro es que Adam Sandler no haya hecho una película sobre todo esto.

    07 mayo 2017 | 11:10

  2. Dice ser Luke

    No es el unico tonto que se lanza a por la pelota. Yo cuento casi 6 manos, le tocó a él.

    07 mayo 2017 | 13:51

  3. Dice ser acerswap

    Yo eso de que se use una pelota vieja para cocinar no lo veo muy sano.

    07 mayo 2017 | 17:42

  4. Dice ser amigo de Phamton

    Aquí en España seguro que seria del Farsa

    07 mayo 2017 | 20:59

  5. Dice ser ruomalg

    En algún universo paralelo el karma hace justicia causando que el protagonista de hoy sea fan del equipo de amigo de Phamton.

    Ahora en serio, la que lió el amigo es épica, no se puede describir de otra forma. No sé si es peor que ocurra en una gran ciudad como Chicago o en un pueblo donde todos te conozcan. Un suceso que saca lo peor del ser humano y que en este caso particular cambió las vidas de dos personas: Steve Bartman y su abogado 😛 . Menos mal que al final la gente le perdonó. Lo de la invitación de Jeb Bush de ir a vivir a Florida no sé si es puro trolleo o que tiene las mismas luces que su hermano George.

    Ojo, que no hay que irse muy lejos ni tan atrás en el tiempo para ver sucesos como estos. Tres años atrás, la UD Las Palmas y el Córdoba se jugaban el ascenso en el último partido del play-off. La ida, disputada en el Arcángel terminó sin goles. Ganaba Las Palmas en el estadio Gran Canaria y a falta de segundos para terminar el descuento varios «aficionados» (lo pongo entre comillas porque seguramente eran de esos que sólo venían al estadio para celebrar algo) saltaron al terreno de juego viendo ya a su equipo en Primera, causando que el árbitro parase el juego. El partido no se reanudo hasta diez minutos más tarde, y al hacerlo marcó gol el Córdoba, empatando el encuentro y logrando el ascenso después de 42 años. Ni que decir tiene que aquellos sujetos sufrieron una persecución mediática por parte de la afición amarilla. Un año después, mientras el Córdoba demostraba lo casual de su ascenso en una nefasta campaña en la que sumó sólo 20 puntos y tres victorias, Las Palmas ahuyentaba los fantasmas del pasado consiguiendo el ascenso que se les escapó la temporada anterior tras remontar una eliminatoria frente a un motivadísimo Zaragoza. Eso sí, ni idea de lo que pasó con esos tipos.

    07 mayo 2017 | 23:45

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