Hablamos con Flipy de ciencia, videojuegos y los límites del humor: «Solo cambiaremos cuando no tengamos miedo»

Productor, actor, doblador, cómico, guionista y, en general, hombre para todo: Enrique Pérez Vergara, aka Flipy. Le entrevistamos para saber qué fue de él.

Un repaso rápido:

Flipy, cómico de nacimiento, hombre de ciencia por vocación, empezó su carrera artística a finales de los ’90. La inmensa mayoría del país lo conoció en 2006, cuando llegó al programa de Pablo Motos, para encabezar la sección de ciencia, acercándola al gran público con una fórmula pocas veces vista. Sin embargo, Flipy había pasado ya, además de por varios programas de Antena3 y TVE1, por (aunque entonces no lo podíamos saber) lo que marcó un hito en la evolución de la comedia en este país: el programa Nuevos Cómicos, de la cadena Paramount Comedy, a principios de la década de los 2000, cuando la stand up comedy empezaba a ganarse una buena posición en nuestro entretenimiento.

Y, aparte de que no deja de ser una visión al pasado más que interesante (porque hace ya 20 años, chatos), las cosas como son: era el destornille verlo.

Al llegar a El Hormiguero, cuando aún se emitía en la cadena Cuatro, de pronto ese cómico «alternativo» se convirtió en un must del prime time y en su propia marca: era la estrella del programa, el viral de la tele. Le puso voz en 2009 al científico Flint Lokwood, protagonista de la peli Lluvia de albóndigas. Protagonizó y produjo Campamento Flipy en 2010. Incluso hubo un juego de sobremesa con su nombre.

 

Las albóndigas en la lluvia y el Flipy en la sopa. Flipy everywhere.

PERO, casi coincidiendo con el paso de El Hormiguero del canal Cuatro de Mediaset a Antena 3 de ATRESMEDIA, en 2010 Flipy abandonó el programa (no sin suscitar algunos rumores sobre unos supuestos «celos» de Motos, que tanto uno como otro tuvieron a bien desmentir).

Muchos nos quedamos preguntándonos qué haría Flipy, después de ser el «científico loco» más conocido de España. Y una, que cada vez va teniendo menos vergüenza, le mandó un buen día un tweet, a ver si me lo quería contar él de primera mano. Y, mátame camión, ¡que me dijo que sí! Así que he tenido el GRAN privilegio de hablar con él un rato, y aquí os lo cuento:

¿Enrique o Flipy?
Flipy, Flipy, por favor.

Es un placer hablar contigo. Te sigo desde hace un montón, desde que salías en Nuevos Cómicos en Paramount.
Uf, madre mía, ya no podría hacer lo que hacía allí. Las cosas que se decían… Auténticas burradas. Ahora ya no se puede decir lo que se decía entonces.

En esa época de oscurantismo moral pre-twitter, ¿verdad? ¿Ya no se puede hacer ese humor?
Creo que desgraciadamente en humor, como en tantas otras cosas, hemos ido para atrás. Hace quince o dieciséis años había mucha más libertad que ahora y, de hecho, no solamente en el stand up, que por naturaleza tiene que ser irreverente, como el bufón del pueblo: el payaso que dice a través de un micro lo que, en realidad, todo el mundo piensa.

Y sin embargo ahora a veces pareciera que por decir lo que todo el mundo piensa te expones a que te apedreen, o a que te metan en la cárcel.
Yo creo que hay varios problemas: el primero es de la sociedad, que se autocensura. Creo que en general la gente se ha vuelto menos valiente. No quiero decir que se haya vuelto miedosa, pero sí que tendemos a autocensurarnos, y ese es el primer error como sociedad. Y lo que tenemos que hacer es decir lo que queramos y punto: no deja de ser humor, de ser una visión sarcástica, o irónica, o con todas las herramientas que tiene el cómico para tratar un tema. A mí me parece una vergüenza lo que está ocurriendo. De hecho yo puedo no estar de acuerdo con determinadas letras o exaltaciones, pero mira, yo les contestaré desde otro sitio, desde luego no metiendo a la gente en la cárcel, o no metiéndole multas absurdas a un chico porque ha hecho un meme. ¿Lo siguiente qué va a ser? ¿Tendremos que publicar revistas de nuevo como La Codorniz, y reírnos de una manera que no entiendan los que legislan?

