¿Qué sería de nosotros sin las noticias alarmantes? Cada época tiene las suyas: desde la peste bubónica hasta la crisis de los misiles y la lluvia ácida. Hay que reconocer que tener un apocalipsis a la vuelta de la esquina le da sal a la vida. No es que estos problemas no sean reales, sino que va por modas, así son los medios de comunicación. Un día se lleva Chernobil, otro el efecto invernadero.
En los años 80 lo más era la Guerra Fría y el proyecto de Reagan de la Guerra de las Galaxias. Hasta que un día, unos científicos descubrieron algo verdaderamente inquietante: había un agujero en la capa de ozono.
Yo me lo imaginaba literalmente, como un agujero en el cielo en el que ya no se vería nada azul, sino la oscuridad del espacio y las estrellas. Pensaba que nos succionaría como un agujero negro.
Pero no, ‘el agujero’ realmente hacía referencia a una disminución en la proporción de ozono en esa capa de las atmósfera. Lo cual no era menos inquietante.
Entonces, ese estrato atmosférico que hasta entonces la mayoría de nosotros ni siquiera sabía que existía, se convirtió en motivo de pánico y pesadillas.
Y la culpa de todo la tenían los heavys.
Bueno, no solo ellos. Pero es que si algo era una seña de identidad en los 80 eran los pelos cardados. Y los heavys en eso eran los reyes. Era complicado mantener toda esa melena leonina tiesa durante todo el día y la noche, y así un día tras otro, año tras año. Toda esa magia gracias a un invento diabólico: la laca.
En los años ochenta se usaban millones de botes de laca cada día. Era un complemento indispensable para nuestra supervivencia. Y al usar cada lata de laca se desprendía al aire una sustancia de nombre impronunciable, los clorofluorocarbonos (CFC), que resultaron ser más amenazantes que los misiles rusos.
De eso no teníamos ni idea nadie, ni siquiera la mayoría de los científicos.
Y resulta que no solo los botes de laca usaban CFC, sino todos los aerosoles.
Fue en 1985 cuando un informe hizo saltar las alarmas: la capa de ozono del Polo sur se había reducido un 50% y la culpa era la emisión masiva de CFC a la atmósfera.
Aquello pilló por sorpresa a la comunidad científica, y a los demás también. Si no hacíamos nada para remediarlo, nos íbamos a convertir en esto:
De pronto nos enteramos que la capa de ozono era así como el escudo del Capitán América pero en gigante, a nivel planetario.
Era lo único que nos protegía de los mortíferos rayos ultravioletas del sol.
Como suele pasar con estas cosas, no tardaron en aparecer los escépticos. Que si los datos eran erróneos, que no había motivo de alarma, que bueno, había un poquito de agujero pero no mucho, o que eso no nos iba a afectar para nada…
Pero cuando se confirmó que era real y su amenaza también, no tardaron en aparecer las primeras propuestas. Algunas tan rocambolescas como las del físico italiano Antonino Zichichi , que en 1989 propuso lanzar misiles repletos de ozono.
Menos mal que ya para entonces se había tomado cartas en el asunto. En 1987, representantes de 43 naciones firmaron el Protocolo de Montreal, su intención inicial fue reducir los niveles de producción de CFC al 50% hasta 1999.
Pero pronto se vio que aquello no iba a ser suficiente, el problema aumentaba cada vez más. Entonces se firmó otro acuerdo en Londres en 1990. Los participantes se comprometían a eliminar totalmente los CFC en el año 2000. Sólo se permitía un pequeño porcentaje marcado como de uso esencial, como los inhaladores para el asma.
Una nueva reunión en 1992 en Copenhague adelantó la fecha de eliminación al año 1996.
La NASA señaló que si no se hubiera firmado el tratado de Montreal, dos terceras partes de la capa habría sido destruido, la temperatura mundial habría subido aún más, las tormentas de verano del Hemisferio Norte hubieran sido mucho más poderosas y la radiación ultravioleta, que daña el ADN, hubiera aumentado seis veces. Apenas cinco minutos de exposición al Sol habría causado quemaduras a la piel.
Bueno, no de esta forma, pero sí con unas consecuencias igual de mortíferas.
Gracias a este Protocolo se ha evitado que unos dos millones de personas tengan cáncer de piel anualmente en el mundo, también se ha reducido las lesiones oculares y diversos daños en el sistema immunológico humano. Asimismo, la flora y fauna silvestres se beneficiarán también de estas medidas.
