Lo siento por el autor, Suso de Toro, pero lo más destacable de la presentación de su libro Madera de Zapatero, un pertinaz elogio del personaje en 235 páginas –“reconozco mi admiración por él y reivindicó el derecho a sentir admiración”-, ha sido la intervención del admirado y la reproducción que ha hecho del diálogo que mantuvo con Aznar tras la cumbre iberoamericana. Singularmente ocurrente, Zapatero ha explicado que, como no hablaba con Aznar desde la noche electoral de 2004, pidió a su ayudante confirmación de que, en efecto, era el ex presidente el que se encontraba al otro lado del teléfono. Aznar le llamaba para agradecerle su réplica a las descalificaciones de Hugo Chávez. “La conversación fue muy distendida”, ha dicho Zapatero. He aquí su trascripción:
Zapatero: ¿Qué tal Aznar?
Aznar: Te llamo porque quiero agradecerte la defensa personal que has hecho. Lo cortés no quita lo valiente..
Z: Lo he hecho porque son esos mis principios y porque era inaceptable (lo de Chavez, se entiende).- Zapatero confiesa que, después de tanto tiempo, se creyó obligado a no cortar así la conversación- Bueno, pues a ver si un día de éstos nos vemos-, añadió.
A: Tú eres el presidente. Llámame cuando quieras.
Hay que reconocer que Zapatero ha estado ocurrente. Ha dicho que lo primero que escuchó al regresar de su viaje fue a su hija mayor que, desayunando, le espetó: “¿Por qué no te callas?”. Y que fue consciente entonces de la trascendencia del episodio que había vivido en la cumbre.
En la narración del incidente diplomático, ha arrimado el ascua a su sardina. Al parecer, fue Zapatero el que le dijo al Rey que tras los exabruptos de Chávez contra Aznar, iba a tomar la palabra “porque no podemos permitir que esto siga así”. Con las mismas, pidió a Trinidad Jiménez que advirtiera a la presidente chilena, Michelle Bachelet, de que deseaba intervenir. “La España democrática no debía seguir impasible”, ha manifestado.
A su juicio, lo que hizo saltar al Rey no fueron los improperios de Chávez contra Aznar sino que no le dejara hablar y le interrumpiera constantemente. . “El Rey lo hizo de manera espontánea. (…) Entendió que debía darme un apoyo para que se pudiera escuchar la voz del presidente de España”. Finalmente, su resumen: «España ha dado respuesta adecuada a una actitud inadecuada».