Hace ya cinco años que el duro más duro de la televisión y el cine dejó su carrera. Fueron muchos los rumores que apuntaban a que su edad ya no le permitía seguir trabajando, pero el actor no tardó en aclarar al mundo que se retiraba «por amor». Porque incluso los más duros tienen su corazoncito, y el de Chuck Norris seguro que hasta tiene barba.
Norris dijo entonces que quería «centrar todo su tiempo y energías en cuidar» de su mujer, Gena, con la que se veía así de feliz por entonces paseando por San Francisco, según él mismo compartió en su cuenta de facebook:
Chuck contó en una entrevista a Good Healths que su mujer y él llevaban cuatro años embarcados en una dura pelea (y mucho ojito, que si de algo sabe este hombre, es de peleas), desde que su mujer sufriera una intoxicación por gadolinio, un metal pesado presente en un contraste que le inyectaron antes de realizarle una resonancia magnética. La CBS News se apresuró a compartir la noticia con el mundo.
Según cuentan, después de que en el hospital sus médicos negaran la posibilidad de la intoxicación por gadolinio, finalmente buscaron una segunda opinión en una clínica privada de Nevada, donde les fue confirmado el diagnóstico.
El matrimonio Norris aseguraba que, desde entonces, la salud de Gena se había visto gravemente afectada. Ella afirmaba que «a las pocas horas de la primera inyección» sintió que todo su cuerpo «estaba en llamas, como si hubiera pasado ácido a través de él».
Relataron también que, después de la resonancia, quedó postrada en la cama, con una vía intravenosa y la necesidad de cuidados de enfermería las 24 horas.
Chuck dormía en un sofá, junto a mí —dijo—. No me dejó sola. Creía que me moría, y yo solo quería vivir para criar a mis hijos.
Chuck, por su parte, declaró:
He renunciado a mi carrera cinematográfica para concentrarme en Gena. Toda mi vida en este momento se trata de mantenerla viva.
La inyección de contrastes antes de una resonancia magnética es una práctica extendida en todo el mundo, ya que permiten obtener una visión más clara. Según los datos que compartió la CBS, se estima que al año se hacen en el mundo unos 60 millones de resonancias y que, de ellas, la tercera parte reciben una inyección de gadolinio.
De ahí que el matrimonio Norris decidiera iniciar su personal cruzada contra ello, considerándolo un peligro para la salud pública, y finalmente presentaran una demanda oficial a través del juzgado de California.
Chuck no llegó a pronunciarse acerca de si volvería a las cámaras o no, aunque durante un tiempo estuvo escribiendo en su columna de CForce.
Pero, desde entonces, tal vez el ojo atento lo haya visto haciendo un pequeño cameo en un episodio de Hawai 5.0, en 2020, donde interpretó al Sargento Phillips durante la décima temporada.