Sin duda La Bamba marcó un antes y un después no solo en su carrera, si no también en su vida. Hasta entonces Lou Diamond Phillips era un actor mestizo del montón, nacido en una base militar de Filipinas e hijo de un marine condecorado. Había intervenido en algún episodio de Dallas, Corrupción en Miami y poco más. Pero entonces Ritchie Valens entró en su vida.
La película fue un exitazo: con un presupuesto de 6 millones de dólares recaudó más de 50. Todo el mundo cantaba y bailaba la Bamba, la primera canción en español en colarse en los primeros puestos de las listas de éxitos de Estados Unidos y que vivió un segundo esplendor en los años 80, con el estreno de la película.
En mi opinión, la interpretación de Lou de la malograda estrella latina merecía al menos una nominación al Oscar sin embargo el máximo reconocimiento que ha logrado en su carrera fue optar a un Globo de Oro por Lecciones inolvidables (1988), una película totalmente olvidada. Eso sí, ganó un premio Spirit (premio del cine independiente) al mejor actor por ese trabajo.
Hay quien piensa que su éxito en La Bamba fue en realidad una maldición, que le encasilló y que le costó abrirse camino después de eso. Él opina todo lo contrario: «Sentí que era el hombre más afortunado del mundo cuando aterricé La Bamba y todavía me siento de la misma manera —aseguró en una ocasión—. Me siento afortunado trabajar en la industria del cine y de seguir en pie todavía. Hay un montón de gente que estaba conmigo cuando hice La Bamba que no son tan afortunados, y no es una cuestión de talento o de trabajar duro. Yo he tenido la suerte de hacer la película correcta cada par de años. He tenido suerte, creo».
La diosa Fortuna parece estar de su lado en este 2016: gracias a su trabajo en la serie The Crossroads of History ha optado al primer Emmy de su vida. Ojalá que sean más pero, ¿qué ha sido de él entre medias?
Ciertamente su papel racial en la Bamba le ha condicionado en casi toda su carrera. Su extraordinaria mezcolanza genética (cuenta con antepasados cherokees, filipinos, hawaianos, escoceses, irlandeses, chinos, japoneses ¡y también españoles!!) le ha llevado a interpretar a indios y latinos en multitud de papeles.
Incluso ha encarnado a un inuit, en la que para mí es una de sus grandes películas: La sombra del lobo, junto a Toshiro Mifune y Donald Sutherland.
Por cierto, mataría al que eligió el Carmina Burana como banda sonora de este tráiler.
También le recuerdo especialmente en Arma joven (1988) y su secuela, Intrépidos forajidos (1990), que también le proporcionaron nuevos trabajos asociados al salvaje Oeste.
Después de aquello participó en numerosas películas de acción de segunda fila como Harley (1991), Justicia extrema (1993) y Equipo mortal (1998) y thrillers como Ambición sin escrúpulos (1991) y Corazón de amante, manos de asesino (1994).
También pudimos verle con más dignidad en En honor a la verdad (1997) y Sueños rotos (1999).
En el año 2000 protagonizó una curiosa aventura en el espacio, Supernova (El fin del universo), una película que rechazó hasta en tres ocasiones hasta que entró por el aro.
Aquella irrupción en el género de la ciencia ficción le vino bien, sin duda le abrió las puertas, años más tarde, a SGU Stargate Universe, spin-of de la famosa película que tanto se ha prodigado en franquicias televisivas.
La pequeña pantalla ha sido en estos últimos años su medio por excelencia. Ha contado con un personaje en plantilla en series como Numb3rs, Southland, Wolf Lake, Longmire, Elena of Avalor, la miniserie El triángulo de las Bermudas y 24, donde entró gracias a su amistad con Kiefer Sutherland, a quien conoció rodando Arma Joven.
«Kiefer y yo estamos muy unidos. Hemos coincidido en cinco proyectos juntos, y nos vemos cada cierto tiempo desde Arma joven. Recibí una llamada de 24, diciendo: ‘Escucha, no tenemos un guión aún, pero la trama va a girar en torno a Kiefer, Dennis Hopper y un papel que nos gustaría que hagas'», contó en una entrevista. «Eso era realmente todo lo que necesitaba escuchar. Así que llamé Kiefer, que se encontraba en el rodaje, le dije: «Escucha, quieren que me una a la serie ¿qué te parece la idea?’ Y él dijo: ‘¡Sí, vamos, vamos!'».
Su personaje, Mark DeSalvo, solo duró esa primera temporada. Más tarde, en 2007, Lou decidió adentrarse en el mundo de las tablas y se puso en la piel del rey Arturo en la obra Camelot.
En 2007 se unió al rodaje de Che, el ambicioso biopic del Ché Guevara dirigido por Steven Soderbergh y protagonizado por Benicio del Toro. Tuvo que emplearse a fondo para hablar en español; pasó un tiempo en Madrid, una experiencia que no fue precisamente positiva para Lou.
«Me encantaría poder decir que fue una experiencia mágica estar en Madrid, pero no fue así. Sólo podía dormir un par de horas cada noche. Y tengo que decir que la persona que me enseñaba era un ángel, porque se sentaba allí conmigo, haciendo lo mismo una y otra vez. Y lo mismo con el rodaje. Fue una tarea agotadora para mí pero estoy muy, muy orgulloso de haber formado parte de eso, aunque al final la película pasara un poco desapercibida, quizás porque era muy larga y porque no estaba en inglés. Benicio merecía por lo menos una nominación al Oscar, ganó en Cannes pero creo que la película no se vio lo suficiente».
Más recientemente Lou ha trabajado con dos españoles en uno de sus últimos títulos en el cine: Los 33, sobre el periplo de los mineros atrapados en Chile, donde coincidió con Antonio Banderas y Mario Casas.

Mario Casas, Juan Pablo Raba, Kate del Castillo, Rodrigo Santoro y Lou Diamond Phillips en la presentación de Los 33 en México, agosto de 2015. (GTRES)
Respecto a su vida privada, Lou se ha casado tres veces. Con su segunda mujer, la modelo Kelly Preston (nada que ver con la mujer de John Travolta) tuvo tres hijas.
- Con su mujer Kelly Preston en 2003. (gtres)
- Con una de sus hijas en 2001. (gtres)
Se separaron en 2007 después de 13 años de matrimonio, y ese mismo año se volvió a casar con la maquilladora Yvonne Boismier, con la que sigue en la actualidad. Ambos tienen un hijo.
Qué sorpresa ver que le dedicáis un artículo. Uno de mis «mitos eróticos» de la infancia, visualizaba «Arma Joven» y su secuela, así como Shadow of the Wolf, una y otra vez, sólo por su personaje (sí, usaba el fast forward en el viejo y obsoleto BETA y después VHS para ver sus escenas). Un hombre de rasgos únicos, y que salvo excepciones, se percibe que se deja la piel en cada una de sus interpretaciones, y eso siempre se agradece. Ojalá la industria de su profesión le reconozca el indudable reconocimiento que merece.
25 septiembre 2016 | 1:27 pm