Archivo de marzo, 2018

¿Recuerdas al amigo «guapete» de Tom Cruise en ‘Vanilla Sky’? Pues no te imaginas quién es

Me he prometido a mí misma que no iba a hablar mal de Vanilla Sky. Yo lo sé: es cosa mía, porque igual es que soy una purista y me parece que coger esa preciosa joya nuestra (de la humanidad toda) que era Abre los ojos y convertirla en esto que hizo Tom Cruise con el cielo pintado de amarillo, que ni es un helado ni es nada, tiene pecado. Pero no lo voy a decir, porque aquí estamos a otra cosa.

¿Recordáis Vanilla Sky? Pues, por hacer un rápido repaso (y como ya adelanté arriba) fue la adaptación americana, Cruise mediante, de la segunda película dirigida por el gran Alejandro Amenábar: Abre los ojos. Esta última, que protagonizaban un idóneo Eduardo Noriega y una correcta Penélope Cruz, se estrenó en el ’97 y acumuló hasta 10 nominaciones en los Goya, incluidos mejor película, director y guión original.

La adaptación, dirigida por Cameron Crowe, contaba con Cruz para el mismo papel (el de Sofía), Cruise en el papel protagonista, Cameron Díaz y Kurt Russell para dos papeles importantes… Y luego estaba este chavalín, que era el «guapete», mejor amigo de Tom y que originalmente quería conquistar a Sofía:

La cosa es que yo el otro día, cuando revisioné la película para contaros qué famoso actor actual aparecía unos segunditos en la fiesta de cumpleaños, me quedé un rato mirando a este chico, pensando que me sonaba su cara un montonazo…

Quién es… Quién es…

Ostras, ¡no puede ser! Lee el resto de la entrada »

Hablamos con Chelo Vivares, la actriz que habitaba en el traje de Espinete

Para muchos niños de este país hubo un antes y después, marcado por la llegada de Barrio Sésamo. Para otros muchos, como yo, ni siquiera existe un antes: no hay una memoria en la que Barrio Sésamo no exista. Así de importante fue.

Amigos, preparaos, que viene el tren :’)

Maravillosas tardes de pan con nocilla delante del televisor, cuando abandonábamos nuestras salas de estar y nos metíamos de lleno en aquella plaza, frente al quiosco de Julián o la panadería del inolvidable Chema, de la mano de un equipo de «niños como nosotros» que nos enseñaron los grandes secretos de la vida. Como por qué tenemos cosquillas, por ejemplo 🙂

Entre todo el maravilloso elenco de personajes que nos acompañaron tarde a tarde destaca, indudablemente, él: Espinete. Un enorme erizo de color rosa que caminaba desnudo y se ponía pijama para ir a dormir sin que a nadie le pareciera cosa extraña. Seguro que aún recordáis su voz, ¿verdad?

Pues esa voz es la de la mujer que habitaba bajo ese enorme y peludo traje: Chelo Vivares. Una de las actrices más icónicas de nuestra historia, que ha tocado palos como para llenar casi medio siglo de profesión, que es la voz de personajes tan conocidos como Ralph, Kernie o Rod y Tod, de Los Simpson, o Mandark de El laboratorio de Dexter, y a quien actualmente podemos encontrar en la sala Tribueñe de Madrid.

Chelo-Vivares

Y que, además (seguro que muchos ya sabéis esto), era la mujer de Juan Ramón Sánchez, más conocido como Chema, el panadero de Barrio Sésamo, a quien en este blog ya dedicamos un artículo.

Pues Chelo, a quien le agradezco infinito su tiempo, ha aceptado hablar conmigo un ratito ratazo para contarme qué fue de ella, después de ser el erizo más querido de España:

Barrio Sésamo empezó a emitirse en el ’83. ¿Dime, Chelo, cómo llegaste tú al interior del traje de Espinete?

Yo estaba haciendo una cosa en televisión, y un día me llamaron a un despacho, me comentaron un poco del tema, me tomaron medidas y me dijeron «no te decimos más, pero si sale te va a gustar mucho». Con el tiempo me llamaron para hacer una prueba física en un estudio pequeñito, una especie de casting con un montón de gente, e improvisé. Después de un tiempo me llamaron de nuevo para decirme que me habían elegido, y entonces ya supe de qué iba el tema.

¿Ya habías trabajado para el público infantil?

