Lo que lloré con esta película, ríos de lágrimas. Recuerdo que la gente del cine se me quedaba mirando porque pensaban que me pasaba algo. Y claro que me pasaba. Mi nivel de empatía con Eliott era absoluta, teníamos la misma edad y sufría todo lo que él sentía, desde el miedo inicial hasta el gran cariño y la tristeza que inspiraba la marcha de ese extraterrestre paticorto y bonachón. Ya han pasado 35 años de aquello. Y no puedo dejar de preguntarme qué fue de Henry Thomas, el protagonista del gran éxito de Steven Spielberg, E.T. el extraterrestre.
Vuelve el mito erótico de los 80, Kim Basinger, en un papel que le va como anillo al dedo: Elena Lincoln, la responsable de seducir al joven magnate Christian Grey cuando solo tenía 15 años e introducirle en el mundillo de los látigos, las bridas y los trajes de látex.
Esto es lo que encontraremos en Cincuenta sombras más oscuras, secuela de Cincuenta sombras de Grey, que se ha estrenado este 10 de febrero.
La elección no es casual: Kim Basinger fue nuestra maestra en cuando a sensualidad y bailes de strip-tease se refiere. En plena era Reagan fue una bomba sexual que regaló un montón de grandes ideas para enriquecer la vida marital o extramarital de toda una generación y fue fuente de toda clase de imitaciones, parodias y referencias con Nueve semanas y media, donde ya practicaban «juegos muy jugosos».
Ahora, 30 años después, la actriz que en su día encarnó la sexualidad femenina liberada asegura que tiene otras miras: «Cuando eres joven te sientes atraída por los tipos duros, pero eso es una fantasía. Me he dado cuenta de que el placer está en la bondad y el sentido del humor«, ha comentado.
Y aunque las críticas de Cincuenta sombras más oscuras no están siendo demasiado benevolentes, yo siento una gran curiosidad por verla en ese papel de seductora madura, porque además se conserva increíblemente bien a sus 63 años. Quien tuvo, retuvo, dice el refrán. ¿Y qué ha sido de ella en todos estos años?
La historia no podía ser más macabra: hijo de una monja violada durante días por 100 criminales dementes tras quedar encerrada en un psiquiátrico, Freddy Krueger creció con un padre alcohólico que le maltrataba. Cuando se hizo mayor, se estableció en el número 1428 de Elm Street y se dedicó a secuestrar y asesinar brutalmente niños que luego quemaba en las calderas de la fábrica donde trabajaba.
Fue condenado a prisión pero se le concedió la libertad por error y los padres de los niños asesinados se vengaron quemándolo vivo con gasolina. Poco antes de morir, los Demonios del Sueño se le aparecieron y le convirtieron en un terrorífico asesino que mataba a través de las pesadillas.
¿Es Charlize Theron? No, es ¡Pamela Anderson! Si estamos ante otro Renée Zellweger yo me apunto. La gran sex-symbol de los 90 nos ha dejado boquiabiertos a su paso por Francia, país que visitó hace escasas semanas, a finales de enero, donde estuvo echando una mano en un campo de refugiados y después deslumbró en París en una entrega de premios.
En algo no ha cambiado con el paso de los años…
En este 2017 parece que vamos a asistir a un resurgimiento de la protagonista de Los vigilantes de la playa gracias al remakepeliculero que se estrenará en mayo con Zac Efron como protagonista. En ella Pamela tendrá un cameo pero no será C.J. Parker, el personaje que le dio la fama.
Portada de Playboy 14 veces (ostenta el récord) y objeto de escándalo por vídeos sexuales, además cumple medio siglo este año, así que parece dispuesta a demostrar que está en su mejor momento. Juzgad vosotros mismos:
La actriz Pamela Anderson en la 40 edición de ‘The Best Awards’ en París, 27 de enero de 2017. (GTRES).
