Juan Carlos Escudier

Cuaderno de campaña (VI): El partido de la llave

Aclaración previa: los independentistas catalanes no son demonios con cuernos y rabo. Uno lo presentía hace tiempo porque conoce al diputado Joan Puigcercós, y le parecía muy complicado que llevara oculta esta última extremidad bajo la americana. El martes lo comprobaron los abuelos de un centro de la tercera edad en Hospitalet, unos tipos de cuidado muchos de ellos a juzgar por las advertencias de los tablones de anuncios. En la última se recordaba a aquellos jubilados que entraban a mitad del baile para ahorrarse la entrada que tendrían que aflojar un euro se pusieran como se pusieran. Si por algo sabe el diablo es por viejo.

Puigcercós fue al centro a explicar las propuestas de Esquerra para la gent gran y acabó hablando de alianzas, que es lo que se lleva por estos lares. De tener en cuenta lo que unos y otros han dicho sobre ese futuro escenario en el que ningún partido alcanzaría la mayoría absoluta, Cataluña no tendría gobierno de aquí al día del juicio final. El resumen es el siguiente: el PSC dice que quiere un gobierno fuerte pero asegura que no se le pasa por la cabeza ni reeditar el Tripartito ni practicar la ‘sociovergencia’, o sea, pactar con CiU; Convergencia dice que quiere un gobierno fuerte pero se va al notario para que conste que se mantendrá lejos del PP y se monta un vídeo donde pone a caldo a los partidos del Tripartito, especialmente a Esquerra. ¿Y cómo se logra un gobierno fuerte sin que el partido que gane las elecciones pacte con nadie? Pues de ninguna forma, luego todos mienten.

De hecho es muy probable que los contactos hayan comenzado ya, aunque todos lo nieguen. Bueno, no todos. “Ya hay telefonazos en todas direcciones”, reconocía a este diario un destacado dirigente de los republicanos catalanes. Las matemáticas, como el algodón, no engañan. Para tener mayoría absoluta en el Parlamento de Cataluña hacen falta 68 escaños. El PSC sólo puede obtener esa cifra con otro Tripartito o pactando con CiU y a los convergentes les haría falta el PSC o Esquerra, siempre que su previsible caída de votos vaya a parar a CiU. Así están las cosas.

Así que salvo que el Gobierno fuerte se articule a la alemana con un pacto entre los dos principales partidos, una hipótesis en absoluto descartable, Esquerra seguiría teniendo las llaves de la gobernabilidad o, al menos, una de ellas. Eso es lo que dicen los sondeos y también que los independentistas serán quienes mayor castigo reciban de los electores. “Tenemos encuestas que nos dan 22 diputados (uno menos que en la actualidad)”, asegura el dirigente antes citado. ¿Y si la caída es importante asumiría alguien la responsabilidad y dimitiría? “Eso es algo –responde- que no nos podemos permitir” (lo de las dimisiones, claro).

Desde luego, nadie pensaría en algo semejante oyendo a hablar a Carod-Rovira. El martes en Tortosa, en pleno corazón del delta del Ebro, introdujo una variante para regocijo de sus correligionarios: “Tres partidos optan a la presidencia y uno de ellos es ERC (…) Si puede ser presidente el candidato del partido más votado y el del segundo más votado, ¿por qué no puede ser presidente el que quede tercero?” Las variaciones sobre este mismo tema que hace Carod son un tanto delirantes. Se presenta a sí mismo como el único de los tres candidatos que ya de pequeño quería ser presidente y usa el símil futbolístico: “ahora ya somos tres en Primera División”

En este último tramo de la campaña, y quizás para no mostrarse completamente subordinado a la reedición del tripartito, Carod se emplea a fondo contra Montilla y el PSC, a quienes acusa de haber traicionado a las clases más populares catalanas por pactar un Estatuto que no resuelve la cuestión de la financiación. El presidente de ERC sabe que las bases del partido no aceptarían un pacto con Convergencia, lo que limita bastante su capacidad de maniobra. El único que contemplaba esa posibilidad y que encabezaba un sector crítico dentro de Esquerra era Joan Carretero, ex conseller de Gobernación y Administraciones Públicas. Carretero llegó a proponer hace algunos meses el relevo de Carod y se quedó más solo que la una. Una vez fuera del Gobierno, se reincorporó de inmediato a su trabajo como médico y nunca más se supo.

