Han pasado ya 24 años, casi un cuarto de siglo, desde que el mundo se escandalizara (really, George?) con la historia de Bill Clinton, entonces presidente de los EE.UU., y Monica Lewinsky, becaria veinteañera de la Casa Blanca.
Por el medio hubo negaciones, lamentaciones y disculpas públicas, un vestido y hasta un libro de memorias llamado Monica’s Story montado por el polémico biógrafo Andrew Morton que, si bien tuvo que esperar a que pasaran los plazos legales, supuso para Lewinsky un suculento anticipo de medio millón de dólares (de entonces). Algo muy jugoso, habida cuenta de que Monica, en ese momento, se encontraba lanzando su propia empresa, The Real Monica, que (esto os va a encantar) era de confección y venta de bolsos de punto reversibles.

Monica muestra su autobiografía escrita por el famoso y controvertido biógrafo Andrew Morton en marzo de 1999. (GTRES)
No le fue mal, porque poco después fue portada en la revista Time y su entrevista con Barbara Waters, por la que cobró un millón de dólares, fue vista por más de 70 millones de personas. Y tal vez sea este un buen momento para hacer una parada para la reflexión acerca de que todo un señor presidente de los EE.UU. tuvo relaciones sexuales en el despacho oval de la Casa Blanca, sus dominios, con una mujer de rango muy inferior a él, pero la «guarra» internacional fue ella, que andaba haciendo felatios y cosas de esas de gentes de picos pardos.
En fin.
Lewinsky, para cuando acabaron los ’90, acostumbraba ya a firmar de millón en millón. Su siguiente contrato fue con Jenny Craig para protagonizar una campaña de una famosa dieta. Aquel contrato la obligaba a perder 20 kilos en seis meses. Pero fue un asunto polémico —por varias razones— y, finalmente, la campaña se canceló antes de tiempo y la exbecaria cobró «solo» trescientos mil dólares.

Monica Lewinsky saliendo de un restaurante en 2014, en Nueva York. (GTRES)
Finalmente, se mudó a Nueva York y a empezar a otra vez. Ha pasado por televisión, trabajando como corresponsal del Channel 5 británico y participado en un documental de HBO y en un programa de citas a ciegas llamado Mr. Personality, que a punto estuvo de cancelarse por las protestas de los patrocinadores pero que, finalmente y vista la audiencia, se estiró hasta que perdió fuelle y prescindieron de ella.
Con The Real Monica ya cerrada, se fue a vivir a Londres, estudió psicología social y desde entonces Monica ha lavado su imagen trabajando para organizaciones solidarias, asegurando que «lamenta profundamente lo que pasó».
En octubre de 2014 participó en una campaña contra el acoso cibernético, y aseguró que ella misma había sido ‘la víctima 0’, o sea, la primera de todas esas víctimas. En una entrevista a Forbes sobre las secuelas del escándalo, Monica afirmó que «después de haber sobrevivido a sí misma» quería dedicarse a ayudar a sobrevivir a «otras víctimas del juego de la vergüenza», y la revista Vanity Fair la fichó como colaboradora para hablar de este tipo de temas.
Ahora tiene 48 años y lo último es que se ha convertido en productora de televisión. En septiembre de 2021, HBO Max lanzó 15 Minutes of Shame (15 minutos de vergüenza, juego de palabras con «15 minutes of fame», 15 minutos de fama), un documental sobre historias como la suya.
Además, y esto os vendrá bien a quienes no conocéis/recordáis la historia, en la temporada Impeachment de American Crime Story hicieron una buena recreación del asunto, de la que Monica se muestra orgullosa en su twitter, donde su bio reza que es «Activista antiacoso. Conferenciante Ted. Colaboradora de Vanity Fair. Musa del rap. Exmodelo de boina. Tejedora».
last fall i heard from LOADS of people on how/where to watch Impeachment: American Crime Story… well, TA-DA…
ALL episodes on @hulu as of today. #ACSImpeachment pic.twitter.com/Sp80Yow21k— Monica Lewinsky (she/her) (@MonicaLewinsky) March 7, 2022
Glam Monica Lewinsky Lit Up The Red Carpet For Premiere Of The New Impeachment Crime Story
See https://t.co/bzJ8N6GJtO pic.twitter.com/wsFwbDQGwL— Off The Press (@OffThePress1) September 3, 2021
Monica Lewinsky saliendo de un restaurante en 20014 (Año 20.014 ?)), uff
06 junio 2022 | 11:07 am
Lo que más impresiona es la foto de 20014. Qúe bien se ha conservado en los últimos 18000 años!
06 junio 2022 | 11:27 am
El mundo libre y democrático, avanzado, se escandalizó por el placer ajeno. El sexo, ohhh, la gran sustancia demoníaca, esa cosa malvada y ruin, que hace partirse el universo por la mitad.
Ese artilugio que no forma parte del cuerpo humano, porque siempre anda emborronada en los medios en una nube de moral dignísima y pura.
Prefiere el humano ver esqueletos, cuerpos destrozados en exposiciones, músculos, nervios y huesos, vísceras, antes que verse por fuera al completo.
El cuerpo, el sexo, la naturaleza, el placer, el goce, prohibidos, censurados, culpables que nos lleva al infierno… Igual dentro de poco descubren que todos venimos de él y que sin él no habría vIda en este planeta que queremos salvar, ohhh, gran hUMANIDAD.
06 junio 2022 | 11:31 am
Ahora culpan al porno de las violaciones en grupo porque dicen que hace años 250 millones de personas vieron una peli porno con trama de una violación en grupo. Magnífico. Ahora tenemos a 250 violadores grupales en el mundo. Qué será de nosotros cuando millones de personas ven series donde se secuestra, asesina, viola a gente aunque no de manera explícita. Estamos rodeados de asesinos, secuestradores, ametralladores, lanzadores de misiles nucleares, porque la relación entre el visionado de películas de ese tipo y al realidad es clarísima, como dicen por ahí algunos «doctores y expertos».
EL sexo siempre culpable de todas las cosas.
El mundo ofrece novedades y el sistema no es capaz de crear una educación sexual, en este caso, o para censurar o intentar justificar la realidad con disparates como el comentado, sino para dar luz racional sin tabú sobre el tema.
06 junio 2022 | 11:37 am
Con Monica Lewinsky empezó un tipo de periodismo y un modo de hacer política que ha llevado directamente hasta hacer que gente como Donald Trump pueda acceder a la Casa Blanca. Convertir un asunto escandaloso pero privado en un espectáculo público. Y la forma de gestionarlo de Clinton, convertido en una especie de showman a partir de ese momento, colaboró mucho en esa transformación. Un momento más importante de lo que parece, que va mucho más allá del morbo o el escándalo de faldas.
06 junio 2022 | 2:07 pm
Somos hipócritas.
Miramos no-por, somos adúlteros, somos fornicarios, etc. (no todos, claro), pero miramos a alguien cayendo en esos errores lo lapidamos inmisericordemente.
Lo otro… Ajá, qué quieren, que la otra tenga cuerpo de anore(xia)? Nombe, si ella tiene su talla XL, no quieran que sea tipo Karen Carpinter
10 junio 2022 | 3:38 am