Además el humor siempre ha sido una herramienta de cambio social importante, es un medio para la autocrítica: riámonos de lo que estamos haciendo mal.
Mira, lo normal sería en una sociedad que tú entendieras cómo ha sido ese tiempo revisitando los monólogos de los cómicos que estuvieron en ese momento. Yo por ejemplo oigo a George Carlin y sé cómo era la sociedad en los años ’70 en EE.UU. Al final el cómico de stand up es un reflejo desde un punto de vista sarcástico del momento en el que vive.

Las redes sociales nos han estallado en la cara a todos, ¿tú crees que nos estamos acomodando aún a esta nueva realidad y que recuperaremos ese humor fresco y suelto que teníamos hace quince años?
Bueno, yo creo que hay gente que lo hace. Para mí David Broncano, Quequé, Ignatius… Gente así para mí ahora mismo son un poco los abanderados. Tienen también la suerte de estar en un medio en el que les dejan hablar y expresarse, que también es de quitarse el sombrero y a veces te sorprende que medios tan tradicionales como la SER emitan programas como el que hacen ellos de La vida moderna que es una maravilla.

¿Crees que la clave puede ser la capacidad de adaptarse al cambio, aunque seas un medio tradicional?
Yo lo que creo es que hay que dejar a la gente vivir. Hay que dejar a la gente expresarse: tiene que haber todo tipo de programas, expresiones y de interpretaciones de las noticias. Lo que se está haciendo es capar una libertad. En este caso, la de contar la actualidad desde el humor.

Es decir: existe el humor blanco, que me parece maravilloso, yo me puedo seguir riendo con Los Payasos de la tele, pero también me gusta un humor ácido, negro. Creo que todo convive, y cada vez tratan más de aborregar a la gente.

Se habla mucho últimamente de dónde están los límites del humor. ¿Tú pondrías algún límite al humor?
Creo que el límite del humor cada uno se lo tiene que aplicar como individuo, no como sociedad. En mi caso, yo nunca haría humor de alguien que realmente lo esté pasando peor que yo, ese es mi límite. El resto me da igual: se puede hacer humor de lo que uno quiera y de la noticia que haya surgido por muy grave que sea. Aparte me parece que el humor es una muy buena manera de combatir el dolor. En EE.UU. después del atentado de las Torres Gemelas en los clubs se empezó a hacer humor con eso, no de las víctimas evidentemente, sino del otro lado, y la comedia ayuda en general a hacer a la gente sentirse bien.

Un poco lo que pasó aquí con «el hijo de la Tomasa», ¿no?
Efectivamente, lo del hijo de la Tomasa me pareció maravilloso. Pero esto se intenta impedir desde determinados estamentos sociales. Para mí la política que ejercen determinados partidos y jueces es de asustaviejas.

El miedo es un arma poderosa para controlar a la gente.
Sí, pero utilizar la herramienta del miedo para controlar a la gente es sinónimo únicamente de alguien que realmente no tiene nada que aportar, y el único recurso que le queda es el de meter miedo, y eso es lo que hacen. Cuando no tienes un discurso, cuando estás tan lejos del avance social, lo único que te queda es meterles miedo para que no sucedan avances, para que se quede donde está o retroceda.

No hay más que ver lo asumido que tenemos el «más vale malo conocido que bueno por conocer», que si te paras a pensarlo es un absurdo, ¿no? ¿Cómo va a ser mejor malo conocido?
El problema es que en España llevamos conviviendo con el malo conocido demasiados años. Nos tenemos que mirar como sociedad, y quizá salir a la calle, protestar, cada uno desde el sitio que tenga y ahora mismo a las redes sociales tiene acceso todo el mundo. Yo por ejemplo estoy muy en contra de que la gente se oculte en redes bajo un pseudónimo. Creo que tendría que haber un registro en las redes sociales, pero lo que habría que hacer es no tener miedo a decir «Me llamo Pepito López y pienso así». Solo cambiaremos como sociedad cuando no tengamos miedo.

Qué gran reflexión, Flipy. Madre mía, lo que nos han dado de sí los monólogos.
La verdad es que en España hay una grandísima generación de cómicos. Muchas veces se mira demasiado fuera, pero yo que he tenido la suerte de ver mucha comedia te digo de verdad el nivel de los monólogos que se hacen en España… Hay gente muy, muy brillante.

