Dice de él la Wikipedia que nació en 1945 en Hungría, que un ingeniero eléctrico retirado y que es modelo. Y dice también que es mundialmente famoso como meme de internet. Él es András Arató, a quien todo el mundo conoce como «Haz como que no te duele, Harold».
Y para todo el mundo habría seguido siendo «Harold», de no ser porque Arató contó, en una charla TEDx, quién era y cómo había llevado todo lo que había pasado con sus fotos.
Es como un cuento de hadas, pero es real. Es la historia de mi vida.
Así empezaba András la charla en Kiev en 2019, para después preguntarle al público: «¿Cómo se convierte un ingeniero retirado en un meme?». Después habla de un viaje a Turquía y de unas fotos que compartió en sus redes sociales con amigos y familiares, como podría haber hecho cualquiera de nosotros; fotos totalmente anodinas de un anónimo viajando. Pero hete aquí que un fotógrafo profesional contactó con él al ver las fotos y le pidió hacer una sesión, nada tampoco del otro mundo, las típicas fotografías para bancos de imágenes.
En las primeras fotos que se compartieron de él (sin ser todavía un meme), Arató aparecía como un médico modelo y como ¿feliz? marido.
Y, de repente, se desató el caos. Contaba él en la charla que verse convertido, de la noche a la mañana, en un chiste internacional fue algo lo superó absolutamente. Se enfadó con el mundo y con internet, exigía el borrado de toda publicación con su foto pero «por cada una borrada, aparecían tres más». Estaba, cuenta, «desesperado».
Y, entonces, sucedió algo «increíble»: un usuario descubrió su identidad y le instó a que hiciera algo que demostrara que era una persona real detrás del meme, y András le respondió con una imagen que, como no podía ser de otra manera, también acabó por ser viral: «Estoy vivo».
A partir de entonces, Arató cobró consciencia de que la gente no se estaba riendo de él, sino que él tenía algo que despertaba la emoción de la gente, y decidió sacarle provecho.
Arató es, desde entonces, su propia marca: a los cientos de miles de personas que le siguen en sus redes sociales y leen su página web, llamada Hide the Pain Harold, les cuenta todas las campañas publicitarias en las que se embarca (que no son pocas) y cualquier otra novedad que le ataña. Hace unas semanas, saludaba con una intrigante promesa: