Siguiendo esta nueva iniciativa que comencé la semana pasada, hoy dedico el post a otro actor cuya muerte pasó de puntillas para más de uno: Chris Penn, el hermano pequeño de Sean Penn.
A pesar de que nunca fue una celebridad como su hermano ni recibió tantos premios y reconocimientos como él, Chris Penn también fue un gran actor. Le recuerdo especialmente en su papel de Eddie Cabot en Reservoir Dogs, en Amor a quemarropa como Nicky Dimes y en El funeral, con un papelón por el que ganó el premio al mejor actor de reparto en el Festival Internacional de Cine de Venecia en 1996.
Trabajó con grandes directores y contó con notables compañeros de reparto pero la mayor parte de su carrera se desarrolló, salvo contadas excepciones, en películas independientes con pequeños papeles.
No sabría decir qué es lo que falló en su caso, qué le impidió pasar al Olimpo de las estrellas y le dejó en segundo plano. Quizás le faltó algún papel de esos que te catapultan a lo más alto, quizás fue su físico. Quizás su único problema fue quedar eclipsado por un hermano que se había casado con Madonna. Quién sabe.
Nació en 1965 y era el tercer hijo de la actriz Eileen Ryan y el director, actor y escritor Leo Penn.
Su hermano Sean Penn era cinco años mayor que él pero ambos fueron al mismo instituto, donde hicieron buenas migas y varios cortos con sus compañeros de clase, Emilio Estevez y Rob Lowe.
Chris debutó en el cine con solo 12 años en Charlie and the Talking Buzzard (1979) y unos pocos años después el mismísimo Coppola le echó el ojo y le fichó para su drama adolescente La ley de la calle (1983), que fue un gran éxito de taquilla y de crítica.

Chris Penn (a la derecha) con Nicolas Cage, Vincent Spano y Matt Dillon (a su izquierda) en ‘La ley de la calle’.
Ese mismo año interpretó al mejor amigo de Tom Cruise en La clave del éxito (1983) y al año siguiente participó en uno de los pelotazos musicales de la década, Footloose, donde Kevin bacon le enseñaba a bailar:
En 1985 se metió en la piel de un villano en el clásico de Clint Eastwood El jinete pálido (1985) y en Hombres frente a frente (1986) coincidió con su hermano Sean Penn y su madre Eileen Ryan.
No pudo tener un comienzo más prometedor, pero no todo fueron vino y rosas.
Chris, que era cinturón negro de Kárate, se convirtió en uno de los protagonistas de Campeón de campeones (1989), que recibió más palos que los que se daban en la película.
Yo la guardo con cariño en mi corazoncito friki. Allí interpretaba a Travis Brickley, el vaquero que se unía al equipo norteamericano en un campeonato de Taekwondo. Este clásico del cine de las artes marciales tuvo varias secuelas, aunque Chris Penn solo participó en la segunda parte.
Y en 1992 llegó Tarantino con Reservoir Dogs (1992). Muy grande.
Un año después Penn también encarnaría a otro personaje creado por Tarantino, en Amor a quemarropa (1993), dirigida esta vez por Tony Scott, y ese mismo año también tuvo un pequeño papel en Vidas cruzadas de Robert Altman.
Después vino Mulholland Falls (La brigada del sombrero) (1996) y su gran personaje de Abel Ferrara en El funeral (1996), película en la que ya se le veía con algunos kilos de más y un gran peso actoral. Impresionante, esta escena:
Después de aquello aligeró su carrera con la comedia Hora punta (1998).
Sus últimos papeles fueron secundarios en películas como El gran golpe (2004), Starsky y Hutch (2004) y su última película, Aftermath, que fue estrenada en 2013, siete años después de su muerte.
Mención aparte merece su doblaje del oficial Pulaski en el videojuego Grand Theft Auto: San Andreas, de 2004.
Chris arrastraba una enfermedad cardiaca aderezada por un sobrepeso y consumo variado de drogas. Fue encontrado muerto en su casa el 24 de enero de 2006, a los 40 años. La autopsia reveló restos de morfina, valium, marihuana y codeína en su sangre.
Fue enterrado en el mismo cementerio de Culver City, California, donde yacía su padre, Leo Penn. A su funeral asistieron su hermano Sean, su entonces mujer, Robin Wright, y muchos de sus amigos y compañeros de rodaje: Charlie Sheen, Tim Robbins, Robert Downey Jr., Mark Ruffalo, Jack Nicholson, James Gandolfini y Michael Madsen.
Sin duda fue una pérdida enorme para el cine.
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09 febrero 2017 | 7:14 am