No sé si será cosa del maquillaje, de la cirugía o qué pero, a riesgo de caer en la tópica frase, Pamela parece más joven y más guapa que nunca. ¡Pero es que esta vez es verdad!
¿Y qué ha sido de ella en estos últimos años?
Pues para empezar por lo más reciente: los tabloides ingleses aseguran que después de varios matrimonios y relaciones fracasadas con roqueros, surferos y personajes de lo más variopinto, el nuevo novio de Pamela Anderson es… ¡Julian Assange!
El fundador de Wikileaks, que lleva afincado en la embajada ecuatoriana de Londres desde hace cinco años, ha sido visitado por Pamela Anderson cuatro veces en cuatro meses. Y, atención, el dato contundente que aporta el Daily Mail a propósito del teórico affaire es que la actriz «parece que lleva una ropa cada vez más sexy cada vez que le visita».
No se sabe si las visitas de Pamela podrían ser una especie de vis a vis, o simplemente que la actriz quiere apoyar su causa; un tema, el de las filtraciones por Internet, que ella conoce de primera mano, aunque en su caso fue la víctima.
La vueltas que da la vida: la actriz y su exmarido, el roquero Tommy Lee, fueron indemnizados con 1,5 millones de dólares tras ganar el juicio a la compañía de Internet que filtró sus momentos más íntimos en 1995 (y que todavía circula por algunas webs para adultos).
Después también se filtró otra cinta comprometida que Pamela grabó con anterioridad junto con otro roquero, Bret Michaels de Poison, con lo que la actriz inauguró un nuevo género en la industria del porno.
Pornoleaks aparte, haya o no haya romance entre Julian y Pamela, lo que sí es cierto es que ella siente una gran admiración por él, y así lo ha expresado públicamente: «Un día todo el mundo se dará cuenta de que es un héroe. Pero hasta ahora, este hombre se ha perdido siete navidades con sus hijos y vive en condiciones difíciles y tremendamente estresantes mientras nos está haciendo a todos un gran servicio. Todos en el mundo se ha beneficiado de WikiLeaks y él se ha sacrificado solo para compartir la verdad».
Ha pedido su libertad, así que igual sus visitas van por ahí.
Tres maridos y medio
La vida amorosa de Pamela Anderson es como el papel higiénico, parece que nunca se acaba hasta que termina en el momento menos apropiado, y después vuelta a empezar. Es una reincidente empedernida pero eso lo veremos más abajo.
Se le han adjudicado relaciones con personajes de lo más variopinto: desde el guitarrista Slash al actor Arsenio Hall, pasando por el modelo Stephen Dorff y el rapero Usher.
Con tres de ellos ha pasado por el altar. Con Tommy Lee, batería de Mötley Crüe, se casó en bikini en una playa de Cancún en febrero de 1995 (justo en su luna de miel rodaron el vídeo que fue robado y filtrado).
Se dice que se conocieron 4 días antes de la boda y su relación ha sido tan ardiente y explosiva como la propia actriz.
Pamela Anderson y Tommy Lee en los inicios de su matrimonio. (GTRES)
Un año después Pamela estaba embarazada pero sufrió un aborto durante el rodaje de Barb Wireen 1996, un suceso que dejó a los dos muy consternados. Aunque luego vinieron sus dos churumbeles: Brandon Thomas Lee y Dylan Jagger Lee. Ambos nacieron en su casa con ayuda de una matrona.
Pamela Anderson y Tommy Lee, ya divorciados, con su hijo en enero de 2004. (GTRES)
Con sus hijos Dylan Jagger Lee y Brandon Thomas Lee en marzo de 2016. (GTRES)
Se divorciaron en 1998, después de que ella le denunciara por maltratos y él fuera condenado a seis meses de prisión por ello. Pero entre ellos la cosa debe ser química pura: se reconciliaron en 2008, volvieron a dejarlo y Pamela asegura que aún siguen teniendo ‘encuentros’ de vez en cuando, a pesar de que en su día contrajo la hepatitis C por compartir con su ‘ex’ una aguja al hacerse un tatuaje. Estuvo gravemente enferma y su largo tratamiento médico afectó a sus compromisos profesionales, obligando a cancelar una serie en la que estaba trabajando.