Hoy viernes 16 de septiembre se celebra el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono. Las Naciones Unidas son así, tienen un día para todo, hasta para las cosas más impensables, pero me parece bien, porque es una forma de llenar el telediario y de paso agitar nuestras conciencias. Y eligieron esta fecha porque fue justo cuando se firmó el protocolo de Montreal que nos salvó el pellejo a todos, literalmente
¿Pero qué pasó al final con la capa de ozono? Pues precisamente hoy se ha presentado un informe realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Y hay una buena noticia y una mala.
La buena es que, si bien no se ha recuperado del todo, la capa de ozono «se encamina hacia su restauración total en las próximas décadas, como resultado de la acción internacional».
La mala es que el calentamiento global causado por el CO2 está afectando a la disminución de la capa de ozono y a la frecuencia de aparición de agujeros. Además, los CFC fueron sustituidos por hidroclorofluorocarburos (HCFC) que son gases que potencian el efecto invernadero.
Hoy en día el ozono se utiliza como método de desinfección. En las piscinas, por ejemplo, como sustitutivo del cloro. Y no es nuevo: en la Segunda Guerra Mundial se usaba para combatir la gangrena y el llamado ‘pie de trinchera‘.
El ozono es precioso. Es de un intenso color azul (porque está formado por tres moléculas de oxígeno) pero sobre todo es precioso porque protege la vida. Espero que podamos encontrar la forma de conservarlo. 🙂
El ozono es lo que nos portege, entre otras cosas, de las filosofías que hablan de sentarse y cerrar ojos para recibir las energías positivas del Universo. Un Universo violento que no contemplaban los creadores de esas creencias milenarias. Era todo tna pacífico y bello a la luz de las estrellas inmóviles… Menos mal que existe, que si no se nos metían todas las energáis para adentro, las positivas, la snegativas, o sea, el achicharramiento por radiaciones universales. Somos lo más cuando nos da por inventarnos cosas para satisfacer nuestras neuronas locuelas.
16 septiembre 2016 | 2:02 pm
El ozono es como la policía… si se acerca es tóxico ¡mortal! pero si es como capa lejana nos protege
16 septiembre 2016 | 2:25 pm
Bien hasta que has tenido que meter el CO2 en el asunto. La capa de ozono existe, es solamente culpa de la actividad humana, y se esta reduciendo. Por contra en el calentamiento global influyen cientos de factores, los mas importantes nada tienen que ver con la avtividad humana sino con factores astronómicos y físicos naturales. Los que teneis poca idea de esto os tragais toda esa publicidad q se hace del CO2 y desconoceis que el vapor de agua de las emisiones tiene globalmente un efecto invernadero mucho mayor y nadie habla de reducir la emisión de vapor de agua procendente, al igual que el CO2, de los procesos de combustión. Eso por no hablar de que es la temperatura la que tiene mayor inflyencia sobre el CO2 que este sobre la temperatura, debido a desorción de co2 desde el mar.
16 septiembre 2016 | 2:26 pm
El agujero de la capa de ozono quise decir
16 septiembre 2016 | 2:27 pm
Qué bonito el artículo
16 septiembre 2016 | 10:16 pm
Otro día tendríais que hablar del efecto 2000, otro asustaviejas que perdió fuelle al poco tiempo.
17 septiembre 2016 | 5:41 am
El tema del agujero de ozono (ausencia de ozono estratosférico sobre la Antártida) fue el primer gran timo ecologista. Nos contaron de manera machacona en los telediarios, durante años, allá por los 90, que lo causaban los CFCs, y que se estaba agrandando y corría el riesgo de desaparecer la capa de ozono, lo cual haría que la radiación ultravioleta, filtrada por el ozono, nos matase a todos de cáncer de piel. Hoy sabemos que todo era mentira. Aquella campaña fue lo que se llama una técnica de propaganda goebbelsiana, de repetir una mentira tantas veces, usando los medios de comunicación de masas, que se acabe considerando verdad. Más aún, fue un ejercicio de ingeniería social.
Se manipuló así a la opinión pública, y se acabaron prohibiendo esos compuestos CFC de los sprays.
Pero el agujero sigue ahí, porque por mucha campaña de propaganda ecologista, la causa del agujero no eran en realidad esos CFCs. De hecho el agujero de ozono antártico siempre había estado ahí, incluso antes de que se inventasen esos demonizados compuestos químicos industriales. Y es que la causa de la ausencia antártica de ozono es en realidad la existencia del casquete de hielo polar de la Antártida, casquete que genera por encima suyo unas condiciones de frío intenso estable, las cuales, junto a la existencia de una corriente de aire circumpolar, permiten la creación de nubes estratosféricas estables de cristalitos de hielo, las cuales inhiben la formación de ozono. El agujero de ozono antártico es por tanto un rasgo natural de la Antártida, y no hay riesgo alguno de que se extienda más allá de la Antártida.
