Yo imagino que, incluso si no la habéis visto, todos sabéis de qué peli os hablo si os hablo de Noche en el museo, ¿verdad? La película (bueno, «las», que en realidad hay tres) está basada en el libro para niños homónimo, de autoría de Milan Trenc. En ella Ben Stiller es Larry Daley, vigilante nocturno en el Museo Americano de Historia Natural.
En la segunda parte, se traslada al Smithsonian, y en la tercera (que es la que me interesa hoy) se va al Museo Británico.
Bueno, pues Noche en el museo (cualquiera de las tres),en mi casa, es una peli comodín: cuando nos apetece ver una peli y no nos ponemos de acuerdo, ponemos una familiar que nos guste a todos, aunque ya la hayamos visto. Y hará una semana cayó la tercera, que hacía ya tiempo que no la veíamos. A los niños les gusta, sobre todo, después de que, hace unos años, fuéramos a pasar nuestra propia noche en el museo al Museo de Historia Natural de Madrid, que no sé si sabéis que organizan – ¿organizaban? :'( – acampadas y actividades nocturnas dentro del museo.
Total que el otro día, mientras la veíamos, preguntaba la mediana cosas como «de quién es ese museo» (el Museo Británico), «cómo consiguieron tantas cosas» y «por qué no las dejan donde estaban para que las podamos ver gratis, que es que vaya morro que luego cobran la entrada para ver algo que es de todos».
Y yo, pensando en la explotación capitalista y el expolio de los grandes yacimientos, me preguntaba por qué no volvíamos a la sencilla conversación sobre cómo murió David Carradine.
Y, ni que nos hubiera estado espiando por un agujerito (que lo mismo sí, porque ella es bastante pequeñita y bien podría cabernos debajo del sofá), un par de días después vi esta publicación de mi amiga y excompañera de Artes, Marilú Casas (artista, artesana, restauradora y actriz que se presenta a sí misma como diletante xD) sobre el origen del Museo Británico y del Museo de Historia Natural de Londres, que me pareció de lo más interesante y que, sin más dilación, hoy os traigo al blog 🙂 Lee el resto de la entrada »