Patrick Swayze pudo salvar a Baby (Jennifer Grey) de su padre pero, al parecer, no de su cirujano plástico. ¿Qué fue de Baby?
Bueno, contexto: Dirty Dancing fue mucho más que un éxito de taquilla. Rodada con un presupuesto mínimo, se convirtió en la primera película en alcanzar el millón de copias vendidas en vídeo, y fue –y es- una de esas historias atemporales (amorcillo de campamento) a las que le añades un poco de potencia creativa (baile Fama style) y triunfan siempre.
Cuando la película se estrenó, en 1987, Jennifer Grey, nacida en Nueva York e hija de actores, estaba consolidando e impulsando su entonces corta carrera como actriz, y el estrellato le vino de sopetón. De repente, millones de personas alrededor del mundo reconocían su rostro: sus ojillos de mapache, sus labios finos, su nariz peculiar… ¿Qué pasó después?
Pues después, por lo que se ve, se operó la nariz y se fue todo a la mierda porra. A principios de los ’90, Jennifer se sometió a una rinoplastia que, en principio, tenía como fin rectificar la desviación de su tabique nasal. Pero la operación salió terriblemente mal, y desencadenó una serie de intervenciones que acabaron por modificar tanto su rostro que la dejaron “irreconocible”.
- Jennifer Gray en Dirty Dancing (1987)
- Jennifer Grey en 2014. Yo la veo igual… (GTRES)
En palabras de la propia Gray: “Entré en el quirófano siendo una celebrity, y salí de él en el anonimato. Era como estar en un programa de protección de testigos o ser invisible”.
Yo leo esto y alucino un poco, porque siempre había tenido la idea de que si esta mujer no había terminado de despegar era, pues no sé, por algo relacionado con sus dotes interpretativas, por ejemplo. Pero se ve que no, que eso no era tan importante, porque ella YA ERA una celebrity, así que está formal y popularmente aceptado que la carrera de Baby se arruinó por culpa de la rinoplastia.
Lo último que pudo verse de Jennifer fue su participación en Dancing with the stars, pero no aquí, sino en los EE.UU. en 2010. Programa en el que, por cierto, resultó ganadora.

La Jenni en Dancing with the stars, que lo mismo te baila un chotis que te abre un tarro de pepinillos.
Así que, recapitulando un poco, desde Dirty Dancing y hasta su operación de nariz, Jennifer iba avanzando a un ritmo aproximado de un proyecto por año. Después de la operación, y hasta su paso por Dancing with the stars (es decir, en 20 añazos) , en su ficha profesional sólo constan seis entradas con ningún papel importante.
De hecho, la que más nos puede sonar es una aparición “estelar” que hizo en Friends, interpretando a la mujer del chico al que Rachel había dejado plantado en el altar al principio de la serie (para acabar, pobrecica, liándose con Ross… Por cierto, ¿qué fue de Ross?).
Aunque muchos de nosotros ni siquiera nos dimos cuenta de que era ella. Va a ser verdad que la dejaron irreconocible…
«ojillos de mapache». Supongo que este calificativo negativo es «gratuito» porque ya los tenía así antes de la cirugía plástica. Por lo que veo te dedicas más a descalificar y mofarte que a escribir un artículo de interés para los que pudiéramos estar interesados.
Voy a decir que, de un tiempo a esta parte, muy poquito tiempo, este blog perdió la calidad que lo caracterizaba. La mofa nunca ha sido de mis aficiones y lamento profundamente que éste blog haya devenido, como muchos otros, en lugar de escarnio público para artistas, bailarines u otros. Al menos ellos nos han dejado un recuerdo y una experiencia en la juventud con su trabajo.
Gracias.
15 junio 2017 | 7:29 pm