Lo malo es que la gente no se ha enterado, y que gracias a esto, se ha continuado con el alarmismo ecologista infundado, hoy con el manido tema del CO2 y el calentamiento global, otra mentira tremenda. Cabe así pensar que la campaña de los 80 y 90 del agujero de ozono fue un experimento de manipulación de la opinión pública que pretendía preparar el terreno para la posterior demonización del CO2. Esta última, más peligrosa, es ya un intento de las grandes potencias de los paises desarrollados (EEUU y aliados) de frenar el desarrolllo económico de sus grandes competidores, como son China y la UE. Y es que ni el CO2 causa el cambio climático, no los CFC causan el agujero de ozono.
17 septiembre 2016 | 9:42 am
Ni el CO2 causa el cambio climático, ni los CFCs causan el agujero de ozono.
17 septiembre 2016 | 9:49 am
Estos científicos cuanto mas saben, saben que no saben nada. Porque el agujero de ozono solo se mide hace pocas décadas, imposible saber como se comportaba hace un millón de años, si estaba ahí o no. Ademas la comunidad científica aseguraba que los cfc se acumulaban, con lo cual, el dejar de emitir cfcs en los noventa no provocaría que el agujero disminuyera su tamaño, puesto que el efecto acumulativo llevaba produciéndose durante varias décadas.
Desde la revolución industrial ha subido un grado la temperatura media mundial, eso es lo que dicen. No llevamos tanto tiempo midiendo la temperatura, de forma tan fiable. En todo caso, porque no explican como han corregido la inexactitud de las mediciones antiguas, porque no dicen que las primeras mediciones eran las mas inexactas, porque aunque casi todas se basaran en el mercurio, hay muchas variables que no permiten tener semejante exactitud en las mediciones, estamos hablando de casi un siglo, no hace falta saber matemáticas, para saber que si dividimos un grado centígrado en pongamos, 100 años o partes como queráis, resulta que cada año a subido 0,001. Pese a la tecnología que disponen, creo que esta al alcance de cualquier sentido común, pese que a la temperatura global pueda estar aumentando, hoy por hoy no se pueden hacer tales afirmaciones, simplemente porque no se pueden probar, con fiabilidad total.
17 septiembre 2016 | 11:58 am
Muy ocurrente rescatar el otras veces manido tema de la capa de ozono y con un enfoque muy ameno.
Decir que la verdadera historia que no te van a contar de la capa de ozono es que cuando disminuye la actividad de la radiación solar se hace más delgada la capa de ozono y que cuando esta se intensifica se refuerza la capa de ozono.
Viene a ser como las gafas con filtro Fx que cuando están a la sombra son transparentes y cuando salen al sol se oscurecen.
Quizá por eso contrario a la norma de retrasar cualquier medida los políticos se dieron muchísima prisa en atender este asunto antes de que llegara la siguiente ola de radiación y quedara en evidencia que no son ellos los salvadores del planeta si no que la propia naturaleza tiene sus mecanismos de supervivencia.
Creo que como dices en tu introducción se trata de asustar y aprovechando la ignorancia supina en la que nos tienen ( o nos han tenido ) les resulta francamente fácil.
18 septiembre 2016 | 10:32 am
¿Entonces ese compuesto CFC ya no lo llevan las lacas?
He leído a un usuario decir que el agujero de Antártida es natural, vale ( yo no entiendo mucho de eso) , pero se que hay un agujero de la Capa de Ozono que se está cerrando o eso dicen . Porque si el agujero de la Antártida es natural no debería cerrar , entonces ¿De cuál hablamos entonces? ¿Hay más de uno? .No entiendo la verdad.
06 octubre 2016 | 8:12 pm
No sólo se abrió un agujero en la capa de ozono, sino que esa capa es mucho más fina actualmente y es el motivo de que el sol sea tan dañino ahora, al mo filtrarse convenientemente sys rayos.
Antes cuando íbamos a la playa nos poníamos aceite para que nos cogiera más el sol, ahora nos ponemos prorección, fíjate la diferencia.
En cualquier caso desde 2016 la tendencia es a cerrarse.
Un saludo a todos.
13 abril 2017 | 8:48 pm