Exclusiva: El diputado Del Burgo llega a tiempo de defender una proposición sobre Navarra

A las tres y media, el diputado de PP Jaime Ignacio del Burgo abandonaba precipitadamente la cafetería del Congreso. Desde donde me encontraba no se podía distinguir si su pamplonesa señoría había dado cuenta de todo el menú o se había dejado el pollo y el puding. Sus prisas estaban justificadas. La semana pasada debía defender en el Pleno una moción para que el Gobierno dejara claro que Navarra no puede ser el precio político que se pague a ETA. Era, según se nos había dicho, una moción clave sobre un asunto clave. Del Burgo llegó tarde. Zaplana llegó tarde. Más de cien diputados del PP ni llegaron. Otros cinco populares bostezaban en el hemiciclo pero no abrieron la boca cuando la vicepresidente de la Cámara, Carme Chacón, pasaba al siguiente punto del orden del día. El ridículo fue espantoso.

Hoy Jaime Ignacio no ha comido el pobre pero ha llegado a tiempo. Posiblemente, haya dormido en el escaño por que se le veía el pelo un poco levantado. Ello no ha impedido que el cachondeo del resto de grupos haya sido notable. El corolario lo ha puesto el diputado socialista Juan Moscoso, que le ha dado réplica: “Gracias por venir, señor Del Burgo”. (Risas).

La moción se convirtió en una proposición no de ley, en la que Del Burgo ha repetido uno tras otro los argumentos de siempre: que el Gobierno está pagando a ETA un precio político, que, por supuesto, esto es inmoral y antidemocrático y que lo que tiene que hacer Zapatero es negarse a la formación de una mesa multilateral con Batasuna. El resto de los grupos le han dicho que lo que de verdad le preocupa a Del Burgo y a su partido (UPN) es perder las elecciones. Cerdá, de ERC, le ha sugerido que deje ya de “tocar ya las charras”, que, según parece, es una estrategia de caza que consiste en hacer ruido y no lo que estáis pensando.

La cosa ha acabado como el rosario de la aurora. Del Burgo se ha sentido ofendido por unas palabras que atribuía a la diputada de Nafarroa Bai y que ésta nunca pronunció. Marín, a grito pelado ha puesto orden porque Uxue Barkos, la diputada, ha tratado de intervenir. “¡Hagan caso al presidente!”, ha implorado. Por cierto, la proposición ha sido rechazada.

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