Protagonizar una serie de éxito siendo un niño tierno y redondín seguro que tiene sus pros como, qué sé yo, que te pongan doble de patatas en el McDonald’s o que las marcas te regalen juguetes para que les hagas publicidad.
Pero también ha de tener sus contras, sin duda, como que con esto de la inflación la fortuna que amasas a los 10 años equivale a dos duros cuando llegas a los 40 (niños, dos duros son seis céntimos) o que, da igual a qué dediques el resto de tu vida: hagas lo que hagas, siempre serás tu personaje. Y esto es sin duda lo que les pasó a Fred Savage, Danica McKellar y Josh Saviano: los niños de Aquellos maravillosos años.