Había hecho alguna cosa de teatro, y colaborado en Un globo, dos globos, tres globos, pero nada parecido a esto.

¿Y cómo era estar en ese traje? Tenía que pesar una barbaridad.

Pesaba, pesaba un montón, no sé cuánto, pero el problema no era tanto el peso como que era completamente hermético. La complicación era la falta de oxígeno, se podía estar poco tiempo dentro. Se iba cortando cada poco para que yo me resfrescase y el muñeco se ventilara. Cada vez que me lo quitaba salía hasta con el pelo mojado.

¿Tú eres consciente de que tu voz, en su forma de Espinete, está grabada a fuego en la memoria de muchas generaciones?

Sí, claro. Da muchísima alegría y muchísima satisfacción. Además fue evolucionando, empecé tímida hasta que lo pillé, hasta que fue saliendo. Nos fuimos acoplando yo a los guionistas y los guionistas a mí. Había palabras en el guion que yo tenía claro que un niño no diría. Me fijaba mucho en los niños y en su manera de hablar, sus estructuras, así que yo iba diciendo el texto con un fraseo diferente de manera inconsciente. Pues eso: empezamos con más formalismos y fue fluyendo, evolucionó.

Lo bordabas, estaba claro que eras un niño, eras un espejo perfecto.

Sí, y es verdad que todo el mundo pensaba que lo que había dentro del traje era un muchacho, nadie pensaba que fuera una chica.

Eso pasa también en el doblaje, ¿verdad? Tú le pones voz a muchos chicos. Es tremendo lo que haces en Los Simpson. Te confieso que la frase de «yo me llamo Ralph» es un chascarrillo que me llevo a todas partes.

El personaje de Ralph es muy divertido, te confieso que de los que hago es el que más me gusta. Es muy tierno, me gusta mucho.

Además a ti es muy difícil reconocerte detrás de todas tu voces y registros.

A veces sí. Yo me he currado mucho que ninguna voz se parezca a la de Espinete, te lo digo. Pero también es verdad que muchas veces no es por la voz, es por la forma de hablar, por los giros, la manera de frasear. Cuando estás doblando te tienes que ceñir a lo que estás viendo.

Es impresionante lo que has hecho en doblaje.

Porque son muchos años. Pero lo suyo es que todavía trabajáramos más.

Ojalá. Seguro que no te digo nada nuevo, pero en España tenemos unos dobladores que sois magníficos.

Sí, desde luego. Hay personas que no lo valoran, pero yo defiendo el doblaje a capa y espada. Las versiones originales tienen su público, pero está bien que exista la opción, porque una gran mayoría no llega a ver versiones originales ni a leer subtítulos sin perderse escenas.

¿Y qué dirías que te exige más, el doblaje o la actuación?

Son cosas distintas, pero para mí ser doblador es ser actor de doblaje, y el actor de doblaje tiene que ser actor. Cuando estás doblando puedes repetir, y con imagen también puedes repetir. En teatro no, lo que sale, sale. Son partes distintas de un todo que es ser actor. Cuanto más tiempo estás y más palos tocas, mejor.

Y tú has tocado todos los palos.

Yo soy actriz desde el ’73, me ha dado tiempo a muchas cosas.

Chelo, tú estabas casada con Juan. ¿Te apetece hablar de él?

¡Claro! Me halaga que me pregunten por él, me encanta hablar de Juan.

¿Juan y tú os conocíais antes de Barrio Sésamo? ¿Ya estábais casados?

Nos conocíamos antes de Barrio Sésamo, sí. A Juan lo conocí cuando él estaba en Red de San Luis, y una de las componentes, amiga mía, enfermó y me pidieron que la sustituyera en unas galas. Ahí fue cuando yo conocí a Juan, y fue lo que se llama un flechazo. Quiero por cierto nombrar a mi amiga: se llamaba Macu Sanz y ha fallecido hace poquito. Y donde esté le mando un beso enorme.

Después de un tiempo yo hice el casting para Barrio Sésamo, él hizo el casting para el personaje de Chema y fue casualidad que nos llamaran a ambos. Estábamos a punto de casarnos. Cuando empezamos a rodar llevábamos casi tres años juntos. Fue como un regalo de bodas.

¿Y cómo fue trabajar juntos haciendo algo tan especial?