Totalmente de acuerdo. Te confieso que lo primero que hice cuando me independicé fue ponerme la tele por cable y me enganché a Nuevos Cómicos: tú, Raúl Cimas, Joaquín Reyes cuando aún «no era» Joaquín Reyes…
Cuando nadie era nadie, en realidad. A mí lo que más me gusta de mi vida en general es haber estado ahí, en el principio de todo esto. Yo empecé en el año ’99, cuando éramos cuatro: Chemi Parra, Alfredo Díaz, Víctor Serrano y yo. De ahí a ahora ha habido un cambio enorme, en la forma de hacer humor, de subirse al escenario… Ha quedado el post-humor, hemos evolucionado. Hay gente muy buena, y todo gracias a que en este caso Miguel Salvat y Felipe Pontón apostaron en su momento por Nuevos Cómicos y por instaurar la stand up en España.

Se ha evolucionado colectivamente e individualmente también. Si comparamos tu imagen en Nuevos Cómicos con, por ejemplo, la de la entrevista en Late Motiv el año pasado, no pareces la misma persona.
Claro, tiene que haber evolución. A mí me encanta la música y me gusta que los grupos evolucionen. Tú, como artista, no puedes subirte a un escenario diecisiete o veinte años después de la misma forma. No es que pienses diferente, pero cambias. Yo me lo he pasado muy bien actuando, y es verdad que antes era mucho más histriónico, más subido de tono, más subnormal todo. ¿Ves? Habría dicho subnormal, que tampoco se puede decir ahora. Pero bueno, también me apetecía contar otras cosas.

Flipy-necesitas-parar

Supongo que forma parte de hacerse mayor.
Hacerse mayor es un tema mental. Lo llevo diciendo desde que era joven.

Después, con algunos de los «nuevos cómicos» estuviste detrás de Muchachada Nui, ¿verdad?
Tuve la suerte de poder producir todas las temporadas de Muchachada Nui, de Retorno a Liliflor, de Museo Coconut, y de haber vivido el desarrollo de todos los chanantes. Fue muy gratificante. Creo que es una pequeña foto de la que puedo decir que formé parte.

Sin duda, creo que no hay nadie en este país que entienda el humor actual sin vosotros.
Creo que la mayor aportación que hice fue dejarles trabajar. Dejarles ser ellos. Yo tenía muy poco que aportar a nivel creativo, aquel universo era muy ellos, y mi función era que la cadena se entrometiera lo mínimo posible y que ellos pudieran desarrollar su propuesta de humor como querían, y es de lo que más orgulloso me siento.

A Buenafuente le dijiste una frase que se me ha quedado. Le dijiste: «he tenido la suerte de trabajar con gente que tiene más talento que yo».
Es que en eso consiste.

Con veintipico años de carrera que llevas, sorprende tanta humildad.
No es humildad, ni falsa humildad, es que pienso así, es la realidad. Como individuo tú tienes una propuesta, pero como te enriqueces es cuando trabajas con más gente, y si es gente con talento mucho mejor. Yo he tenido la suerte de haber trabajado con ellos, con Mota, con Goyo Jiménez, con Pepe Viyuela, con Santi Millán, con un montón de gente que me ha aportado mucho.

Te hace muy grande esa manera de verlo y de sentirlo. No hace mucho me decía Chelo Vivares que pobre del que crea que ya no tiene nada que aprender.
Con Chelo he tenido la ocasión de trabajar y lo mismo. Hicimos un falso documental de Espinete y se la quiere mucho a Chelo. Es increíble cómo alguien únicamente con su voz te creaba vida y te emocionaba. También estuve con parte del equipo de Jim Henson, y era increíble porque yo me crié con Barrio Sésamo, con el Conde Draco… He tenido la suerte de encontrarme en todos estos años con gente que ha hecho cosas increíbles.

Claro, es que la gente contigo, en general, anda un poco despistada, porque en El Hormiguero se te vio mucho, mucho, mucho, pero poco a poco fuiste poniéndote cada vez más tiempo detrás de la cámara. No sé si un día te sentaste y lo decidiste o si fue una evolución natural.
Fue una evolución natural. En el año 2000 fundé, junto con mi hermano Rafa Parbus y Jorge Torrens, la primera productora y desde el minuto uno siempre teníamos la inquietud de contar historias, más allá de que yo desarrollara mi carrera como cómico. Para mí siempre han sido dos cosas paralelas y siempre que he tenido que decidir a qué darle más importancia he dejado atrás al cómico. He dedicado más tiempo a creer en contar historias.

