Quién fue… Arthur Wharton

Jamestown, Costa del Oro, África (hoy la ciudad se llama Accra y Costa del Oro es Ghana). El 28 de octubre de 1865 nace Arthur Wharton. Su padre, Henry Wharton, es un misionero metodista mestizo, de padre escocés y madre de Grenada (Indias Occidentales), mientras que su madre también es mulata y también de orígen escocés y con parentesco con la familia real de lo que hoy conocemos como Ghana. Desde muy joven es preparado para ser misionero, como su padre y de hecho fue enviado a Inglaterra cuando tenía 17 años para completar su formación.

Al poco de llegar a la metrópoli, el joven Arthur se da cuenta de que más que las misiones, lo que a él le atrae es el deporte. Empieza a destacar en atletismo y en 1886, en una competición disputada en el actual estadio del Chelsea, Stamford Bridge, establece el récord de las 100 yardas con un tiempo de 10 segundos. Esta marca, conseguida como amateur, le permite participar en más competiciones atléticas y encima cobrar por ello. Pero no sólo destaca en atletismo, sino que es un fenómeno en ciclismo (batió el récord vigente en bicicleta entre las localidades de Preston y Blackburn), en cricket y en fútbol (combinación ésta que, como recordaréis, era muy común en el Reino Unido victoriano).

Así las cosas, el Darlington FC decide ofrecerle un contrato semiprofesional… como portero. Y es que en esta demarcación también destacaba Wharton. Tenía incluso una seña de identidad, que no era otra que permanecer en cuclillas la mayor parte del tiempo, para estirarse luego cuando la ocasión lo requería.

En 1886 firmó un contrato con el Preston North End y ahí sí se convirtió en el primer jugador de la historia no blanco en convertise en futbolista profesional. En el Preston alternó como portero y como extremo (cosas de finales del XIX) y llegó a ser semifinalisa de la Copa de Inglaterra, que en aquella época era la única competición oficial a nivel nacional que se disputaba en Inglaterra. En 1888 se tomó un año libre del fútbol para dedicarse al atletismo pero en 1889 regresó al deporte del balón para jugar en el Rotherham Town, donde estuvo cinco años. En 1894 fichó por un grande de la época, el Sheffield United, pero jugó poco porque en aquella época el marco lo ocupaba un mítico, William Fatty Foulkes (si queréis saber por qué lo llamaban Fatty, teclead su nombre en el buscador de imágenes de Google). No obstante, en un partido de la temporada 1894-1895, entre el Sheffield United y el Sunderland, fue el primero en el que jugó Wharton en la recién creada liga inglesa, siendo así, de igual manera, el primer jugador negro (o mulato, si preferís) en jugar en esta competición.

Se da la circunstancia que según muchos reportes de aquella época, se consideraba a Wharton uno de los mejores futbolistas de Inglaterra. La cuestión es que nunca fue convocado por la selección. El motivo os lo podéis imaginar. En 1895 dejó Sheffield y estuvo seis años más en activo, en los que pasó por el Stalybridge Rovers, por el Ashton North End y por el Stockport County. Se retiró del fútbol en 1902.

Wharton regentó después un bar y fue minero. Al parecer, estas dos profesiones le llevaron poco a poco hacia el alcohol, que fue lo minando su salud. No obstante, no dejó de practicar atletismo y cricket. Pero 15 años sacando carbón y bebiendo en exceso le pasaron factura y el 13 de diciembre de 1930, con 65 años, alcoholizado y totalmente arruinado, Arthur Wharton falleció. Tan pobre era que fue enterrado bajo una lápida lisa, sin inscripciones, en el cementerio municipal de Edlington.

Su historia fue pronto olvidada hasta que en 1997, la fundación Football Unites, Racism Divides (el fútbol une, el racismo divide) encontró la lápida de Wharton y pagó una propia, personalizada. Su historia empezó a ser difundida y en 2003 su nombre fue añadido al Hall of Fame del fútbol inglés. De hecho, hay dos campañas en marcha para colocar estatuas en su honor en Darlington y en Rotherham. Además, la fundación creó una exposición itinerante sobre la vida de Wharton que puede ser admirada e incluso contratada en su web.

Así, podréis ver a Defoe, a Nani, a Walcott o a Ballotelli metiendo goles en la Premier. Pero ahora sabéis que el primero que les abrió las puertas, y no sólo a ellos sino a todos los jugadores de fútbol de color, que son unos cuantos, fue Arthur Wharton.

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