La gente siempre dice que «uuuyyy, trabajar con la pareja, ¡qué complicado!». Nosotros nunca tuvimos problemas, era hasta más fácil, nos veíamos más. Sé que él lo pasaba mal porque yo siempre he sido muy bruta trabajando, cuando no podía más seguía aguantando con el traje, y él se enfadaba: «Que te he dicho que pares, que luego mira cómo sales», pero no había más problemas.

Desde fuera se respiraba una química especial, no necesariamente entre Chema y Espinete, era como una buena sintonía entre todo el equipo, en todo el Barrio.

Era muy buen equipo. Todos los que estábamos allí trabajando. En tres años y pico claro que hubo alguna discusión, pero era muy buen equipo. Y con respecto a Juan pues… Es lo que más echo en falta.

Quienes entonces éramos niños fuimos muy afortunados, porque durante finales de los ’70 y todos los ’80 se hicieron cosas de muchísima calidad dirigidas al público infantil. ¿Crees que se ha perdido?

No, ahora no se hace, creo que no. En televisión hay mucha animación y punto, nada más. Hay algunos que están muy bien. Por ejemplo Peppa Pig está fenomenal, y la compañera que la dobla, Cristina Yuste, es magnífica.

Juan y tú trabajasteis juntos muchísimo tiempo, dentro y fuera de Barrio Sésamo. ¿Hay algo que recuerdes como un momento muy especial en vuestra carrera en común?

El momento Tribueñe. Llevo allí desde 2003. Fue un momento mágico, de mucho trabajo. Quiero aclarar que la sala no es nuestra, es de unos amigos que se la están currando, pero fue un momento nuestro en el sentido de que ahí curramos, sobre todo Juan, con todo su esfuerzo, sus manos, de obrero. Nosotros y nuestros amigos. Fue especial porque era una manera diferente de trabajar, porque Irina Kouberskaya trabaja de una manera muy especial y los dos sentimos que queríamos volver a hacer teatro.

Dices que Juan hasta puso ladrillos, yo tengo una amiga que a las personas como Juan las define como que «lo mismo te pintan un cuadro que una cuadra».

Claro, es que Juan tocaba todo. Era pintor, escultor, hacía planos, hizo los planos de nuestra casa… El diseño inicial lo hizo un amigo en una servilleta de un bar, y Juan hizo la maqueta, que aún tengo en casa, y los planos para el arquitecto. Era algo que me fascinaba de él. Hacía de todo. Tocaba todos los palos.

He buscado por todas partes un cuadro suyo, sé que incluso tú hiciste una exposición hace unos años, y no he encontrado ni una foto de un cuadro de Juan. ¿Cómo podría verlo?

Pues yo tengo fotos, si quieres te las mando.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar? Sé que te sentiste particularmente dolida con los rumores que durante años pesaron sobre Juan.

Sí, me gustaría dejar clara una cosa… Poco se puede añadir ante una estupidez como todas esas bromas de la harina y de las drogas… Solamente que las personas que en su día sacaron este absurdo, estos imbéciles que dijeron aquello por hacer una gracia, que llegaron a publicar que había muerto de sobredosis… No solo no hace gracia, sino que puede hacer mucho daño. A él no, pero yo monté en cólera. Lo leí en un periódico en papel y quería demandarlos, y él dijo que cómo íbamos a molestarnos en contestar a aquella tontería, que había que pasar de ello. Luego Juan se fue, siguieron diciendo estupideces y para mí fue peor. Me sigue haciendo daño.

¿Cambiarías algo de tu vida, Chelo?

Cambiaría algo. Pero todo lo que yo he ido haciendo ha sido producto de un momento determinado. Que ahora algunas cosas las ves tonterías pero como no se pueden ya cambiar, pues ahí quedan. Y todo lo bueno o malo que vas haciendo en tu vida va quedando también. De los errores se aprende y se rectifica. Y pobre del que diga que ya no tiene nada que aprender.

¿Te podremos seguir viendo mucho tiempo en el Tribueñe?

¡Eso espero! En verano no, que se cierra, lamentablemente. Pero merece la pena ir al Tribueñe, porque son unos montajes… Tanto de Irina como de Hugo Pérez, que es un genio. Merece mucho la pena ir a verlo.

 

 

Y Chelo, en su infinita amabilidad, nos ha enviado fotos de tres obras pictóricas de Juan.