Tras esta su primera separación, Pamela tuvo con quien consolarse (ains!): el modelo sueco Marcus Schenkenberg, al que conoció en Mónaco en abril de 2000 durante los World Music Awards. Llegaron a estar prometidos, yo no lo hubiera dejado escapar.
El modelo Marcus Schenkenberg en junio de 2003. (GTRES)
Después llegó otro cantante, Kid Rock (Robert J. Ritchie). Rompieron en 2003 y luego en el verano 2006 se casaron en un yate por todo lo alto en Saint-Tropez, Francia. A finales de año ya estaban separados y con un nuevo episodio de aborto de por medio.
Boda de Pamela Anderson y Kid Rock en Nikky Beach (Saint-Tropez), el 29 de julio de 2006. (GTRES)
Dicen las malas lenguas que el divorcio lo provocó Kid Rock debido a su indignación tras ver la película Borat, en la que Pamela es el objeto de deseo del famoso segundo periodista más famoso de Kazajistán.
En septiembre de 2007 volvió a sorprender al mundo anunciando que tenía un nuevo marido a la vista: el productor Rick Salomon, con el que se casó en octubre en las Vegas. Se separaron unos meses más tarde, en diciembre de 2007 y en febrero de 2008 el matrimonio fue oficialmente anulado.
Después vino su reconciliación con Tommy Lee. Dicen que segundas partes nunca fueran buenas pero no contenta con fracasar con su segunda relación con el batería de Mötley Crüe, en 2013 volvió con Rick Solomon, su marido número 3.
Pamela Anderson y Rick Salomon paseando en bicicleta en Malibú, en Junio de 2014. (GTRES)
Pamela y Rick se volvieron a casar, esta vez de forma legal, en enero de 2014. En julio de ese mismo año (cinco meses más tarde), divorcio de nuevo. Dos semanas después anularon el divorcio, volvieron juntos y en febrero de 2015 ya estaban divorciados de forma definitiva (hasta ahora).
No os preocupéis por el lío, yo os lo resumo: Pamela Anderson es un filón para sus abogados.
A caballo entre los realities y defensa de los animales
En sus últimos años, y divorcios aparte, Pamela Anderson ha centrado su vida en dos terrenos: es una entusiasta lucha por los derechos de los animales y ha participado en toda clase de programas y concursos con famosos.
Visitó la versión australiana de Gran Hermano en 2008, en 2010 pasó por la edición de la India de este reality y al año siguiente participó en el Gran Hermano de Reino Unido.
Ha acudido allí donde la llamaban: la televisión de Bulgaria, de Alemania…
También fue participante del concurso de baile Dancing with the Starsdurante diferentes años, y además hizo una aparición estelar en la versión argentina de este talent-show, Bailando por un sueño.
En 2013 se atrevió con el patinaje sobre hielo en la edición británica Dancing on Ice.
Se ha unido a la famosa organización PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) en numerosas campañas contra el uso de pieles y denunciando la explotación de pollos.
Se ha desnudado por la causa muchas veces, incluso en 2006 posó como Dios la trajo al mundo en un escaparate de la tienda de Stella McCartney de London. O casi: solo llevaba un tanga de color carne.
Otro de sus grandes frentes ha sido la empresa de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC), a la que ha denunciado muchas veces por el hacinamiento y el maltrato de los animales, afirmando que «lo que hace con 750 millones de pollos cada año no es civilizado ni aceptable».
Por su labor de defensa de los animales, Pamela Anderson recibió en 2015 un raro honor: los golpes de sable con los que el príncipe de Montenegro, Stephan Cernetic, la nombró condesa de Gigli, Italia.