Entonces sí, llega un momento en que creo que mi etapa en El Hormiguero termina, en que tengo la necesidad de evolucionar, y eso es lo que hago. Cuando arrastras tantos años en un prime time, durante años, más toda aquella vorágine, hay un momento que necesitas parar, frenar, fracasar… Y luego volver y evolucionar. Y ese es el momento vital en el que estoy ahora.

Pero es que has hecho un montón de cosas. Aparte de Muchachada Nui, luego pasaste al programa de Mota.
Sí, fue un reto. Se trataba de pasar del modelo de Cruz y Raya a José Mota, y creo que logramos el objetivo. Luego hice Se hace saber, Plaza de España, Chiringuito de Pepe, Olmos y RoblesSopa de gansos, que es un programa al que le tengo mucho cariño, sobre todo al documental que hicimos porque creo que conseguimos agrupar a toda la gente que ha hecho comedia. Dentro de unos años cuando tú veas Sopa de gansos te harás una idea de todos los cómicos que había en España en ese momento. Hicimos un documental muy bonito en el que sí sentí por primera vez que había aportado algo a la época. También está la última actuación de Pedro Reyes, a quien yo quería muchísimo.

Pedro Reyes, qué grande. Tienes razón: se puede ver la evolución de una sociedad y de un país entero a través de la evolución de su comedia.
La comedia está muy denostada en este país y no nos damos cuenta del valor que tiene en la sociedad.

Yo quiero confiar en que estamos en una época de transición y que en algún momento terminaremos de aterrizar en esta nueva realidad extraña.
Yo creo que el problema es que llevamos como una transición de más de sesenta años.

Hemos hablado de comedia y de parte de lo que has hecho como productor. Pasemos a la ciencia: por favor, Flipy, háblame de Flipy’s Tesla!
También es una evolución que surge porque a mí me preocupa mucho la educación. Creo que es básica para evolucionar. Soy de los que todavía creen en la educación pública, y creo que igual que internet democratizó la información tenemos una oportunidad, a través de la tecnología, de democratizar la educación. No te digo que sea sustitutivo de los sistemas tradicionales, pero sí complementario. Creo en la gamificación de las aulas, en la educación digital, y el primer proyecto que hemos desarrollado es un videojuego en VR 100% experiencial que se llama Flipy’s Tesla! que está enfocado a desarrollar la curiosidad a través de un juego.

Tú ayudarás a Bio, una joven científica que trata de resolver por qué está desapareciendo todo el conocimiento almacenado en una escuela, y para ello tendrás que hacer una experiencia basada en ciencia, tecnología, ingeniería, biología, etc. Está enfocado a niños, a docentes, a todos aquellos que les guste la ciencia. Ha sido un primer proyecto que hemos desarrollado junto a Javier Santaolalla, que es un físico de partículas y divulgador que fue investigador del CERN, y hemos contado con el apoyo del Proyecto CREATIONS, que es un proyecto de innovación de la Unión Europea para apoyar proyectos de divulgación científica que aúnen ciencia y arte para promover la creatividad en el aprendizaje de la ciencia. Estoy muy contento. Creo que la realidad virtual en el futuro estará más presente y revolucionará parte de la enseñanza. Permitirá que existan laboratorios dentro de colegios en los que ahora es inviable. Ya hay profesores que lo están haciendo. En general, el uso de la gamificación dentro de las escuelas es positivo.

Estoy de acuerdo contigo en que actualmente tecnología y educación no pueden ir por separado, estamos en un punto en que hay que unirlos, y conseguir unirlos de una forma divertida como es el juego pone los vellos de punta.
Es el granito que hemos tratado de aportar. La idea es seguir desarrollando proyectos que tengan que ver con el uso de las herramientas del entretenimiento y la ficción aplicadas a la educación.

Además, te tengo que confesar una cosa: me toca la fibra porque es una aventura gráfica, y yo me declaro una friki de las aventuras gráficas.
Yo también soy muy fan, del Maniac Mansion, el Día del tentáculo... A mí siempre me habría gustado formar parte de una aventura gráfica pero de manera inclusiva, y eso ahora la realidad virtual te lo permite.

Igor, Monkey Island… Los que nos terminamos el Hollywood Monsters en la mitad del tiempo que ponía la caja deberíamos ponerlo en el curriculum.
Total, total, totalmente, yo también. Yo conozco incluso a gente del equipo olímpico español de deportes de invierno que como aquí no hay instalaciones entrenan con videojuegos.

