Me vais a decir que soy una pesada porque siempre digo lo mismo, pero es que es lo que es: hace más de 20 años ya de aquel estreno revolucionario que fue Gran Hermano; aquel que nos dijeron que era un «experimento sociológico» (ja, ja, ja, ja, ja, ¿os acordáis?) para que pudiéramos verlo tranquilamente sin sentir vergüenza por habernos convertido en un país de abiertos voayeurs.
En su primera edición brotaron nombres que quedaron calados en el recuerdo, y algunos con chascarrillo incorporado. María José Galera y Jorge Berrocal se enamoraron para siempre en una semana (y se desenamoraron igual de rápido después), al pobrecito «alguien le puso la pierna encima para que no levantara cabeza», y el trío Ismael-Iván-Íñigo formó su particular mafia y así bautizaron a la perrita que entró en la casa a hacerles compañía: Mafi.
En aquella ocasión, cuando todavía aquello colaba como «experimento sociológico» y no como la versión extendida de Tronistas in da house, se erigió como flamante ganador un joven y locatis Ismael Beiro. ¿Puede que hubiera ganado Ania Iglesias de no haber sido por Íñino, «el del polo verde»? Puede. Quién sabe. La cuestión es, amiguis, que ganó Ismael. Tenía entonces 26 años. Acaba de cumplir 47.

A la izda, imagen de 2000. A la derecha, en septiembre de 2021 (GTRES)
Solo dos años más tarde de proclamarse vencedor de GH1, Beiro (tal vez lo recordéis) sufrió un accidente de moto después de que un todoterreno que se saltó un semáforo lo arrollara. Pasó 40 días en coma y tardó 2 años en estar «recuperado», aunque ha dicho en numerosas ocasiones posteriores que ha tenido secuelas y que considera que tardó muchos más años en estar recuperado del todo.
No ha sido raro, en todo este tiempo, ver a Ismael en diferentes programas de televisión de toda índole y ha sido invitado estrella de Sálvame en varias ocasiones, en Telecinco, su «alma mater». Además, es ingeniero superior marítimo, tiene diplomatura en Marina Civil y es integrante del equipo de monologuistas del Circuito Nacional de Comedia.
Probablemente por todo ello ha llamado tanto la atención el giro profesional que ha anunciado este mismo año: se pasa a la bolsa. Contó hace unos meses en el espacio de Lorena Rodera en Mtmad que estuvo un tiempo formándose y que ahora lleva algo menos de un año dedicándose al trading. Ha publicado incluso un libro con Alienta Editorial, sello del Grupo Planeta, titulado La vida es trading.
Dentro de su modestia, que es parte de su marca personal, ha querido dejar claro que ha «ido muy lento, mirando todo» y que «el trader se hace a sí mismo»; no lo plantea como un método de «hazte rico fácil y rápidamente». Decía en su instagram que el libro es «una guía para entender, de manera fácil y cómoda, qué es esto de los mercados financieros y la bolsa».
Pero, además, Beiro daba otra sorpresa y dice que tiene en miras la posibilidad de presentarse en 2023 a ser alcalde de Cádiz, su ciudad natal, a la que adora. Según él, «después de haber recorrido mundo y haber visto muchas ciudades que estaban marginadas y hoy son número uno» tiene en mente lo que podría aportar a su Cádiz, lo que podría hacer para que mejore porque, dice, «Cádiz no va a perder nunca encanto mientras haya gaditanos allí».
Otro embaucador
12 diciembre 2021 | 11:39 am
Ismael me parece un gran ejemplo de superación.
Ojala alcance todas las metas que se proponga
12 diciembre 2021 | 1:12 pm