Todos los intentos de los republicanos pasan por presentarse como un partido serio, que sabe gobernar y “hacer política desde el consenso”, dicho sea en palabras del presidente del Parlamento de Cataluña, Ernest Benach, una visión diametralmente opuesta a la de una fuerza antisistema que moviliza a sus diputados para encadenarse a las puertas de la COPE o permite a sus Juventudes organizar actos cuyo momento estelar consiste en arrancar una a una las páginas de la Constitución. ERC trata, en definitiva, de esquivar esa imagen de partido de los líos del que es mejor mantenerse alejado, que se ha ganado a pulso en los últimos tres años.

Los dirigentes republicanos se dirigen a los votantes insatisfechos del PSC y de CiU. “En relación a CiU, somos nacionalistas; y en relación al PSC, somos de izquierdas”, dice Carod. “No somos una marca blanca”, afirma Puigcercós. Por cierto, se confirma que lo que lleva bajo la chaqueta son algunos kilos de más. Y que se ha puesto a régimen.

4 comentarios

  1. Dice ser Jordi

    Yo creo que habrá sociovergencia. Lo más probable es que Mas sea «President» y luego pongan a Antoni Castells de Conseller en Cap y Montilla presidiendo el Parlament.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  2. Dice ser Goliat

    Por favor, Juan Carlos, respóndeme a esto:¿No es acaso cierto que el 80% de los analistas políticos de este país creen a pies juntillas que el Govern está ya acordado entre PSC y CiU, al «candidat más votat»?Y no lo digo sólamente por lo del debate fantasma de los Presupuestos Generales de lo que queda del Estado…Si me respondes que sí, entonces sólo hay una opción de «salvar los muebles» para Rovira y Puigcercós: que PSC+CiU no saquen más sillones del Parlament -ponle el nombre que quieras a sus huéspedes- que IC, PP y ERC juntos. ¿Y de quién depende esto? Pues de Carod, solamente de Carod, que tiene a sus espaldas la responsabilidad de aguantar el dique que frene la pérdida de votos nacionalistas hacia CiU.Montilla no pinta nada en cataluña, como nunca pintó nada en Cibeles, es un inepto declarado y sus votos en cataluña no son suyos, sino del PSC, que ya podría haber puesto de candidato a un buen espantapájaros con su sombrero de paja y sus CDs colgando, que habría recogido los mismos votos. Así que esta batalla electoral es entre Carod y Artur.Mira tú por dónde, yo creo que Carod le va a ganar por segunda vez consecutiva a Artur, forzando con ello nuevas elecciones o la reedición del tripartito. Ya que los resultados del PP únicamente servirán para sepultar a Piqué definitivamente, no es aceptable siquiera pensar en lo de nuevas elecciones -recordemos lo que son: políticos- así que el President será…¿Montila? Jajajaja, ni de coña. ¡Prueba otra vez!

    26 octubre 2006 | 10:27

  3. Dice ser nombre

    vaya.. parece que hoy la haz tomado con carod, pues nada, caña al mono que es de goma. casi da la impresion que es algo personal. prefiero no decir nada. vive y se feliz: )sin comentarios

    26 octubre 2006 | 11:28

  4. Dice ser Victor

    Creo que cataluña esta para bien o para mal condenada al tripartito. Las bases de ERC y PSC no aceptarian jamás un pacto con CIU y CIU según parece se va a quedar de nuevo lejos de sumar con el PP. Incluso es posible que ya ni sume con ERC. Con lo cual la única posibilidad que queda es la reedición del tripartito. Ahora eso sí espero que enmenden un poco los de ERC y no vuelvan a liarla. Por lo demás en este tripartito se esperaría un mayor peso de IC ya que esta es la única formación que seguro recogerá un montón de votos de desencantados tanto de ERC como de PSC. A ver que ocurre.

    26 octubre 2006 | 14:45

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