Todo esto lo ha compatibilizado la publicación de dos novelas con rasgos autobiográficos, Star y Starstruck, así como su participación en algunas series y películas, no demasiadas, entre las que figuran V.I.P. (1998-2002), Scary Movie 3 (2003), Stacked (2005) y Superhero Movie (2008).
Mención aparte merece la serie de dibujos animados Stripperella(2003), creada por Stan Lee, en la que Pamela doblaba a una peculiar y sensual superheroína bastante inspirada en su físico.
Su delantera no solo ha sido objeto de deseo, sino también de toda clase de especulaciones respecto a su tamaño creciente y decreciente, ya que en 1998 Pamela decidió quitarse sus implantes y en 2005 confesó que se los había puesto otra vez, porque «no se sentía igual sin ellos». Y que eran todavía más grandes que los anteriores.
«No sé si recomendaría la cirugía, el cuerpo de una mujer es precioso pero yo he tenido una relación de amor/odio con mis pechos toda mi vida», dijo en una entrevista a New York Post.
Incluso les ha puesto nombre: les llama Pancho y Lefty, en honor a una conocida canción country.
«La belleza natural te lleva al menos dos horas frente al espejo«, suele decir la actriz, una frase que, según ella, era de su madre.
Un lema con bastante sentido teniendo en cuenta que Pamela, considerada prototipo de ‘California girl’, ni es californiana (es canadiense) ni es rubia: es morena de nacimiento.
Siguiendo esta nueva iniciativa que comencé la semana pasada, hoy dedico el post a otro actor cuya muerte pasó de puntillas para más de uno: Chris Penn, el hermano pequeño de Sean Penn.
A pesar de que nunca fue una celebridad como su hermano ni recibió tantos premios y reconocimientos como él, Chris Penn también fue un gran actor. Le recuerdo especialmente en su papel de Eddie Cabot en Reservoir Dogs, en Amor a quemarropa como Nicky Dimesy en El funeral, con un papelón por el que ganó el premio al mejor actor de reparto en el Festival Internacional de Cine de Venecia en 1996.
Trabajó con grandes directores y contó con notables compañeros de reparto pero la mayor parte de su carrera se desarrolló, salvo contadas excepciones, en películas independientes con pequeños papeles.
No sabría decir qué es lo que falló en su caso, qué le impidió pasar al Olimpo de las estrellas y le dejó en segundo plano. Quizás le faltó algún papel de esos que te catapultan a lo más alto, quizás fue su físico. Quizás su único problema fue quedar eclipsado por un hermano que se había casado con Madonna. Quién sabe.
Es difícil que tu nombre sea «cojín de pedorretas» y pasar por la vida como uno más.
Whoopi Goldberg desde luego se hizo notar: fue primera mujer negra en ganar un Oscar como Mejor actriz de reparto desde 1939, cuando Hattie McDaniel lo obtuvo por su papel de Mammy en Lo que el viento se llevó. Y ha sido una de las siete únicas actrices afroamericanas en conseguir la dorada estatuilla (el dato me deja perpleja).
Whoopi ha roto moldes allá por donde ha ido. Ha sido la única mujer negra en ganar los cuatro grandes premios de la actuación: Emmy, Tony, Oscar y Grammy. Un hito que solo han conseguido tres mujeres más y un total de 10 personas en toda la historia de estos premios.
Claro que esto fue después de que la actriz hubiera trabajado como cajera de banco, telefonista en una línea caliente, albañil y maquilladoraen un depósito de cadáveres. Si hubiera sabido que le aguardaba un futuro tan brillante tal vez hubiera elegido otro nombre artístico un poco más serio. Porque obviamente no nació con semejante apelativo: se lo puso ella misma en sus inicios como comediante.