Una de las últimas estupideces que decía Trump era que echaba la culpa de las matanzas en EE.UU. a los videojuegos. Nadie mata con un joystick, la gente mata con balas, con rifles, con pistolas… Y la gente, eso, lo puede comprar. Los videojuegos han estado denostados durante mucho tiempo a nivel social, y me parece otro error.

Los padres lo oímos mucho, la gente siempre dice lo de «todo el día en la maquinita no, que ya lleva una hora», y quitan la maquinita y enchufan la tele. Y dices, «jolín, con la maquinita está pensando, diseñando estrategias, creando».
Claro, es lo que yo creo. Y al final la caja tonta no es el emisor, no es la tele como aparato, es lo que va dentro. Es mucho más inteligente un videojuego que te desarrolla estrategia, trabajo en equipo, valores, etc., que estar enchufado a la tele consumiendo programas que no te aporten nada.

Claro, siendo un sujeto pasivo de las historias de otros.
Ese es otro gran problema que tenemos en la sociedad hoy día. Somos uno de los países que más uso de redes sociales hace en Europa pero, curiosamente, únicamente como reenvíos. Es decir: se crea poco material original y lo que se hace es que se retwittea muchísimo.

Las páginas, de hecho, que mejor funcionan en España suelen ser páginas que ofrecen todo contenido nativo pero nada original.
Es el equivalente al zapping de toda la vida. Creo que están bien, que tienen que existir, pero hay que dar un valor al autor original de los contenidos, a la gente que crea.

Claro, además muchas veces los creadores es de lo que viven: de lo que crean. Y esto no contribuye a poder seguir creando.
Exacto.

¿Y qué me dices de N00Bees?
Las abejas novatas. Es una serie sobre eSports que vamos a producir en MEDIAPRO para Nickelodeon para toda Latinoamérica. Esperamos que vea la luz a lo largo de este año. Empezamos la grabación en abril y hay en proyecto sesenta episodios.

¿La podremos ver en España?
Espero que sí, que se pase para aquí o que si alguien compra el formato se pueda producir aquí. Estoy muy contento. Es una nueva aventura, la primera vez que hago algo fuera.

Me queda una curiosidad: ¿de dónde te viene esta pasión por la ciencia?
Por curiosidad, por mi padre. A él le gustaba mucho.

Oye, antes de terminar: que me ha pedido mi hijo de siete años que te diga que la peli de las albóndigas te quedó muy chula. A él le encanta la ciencia, y es en parte gracias a ti.
¡Gracias! Pues si le gusta la ciencia dile que le recomiendo un canal de YouTube que se llama Date un voltio.

Cuando cambiemos de consola, tiraremos por PlayStation para hacernos con el Flipy’s Tesla! Flipy,  muchísimas gracias por atenderme.
De eso nada, gracias a vosotros.

 

3 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser DD

    El humor es genial sin duda, pero el bueno. Hacer chistes o canciones sobre los politicos o gente corrupta es un recurso demasiado fácil que no tiene gracia ninguna, además sólo beneficia a quien los hace apareciendo en sketch de tv o radio y que no soluciona nada en el fondo, y así nos va con tanto ja ja ja pues los ciudadanos seguimos con el mismo problema, aguantando a dichos sujetos que nos gobiernan permitiendo que sigan haciendo lo que quieran porque claro, los afectados pensarán «ande yo caliente riase la gente…..»

    01 abril 2018 | 10:37 am

  2. Dice ser flipi

    Se puede hacer humor de muchas cosas, pero rezumais que estais politizados hasta los ojos!

    01 abril 2018 | 12:48 pm

  3. Dice ser rg

    Y yo le vendí una guitarra que le regaló a su hermano, allá por el 2000….le conocían 4 gatos, a él y a toda la tropa de aquel momento en P.Comedy.

    Un tipo genial, sincero….fui a varios de sus shows en los principios de los principios, cuando no había un duro, conocí y compartí ratos con J.Reyes, Jimenez, etc…. qué recuerdos.

    Luego empredió una carrera envidiable y es un tipo muy listo….pero la tontuna esa que hace mágico el humor, esa tontuna, la recordaré siempre.

    Saludos Flippy!!!

    01 abril 2018 | 3:26 pm

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