Yo me quedé sin palabras al verlas. Qué gran verdad es que la marcha de Juan fue una pérdida para el renacimiento. Pero qué gran suerte que aún tengamos a Chelo, que es otro de esos regalos geniales que aún nos quedan de aquella época maravillosa en la que todo un país se enamoró de un enorme erizo de color rosa.

Gracias por todo, Chelo. Por todo :’)

 

¿Qué fue de Isabel Aboy, María en ‘Médico de familia’?

Nueve temporadas de nada. Durante nueve temporadas, del ’95 al ’99, medio país dejó que Emilio Aragón, el inolvidable doctor Nacho Martín, entrara en su hogar.

Temporada tras temporada, se mantuvo en torno a un más que envidiable 40% de cuota de pantalla y acumuló premios, nominaciones y adaptaciones allende los mares.

Era Médico de familia, y empezaba así:

Durante cuatro años disfrutamos cada martes noche de la historia de Nacho, un joven médico viudo, al cargo de tres hijos (María, Chechu y Anita), un sobrino (Alberto) y su propio padre (el señor Manolo), que contaba con la inestimable ayuda de su cuñada Alicia (interpretada por Lydia Bosch). Era precisamente la relación que crecía entre ambos lo que nos tenía a todos tan terriblemente enganchados a la pantalla.

Nuestra prota de hoy es María, la hija mayor: Isabel Aboy. Todos recordamos a aquella niña alta que se hizo alta altísima y que casi de la noche a la mañana se convirtió en mujer ante nuestros ojos, porque pasar de los 13 a los 17 en pantalla supone un cambio que no se le escapa a nadie. ¿Qué fue de Isabel?isabel-aboy-medico-de-familia Lee el resto de la entrada »

Michelle Pfeiffer vuelve este año al universo cómic con Marvel

¿Sabéis cuántos años de carrera artística lleva Michelle a sus espaldas? Cuarenta. Se dice pronto, ¿eh? Pero hace cuarenta años la mitad de los lectores de este blog no había nacido, y de los que quedan pocos tienen memoria histórica de por entonces. Y conste que me incluyo.

Pero todos sabemos quién es Michelle Pfeiffer: aquella secretaria inocente a quien una banda de gatos macarras casi se comen viva. Repelús no, lo siguiente.

Pero hagamos un repaso rápido: ¿quién es Michelle Pfeiffer?

Michelle pfeiffer golden globes 2018

Michelle en los Golden Globes de este año (GTRES)

Lee el resto de la entrada »

Meryl Streep: Óscar a «la mujer de»

En solo tres días nos encontramos celebrando, un año más, el Día de la Mujer. Y os voy a contar un secreto sobre este blog: todos los viernes, hago un #femalefriday. Algo que me propuse a mí misma al empezar a escribir cuatro publicaciones semanales: forzarme a dedicar los viernes a una mujer, para asegurar al menos un 25% de presencia femenina en este espacio.

¿Y por qué? Porque cuando escribes remembers y nostalgias varias, al echar la vista atrás para recuperar a personajes principales de películas y series, los nombres que saltan a la palestra suelen ser los Josés, y hay una importante escasez de Marías. No sé si me seguís. Haced la prueba: coged cualquier cinta que recordéis (coged varias, si queréis) y contrastad cuántos personajes importantes masculinos podéis recordar y cuántos personajes femeninos. La proporción apabulla.

Los Goonies, 5 a 2. La Princesa prometida, 4 a 1. Malcolm, 5 a 1. Star Wars (episodios I al VI)… 2 mujeres (Carrie Fisher-Leia y Natalie Portman-Padme), vs. incontables personajes masculinos. ¡Ah, no! Que salía una jedi con coletas… ¡En la intro de Jóvenes Jinetes salían ocho hombres y una chica! ¡Ocho! ¿Y alguien recuerda a alguna mujer del SeaQuest o en las aventuras de El joven Indiana Jones?

Por supuesto, algunas se salvan en cuanto a presencia, como El Príncipe de Bel-Air, aunque los personajes femeninos siempre fueron mucho más pasivos que los masculinos, claro. Y existen obvias y maravillosas excepciones, como Friends. Pero si no te habías dado cuenta de esto no te preocupes: es que es «lo normal». Lo normal es que los hombres sean fueran protagonistas y las mujeres accesorios, cuando no adornos o reclamos, directamente.

