Ha cumplido años estos días (61, concretamente) Michael J. Fox, uno de los actores más icónicos del cine de los ’80, a quien conocimos encumbrado gracias a su papel principal en la serie Enredos de familia y, sobre todo, a sus personajes protagonistas en auténticas obras de culto, como Teen Wolf o Regreso al futuro.

A la izquierda, imagen de ‘Regreso al futuro’. A la derecha, Fox en noviembre de 2019 (GTRES)
Era un ídolo entre los (y sobre todo «las») adolescentes de todo el planeta y parecía destinado a convertirse en una de las grandes figuras de Hollywood (o en uno de sus grandes juguetes rotos, quién sabe). Pero 1990 llegó duro para Michael cuando, a sus 29 años, fue diagnosticado de párkinson. Le dijeron, por entonces, que tendría suerte si podía seguir actuando diez años más.
Tal vez, en el recuerdo colectivo, hay una especie de halo que dice que entonces su carrera se detuvo, aunque eso no es del todo cierto: Fox no llegó a dejar la interpretación, solo que tras aquel varapalo muchos de sus papeles quedaron relegados a personajes secundarios o de protagonismo compartido y su nombre dejó de figurar entre los candidatos a los «grandes títulos». Pero no olvidemos que, aún a mediados de los ’90, Fox estuvo presente en Agárrame esos fantasmas y en Mars Attacks!, además de empezar la serie que lo mantendría en antena hasta 2001: Spin City: Loca alcaldía.
Tal vez fuera precisamente eso, que se fuera de nuevo a una sitcom para la televisión, lo que creó ese pensamiento de «este actor está acabado», porque recordemos que, en los ’90 y 2000, en la época anterior al streaming, los actores de cine se iban a teleseries cuando ya nadie los quería para otra cosa.
Como le habían vaticinado, a sus 39 años anunció que su estado de salud no le permitía seguir trabajando y centró sus esfuerzos en la Michael J. Fox Foundation para recabar fondos para investigación y lucha contra el párkinson (recaudó más de 800 millones de dólares). Pero Fox no abandonó del todo la actuación. Después de 2000 aún trabajó como actor de doblaje en varios proyectos, entre ellos las segunda y tercera parte de Stuart Little (donde pone voz al ratón) y recurrentes en varias series de tirón, como Boston Legal, Scrubs o The Good Wife.

El actor como Louis Canning en ‘The Good Wife’
Pero, esta vez sí, su retirada ha llegado de manera definitiva 30 años después de ser diagnosticado y tras haber superado un grave problema de alcoholismo. Fox anunció en 2020 que abandona la actuación.
Fox ha llegado a publicar hasta cuatro libros de memorias, el último de ellos en 2020: No hay mejor momento que el futuro: cómo afronta la muerte un optimista. Concedió entonces una entrevista a People en la que contaba cómo sus últimos trabajos ya habían supuesto para él todo un reto:
Mi memoria a corto plazo está destruida. Siempre tuve una gran facilidad para las frases y la memorización y tuve algunas situaciones muy complicadas porque, en el último par de trabajos que hice, interpreté papeles con muchas palabras y tuve problemas con ambos.
No está mal, seguir actuando durante 30 años cuando te habían dicho que serían 10 con suerte.
También en sus memorias, habla de su último gran problema de salud, ocurrido en 2018, cuando le encontraron un tumor en la médula espinal que, a pesar de no ser cancerígeno, crecía con mucha rapidez y, de no ser extirpado, lo llevaría a una parálisis en poco tiempo. Por la situación del tumor la operación era de alto riesgo pero, afortunadamente, todo salió bien.
En No hay mejor momento que el futuro, que se ha editado en español, Fox comparte pensamientos muy, muy íntimos acerca de todo lo vivido en torno a su enfermedad y cómo esta acabó por convertirse en el eje de su vida, su familia y su trabajo, sin privarse de dureza ni tampoco de esperanza, como advierte en el título:
Antes solía desafiar la gravedad diariamente y era capaz de correr como un pura sangre. Ahora tengo sesenta años y me contento con caminar como si tuviera noventa.
No quiero vivir así, pero he aceptado que no tengo otra manera de hacerlo.
Al final, todo se resume en dar gracias. Estoy agradecido por todo, por cada fractura, por cada gesto y por cada giro equivocado, por las pérdidas inesperadas porque han ocurrido de verdad y porque solo así se pueden poner de relieve la alegría, los logros y el tremendo amor de mi familia. Creo que, al final, puedo ser al mismo tiempo un optimista y un realista
Hace unas pocas semanas, concedió a AARP.org una entrevista para un reportaje tan honesto como todo lo que rodea al actor en cuanto hace.
Si puedes encontrar algo por lo que estar agradecido, entonces todavía tiene cabida el optimismo.
Pobre hombre, un gran actor, pienso que al igual que el muchos artistas, Cantantes, Actrices, no deberian de sufrir así, más bien la escoria, la basura corrupta y los Criminales son los que se merecen sufrir lenta y dolorasamente.
10 agosto 2022 | 5:50 pm