Quién fue… Babe Ruth

Si os gusta el béisbol, estoy seguro de que conocéis al personaje de hoy. Lo digo porque hasta yo, que no tengo al béisbol entre mis deportes favoritos, lo conocía. Es una leyenda del deporte mundial. En Estados Unidos es un icono de primera categoría. Es Babe Ruth.

El 6 de febrero de 1895 (hace poco más de 115 años) nacía en Baltimore, Maryland, George Herman Ruth. Era el hijo de dos taberneros que tuvieron ocho hijos, si bien sólo dos sobrevivieron a su infancia. Sus primeros años fueron durísimos. Sus padres trabajaban tanto que a los siete años lo internaron en un orfanato católico, con los monjes javerianos. El pequeño George apenas recibió visitas de sus padres y tuvo muchos problemas de adaptación y académicos. Por suerte para él, en el colegio encontró al hermano Matías, un monje apasionado por el deporte que adoptó a George como si fuera un hijo y lo metió en el mundo del béisbol.

Cuando tenía 19 años, Jack Dunn, el dueño de los Baltimore Orioles, se fijó en él y lo contrató. Dunn tenía fama de ser el mejor cazatalentos del béisbol, por lo que a George Ruth lo bautizaron como Jack’s newest babe («el último o más nuevo bebé de Jack»), por lo que se quedó con ese nombre. Nacía una leyenda: Babe Ruth.

A los pocos meses de debutar con el equipo de su ciudad, los Boston Red Sox se lo llevaron. Cinco años después, el equipo de Massachussets lo vendió a los New York Yankees, lo que se considera el peor negocio deportivo de la historia (para los bostonianos, claro).

En el primer año en los Yankees (1920), Ruth batió el récord de home-runs en una temporada, con 54. La anterior marca la tenía él mismo, con 29. Tal fue el impacto de Ruth en Nueva York que cuando llegó a los Yankees, estos compartían estadio con los Giants, conocido como Polo Grounds. Pero tal fue la expectación que levantó Babe y había tantas avalanchas por verlo jugar, que los Yankees tuvieron que crear el Yankee Stadium, que fue inaugurado en 1923. Para los aficionados, el estadio sería conocido como ’La casa que Ruth construyó’. El día de su estreno, por cierto, hizo un home-run.

La etapa de Babe Ruth en los Yankees fue mítica, legendaria. Batió varias veces el récord de home-runs en una temporada. En 1934 quiso retirarse y hacerse con el cargo de entrenador de los Yankees, pero no pudo. Así que alargó un año más su retirada y fichó por los Boston Braves, con el mismo fin, algo que tampoco consiguió. En 1936 se retiró definitivamente del béisbol, con una cifra de 714 home-runs conseguidos, récord vigente hasta 1971.

Con sus deseos de ser entrenador frustrados, Babe Ruth comenzó a trabajar como portavoz de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial, visitando colegios y orfanatos. Además, realizó numerosas apariciones en películas y programas de radio, en la mayoría de las ocasiones, interpretándose a sí mismo.

En 1946, no obstante, se le diagnosticó un cáncer de garganta que rodeaba la cariótida. Pasó casi tres meses ingresado y perdió 35 kilos. Tuvo una lenta recuperación pero el cáncer volvió a aparecer. El 13 de junio de 1948, Babe Ruth hizo su última aparición en público. Fue en el 25 aniversario del Yankee Stadium, día en el que fue retirado su dorsal, el 3. El 16 de agosto de 1948, Babe Ruth moría en el hospital, totalmente consumido por el cáncer, que tras la autopsia se supo que había surgido de la nariz y la boca y se había extendido por todo el cuerpo. Los que lo vieron por última vez dicen que murió extremadamente delgado. Durante su agonía, Ruth recibió miles de cartas, incluso una llamada telefónica del presidente Harry Truman.

Cuando murió, su cuerpo fue velado en el Yankee Stadium y fue visitado por 100.000 fans. El funeral se celebró en la catedral de San Patricio de Nueva York y fue enterrado en el cementerio Puerta del Cielo de Nueva York, donde es raro que no haya flores en su honor.

Babe Ruth, como os decía al principio, se convirtió en un mito. Fue elegido el tercer mejor deportista norteamericano de todos los tiempos (tras Mohamed Ali y Michael Jordan). Es tradicional que los comentaristas estadounidenses califiquen con el nombre de Babe Ruth a los grandes jugadores (en frases como «Fulanito es el Babe Ruth del baloncesto -o del hockey o de lo que sea-«). Tal era su estatus que durante la II Guerra Mundial, los soldados japoneses aprendieron a decir en inglés la frase «Al infierno con Babe Ruth» para provocar y ofender a los soldados estadounidenses. Y otro ejemplo es el valor que adquirieron algunas de sus reliquias. El bate de madera de fresno con el que realizó su primer home-run en el Yankee Stadium en 1923 fue subastado por 1,26 millones de dólares en 2004, mientras que al año siguiente, un pujador pagó 996.000 dólares por el contrato del traspaso de Ruth de los Red Sox a los Yankees.

Como yo digo siempre, los Estados Unidos tienen una historia relativamente corta, pero llena de ricos personajes e historias como la de Babe Ruth.

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