Y pensando en las grandes mujeres que sobreviven en la industria (porque ellos se convierten en maduros interesantes y ellas en algo así como pellejos inútiles bien vestidos), me he preguntando qué tipo de papeles tendrían que hacer ellas en ese tiempo en que la mujer era, casi siempre en la narración, el complemento indirecto de un nombre masculino («casi» es un eufemismo). No he tenido que irme muy lejos.

Bienvenidos a la semana de la mujer en Qué fue de todos los demás 🙂

MERYL STREEP

Meryl Streep enero 2018

Meryl en la premiere de ‘The Post’ en Londres en enero de 2018 (GTRES). Meryl, cásate conmigo. #Merylmarryme

Lee el resto de la entrada »

¿Qué fue del niño de ‘Jumanji’ (Bradley Pierce)?

¿Recordáis cuando decías «¡Voy a alquilar una peli!» y tenías que andar X metros (en mi caso 700) hasta el videoclub y ver qué tenían por ahí? 300 pesetazas pagaba yo por alquilar una novedad. 180 pesetas las «viejas». No recuerdo el nombre del videoclub, pero sí recuerdo que cada vez que iba miraba «la zona prohibida» de reojo, a ver si había algún sinvergüenza conocido por allí. Cosas del pueblo.

Pues total, que ahora esto es otro rollo. Porque tenemos Netflix, HBO y qué sé yo cuántas cosas más. Y, si no, siempre está YouTube, que te alquila las pelis en SD por 1,99€, y yo me estoy haciendo muy aficionada a ver pelis de los ’80/’90 con mis hijos. Y el otro día, por ponerlos en antecedentes antes de ver Jumanji 2 (que me gustó un montón, aunque reconozco que siento debilidad por Dwayne Johnson), alquilamos Jumanji, la original, la de Robin Williams :’)

bradley-pierce-jumanji

Por cierto, imagino que casi todos lo recordaréis, pero la niña de Jumanji era una joven, joven, jovencísima Kirsten Dunst. Jovencísima de llevar coletas y que no quede raro.

A Kirsten, claro, es más fácil ubicarla, porque ¿quién no conoce a la chica que besó a Tobey Maguire vestido de Spiderman haciendo el pino? (Por cierto, ¿qué está haciendo Tobey Maguire?). Pero, ¿qué fue de Bradley Pierce, el niño de Jumanji? Lee el resto de la entrada »

Así está ahora Andrés de la Cruz, Boliche en ‘Los Serrano’

Corría el año 2002. Mientras los españoles nos despedíamos de nuestras rubias pesetas y aprendíamos a calcular los dineros en euros (eurelios, leiros, pavos, introduzca nombre aquí), Telecinco daba a conocer al mundo el barrio de Santa Justa, donde vivían Los Serrano, la familia epicentro de la serie homónima. Y arrancaba así:

Canción interpretada por uno de los propios protagonistas, Fran Perea, compuesta por Mikel Erentxun, sonadísimo plagio homenaje a Pure de Lightning Seed. Que esto os lo cuento porque lo mismo no lo sabéis, y no deja de tener su punto… ¿Anecdótico? Os aviso que, si no sabéis de lo que estoy hablando, es posible que flipéis un poco:

Como sea, en 2009 se desestimó la demanda por plagio, así que ahí queda el tema de Los Serrano como un homenaje a Lightning Seed. Y ya está.

Anécdotas aparte, básicamente, era una serie de adolescentes al estilo Compañeros pero centrando la acción en la familia Serrano-Gómez (más estilo Médico de Familia, a los que podéis ver aquí veinte años después), formada por Diego Serrano y sus tres hijos, Marcos, Guille y Curro, y Lucía Gómez y sus dos hijas, Eva y Teté Capdevila.

Pero, aledaños a estos, y orbitando a su alrededor en pantalla, había otros tantos personajes igual de inolvidables, como África (Alexandra Jiménez, mejor amiga de Eva), Raúl (Alejo Sauras, mejor amigo de Marcos) y, por supuesto, Boliche, mejor amigo y compañero incansable de gamberradas y ‘sinvergonzonerías’ varias de Guille, el Serrano mediano, con quien después (y junto a Teté/Natalia Sánchez y DVD/Adrián Rodríguez) formaría el cuarteto musical Santa Justa Klan.

andres-de-la-cruz-2005

Andrés de la Cruz en 2005 (GTRES)

Pues es Boliche, Andrés de la Cruz, nuestro prota de hoy. Lee el resto de la entrada »