Había actores encasillados, y luego estaba Christopher Lambert.
No hacía aún una década que Lambert se dedicaba a la interpretación y los papeles que había hecho entonces podía contarse con los dedos. Entonces llegó 1986 y Russell Mulcahy lo eligió para ser el protagonista de la historia creada por Gregory Widen (guionista también de Llamaradas), y Lambert se convirtió, y lo haría para siempre, en Connor MacLeod, el protagonista de Highlander (Los Inmortales).
Es totalmente cierto que la fama que le trajo la película fue un completo pico en su carrera. Sin embargo, y como pasa tantas veces con las películas que tienen un éxito tan arrollador como fue este caso, precisamente su rostro y su nombre quedaron inexorablemente unidos a los de su propio personaje, y esas uniones son muy difíciles de romper. Lee el resto de la entrada »