Cuando Peter Jackson terminó de rodar la trilogía de El Señor de los Anillos entregó al actor Elijah Wood, que interpretó a Frodo, uno de los dos ‘anillos únicos’ utilizados en el rodaje.
El otro, como no podía ser menos, fue a parar a manos de su más ambicioso poseedor, Gollum. Esto… quería decir, Andy Serkis.
Andy Serkis, el hombre que le puso alma al famoso personaje de Tolkien.
Porque si el CGI y la técnica de captura de movimiento es una gran magia de nuestros días, el talento de Andy Serkis para dotar de aliento y espíritu a este grimoso personaje de la Tierra Media vestido con unas mallas ajustadas y un montón de sensores repartidos por el cuerpo… eso sí que es mágico.
No sé si otro intérprete habría sido capaz de hacer algo semejante.
Esto me ha llevado a pensar en otros actores, quizás no tan famosos, que nos dejaron hace años. Todos tienen algo en común: no recordaba que hubieran muerto oni siquiera tenía constancia que hubieran fallecido.
Porque ellos también lo merecían, he pensado en dedicarles un post cada fin de semana.
Y el primero que he elegido, porque le tenía un particular cariño y me resultaba particularmente entrañable, es Michael Clarke Duncan, más conocido como ‘Oso’ en Armageddon y el prisionero John Coffey en La milla verde.
Tom Hanks y Michael Clarke Duncan en su papel de John Coffey en ‘La milla verde’.
Michael Clarke Duncan
Quiso ser actor desde muy joven pero se lo impidieron los escasos recursos de su familia. Tuvo que abandonar los estudios y ponerse a trabajar para sacar adelante a su madre, enferma, y a su hermana, porque su padre les había abandonado.
Cavó zanjas para una compañía de gas, fue ‘gorila’ en varias discotecas de Chicago y finalmente fue contratado como guardaespaldas de algunas estrellas de Hollywood como Will Smith, Martin Lawrence y Jamie Foxx.
Con su altura de 1.96 m y su peso de 142 kg. era un grandullón todo corazón, como un osito achuchable. No es de extrañar que ‘Bear’ (oso en inglés) fuera precisamente el nombre de uno de sus papeles más recordados, el de perforador de una plataforma petrolífera reconvertido a astronauta en Armageddon (1998).
Durante el rodaje de esta película hizo buenas migas con Bruce Willis, y dicen que fue él quien le consiguió el que fue el mejor papel de su vida: el recluso John Coffey en La milla verde (1999).
En esta famosa y aplaudida adaptación de la obra de Stephen King Michael Clarke Duncan demostró que era mucho más que carne de películas de acción y que no solo podía encarnar a «señores brutos y grandes» sino que también podía bordar papeles dramáticos.
Por su actuación en esta película fue nominado a un Oscar y a un Globo de Oro.
Su amistad con Bruce Willis se hizo aún más fuerte y juntos volvieron a la carga en una nueva película. Michael Clarke Duncan se atrevía con todo, y esta vez tocaba comedia, en la que también se movió como pez en el agua.
En el año 2000 estrenó la divertidísima Falsas apariencias, en la que también brillaban Rosanna Arquette y Matthew Perry.
Al año siguiente se metió en un papel de gorila (literalmente) para la particular versión de Tim Burton de El planeta de los simios, donde encarnó al imponente Attar.
Michael Clarke Duncan como el gorila Attar en ‘El planeta de los simios’ (2001).
También se lo pasó pipa con rodando con Dwayne Johnson (La Roca) enEl Rey Escorpión(2001)y al año siguiente fue de lo poco que se salvó en la infame Daredevilde Ben Affleck, donde Michael interpretaba a Wilson Fisk/Kingpin.
Un papel no exento de polémico, no por la interpretación del actor, que yo creo que fue más que correcta, sino porque en los cómics de Marvel Kingpin era de raza blanca, lo que causó cierto malestar en los fans más acérrimos (a mí no me importó nada, la verdad).
