Debe ser que ya no hacen clásicos de sobremesa navideña como los de antes, que te paseas por la tele en pleno 2017/18 echando mano de esas pequeñas joyas de los ’80 y los ’90, como pueden ser, qué sé yo, Jungla de cristal, Los Goonies, Este muerto está muy vivo o -y aquí quería yo llegar- Poli de guardería. Maemía, maemía, Poli de guardería… Así teníamos el nivel en 1990.

Kindergarten Cop, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, Penelope Ann Miller y Pamela Reed, trata de un poli que para capturar al malo de turno se infiltra de profe en una guardería, que es una lógica argumental a la que nos tenían muy acostumbrados por aquel entonces y que a nadie le parecía cosa rara. Y aquí voy a hacer un pequeño paréntesis para añadir que lo más surrealista de la cinta no era eso, no: lo más surrealista era que el tipo en cuestión domaba a una clase de veinticinco infantes con un silbato. Ese es el momento en que se traspasó la línea de la ciencia ficción. Tú te metes en cualquier clase de infantil a educar con un silbato como única herramienta, y ya te digo yo que no como no lo toque el flautista de Hamelín tienes muchas probabilidades de acabar tragándote el pito en una exhalación desesperada.

Total, que en la guardería estaba el hijo del malo en cuestión (de ahí lo infiltrarse), que era el protagonista infantil de la peli: Dominic.

Más majo que una peseta rubia.

Como era costumbre, este papel no era interpretado por un niño, sino por dos: los gemelos Joseph y Christian Cousins, que para entonces ya habían participado en Autopista hacia el cielo o en la serie California, con un papel fijo que mantuvieron hasta el ’93. Después de eso, a ambos se les pudo ver (a la vez) en la película Twin Sitters, del ’94 (que es de las de la misma finísima lógica argumental que Poli de guardería).

Pero llegados a ese punto, se acabó la carrera cinematográfica de ambos, que han vivido apartados del celuloide desde entonces. ¿Qué hicieron? Lee el resto de la entrada »