Tú te vuelves hoy día a ver pelis de los ’80 y hay muchas que te es imposible no seguir viéndolas con esos ojillos inocentes que tenías entonces y te parecen fantásticas e imprescindibles, como Willow o La princesa prometida. Y luego hay otras que ahora las ves y te parecen un mojón incomestible que no te explicas por qué te tenían en ese nivel de fascinación antaño.
Pues que nadie se me enfade, por favor, me vais a perdonar pero yo Top Gun la meto en estas últimas. Eso sí, me pasa con Kelly McGillis lo que con Elisabeth Shue (que si aún no la habéis visto en lo último para Prime Video, yo no sé a qué estáis esperando): que me gustan tanto que se lo perdono todo.
McGillis tuvo su época dorada en los ’80 (la misma en que se inició en el cine, en Reuben, Reuben), cuando fue el personaje femenino potente en taquillazos como Top Gun, Acusados, Único testigo y Made in Heaven.
Y en los ’90, aunque es cierto que su producción se mantuvo, sus papeles fueron decayendo y, para cuando terminó la década, casi todo lo que hacía eran películas para la televisión, con títulos como El tercer gemelo o Twister: La venganza, lo que os dará una idea aproximada de lo que hacía. Aunque tengo que hacer un paréntesis obligado para rescatar, de 1994, Un muchacho llamado Norte, en el que si bien el de McGillis no era un gran papel, tiene reseñable que vio nacer como intérpretes a Elijah Wood y a Scarlett Johansson.
Llegados los 2000, y cumplidos sus cuarenta años, seguro que no hace falta que os diga lo que Hollywood hizo con ella ¬¬ Lee el resto de la entrada »