Dwayne Johnson y Michael Clarke Duncan en el rodaje de ‘El rey Escorpión’, spin off de ‘La momia’.
Michael Clarke Duncan como un Kingpin negro en ‘Daredevil’ (2002).
En 2005 tuvo dos papeles interesantes: fue el gánster Manute en la sorprendente y aclamada Sin City, de Robert Rodriguezy Frank Miller y también compartió cartel con Ewan McGregor y Scarlett Johansson en la aventura utópicaLa isla.
Y en 2006 se lució con un divertidísimo personaje en la comedia de Will Ferrer Pasado de vueltas.
Su cavernosa voz también le sirvió para ejercer de doblador en diversos papeles en dibujos animados como Padre de familia y Ultimate Spider-Man(donde interpretó a Groot), en la película de Disney Hermano oso y su secuela y en videojuegos como God of War II, donde fue Atlas.
Estaba muy feliz con su carrera, y se decía que daba 5 dólares a todo el que le reconocía por la calle y era capaz de decir su nombre completo. Se había hecho vegetariano y se había volcado con la organización PETA para proteger a los animales.
Todo hacía pensar que tenía muchos otros grandes papeles por delante.
Lamentablemente el 3 de septiembre de 2012 sufrió un ataque cardiaco. Su novia, Omarosa Manigault-Stallworth, trató de salvarle la vida practicándole una RCP (reanimación cardiopulmonar) pero finalmente murió en el hospital por una insuficiencia respiratoria.
Tenía 54 años. Ojalá ahora esté disfrutando de un lugar mejor.
Cómo me molaba Trinity. Era el no va más de la chulería, más fardona que ninguna, con su mono de cuero ajustado, sus piruetas, su pelo a lo garçon y sus Ray-Ban o la marca que fueran sus gafas de sol.
A ver quien la tosía, Neo no, desde luego. Ni el Sr. Smith. Ay, benditas Wachowski.
Han pasado 18 años ya del estreno de Matrix. Y hace medio año redescubrí a Carrie Anne Moss en esa genial serie de Netflix llamada Jessica Jones, en la que interpretaba a la cliente de la psicótica protagonista.
Además, tuvimos la gran suerte de que precisamente Carrie fue una de las estrellas invitadas a la presentación oficial de Netflix en España, así que unos cuantos privilegiados la pudieron ver en Madrid junto a su compañera de reparto, Krysten Ritter, y la también actriz Daryl Hannah.
Daryl venía en representación de otra serie de Netflix, casualmente la última creación de las hermanas Wachowski, Sense8, que desde aquí os recomiendo encarecidamente que la veáis.
Daryl Hannah, Kristen Ritter y Carrie Anne Moss durante la presentación de Netflix en España, Madrid, 20 de octubre de 2015.
Así que, al verla tan genial, no he podido evitar pensar en qué ha sido de ella entre medias, es decir, de Matrix a Jessica Jones. Porque lo último que oí decir de ella era que había dejado la actuación para volcarse en el cuidado de su familia.
En la serie V se suponía que era de los buenos, técnicamente. Luchaba hombro con hombro con Mike Donovan en la Resistencia contra los malvados lagartos pero lo cierto es que, hiciera lo que hiciera, Michael Ironside siempre daba mal rollito. Al menos a mí me lo daba, cuando le veía en la tele siendo una niña.
Michael Ironside en su personaje de Tyler en la serie ‘V’.
Supongo que era por su cara marcada por una cicatriz. Su apellido tampoco ayudaba (¿os imagináis qué infancia tuvo que pasar llamándose Federico Reginaldo Caradehierro, su verdadero nombre traducido al español?). Así que no era extraño que estuviera encasillado en papeles de villanos terribles, psicópatas, sargentos tiranos o alguna otra clase de mandamás autoritario.
Bueno, no siempre. ¡Alguna vez también ha interpretado personajes simpáticos!
