Josep Guardiola, el flamante entrenador de los tricampeones, ha sorprendido a todos en su estreno en el banquillo del Barça con una magnifica temporada repleta de éxitos. Lo que quizá se conoce menos del técnico azulgrana es su pasión por la literatura.
Recuerdo que cuando era jugador ya se destacaba el hecho de que leyera libros durante las concentraciones previas a los part¡dos, e incluso su labor pedagógica fomentando la lectura entre sus compañeros, al parecer menos propensos que él a dejarse seducir por las letras.
Pero si hay un autor vinculado al ahora idolatrado Pep ese es el poeta catalán Miquel Martí i Pol, un personaje excepcional lleno de vitalidad hasta sus últimos días -murió en 2003- a pesar de padecer una terrible enfermedad.
Guardiola ha convertido una de las frases de Martí i Pol en el lema de su alabada tarea al frente del Futbol Club Barcelona: «Tot está per fer, i tot és possible» (Todo está por hacer y todo es posible). Creo que es oportuno recordar hoy aquí el poema donde aparece esa premonitoria frase:
ARA MATEIX
Ara mateix enfilo aquesta agulla
amb el fil d’un propòsit que no dic
i em poso a apedaçar. Cap dels prodigis
que anunciaven taumaturgs insignes
no s’ha complert, i els anys passen de pressa.
De res a poc, i sempre amb vent de cara,
quin llarg camí d’angoixa i de silencis.
I som on som; més val saber-ho i dir-ho
i assentar els peus en terra i proclamar-nos
hereus d’un temps de dubtes i renúncies
en què els sorolls ofeguen les paraules
i amb molts miralls mig estrafem la vida.
De res no ens val l’enyor o la complanta,
ni el toc de displicent malenconia
que ens posem per jersei o per corbata
quan sortim al carrer. Tenim a penes
el que tenim i prou: l’espai d’història
concreta que ens pertoca, i un minúscul
territori per viure-la. Posem-nos
dempeus altra vegada i que se senti
la veu de tots solemnement i clara.
Cridem qui som i que tothom ho escolti.
I en acabat, que cadascú es vesteixi
com bonament li plagui, i via fora!,
que tot està per fer i tot és possible.
Traducción:
AHORA MISMO
Ahora mismo enhebro esta aguja
con el hilo de un propósito que no digo
y me pongo a remendar. Ninguno de los prodigios
que anunciaban taumaturgos insignes
se ha cumplido, y los años pasan de prisa.
De nada a poco, y siempre con el viento de cara,
qué largo camino de angustia y de silencios.
Y estamos donde estamos, más vale saberlo y decirlo
y asentar los pies en la tierra y proclamarnos
herederos de un tiempo de dudas y de renuncias
en que los ruidos ahogan las palabras
y con muchos espejos medio enmascaramos la vida.
De nada nos vale la añoranza o la queja,
ni el toque de displicente melancolía
que nos ponemos por jersey o corbata
cuando salimos a la calle. Tenemos a penas
lo que tenemos y basta: el espacio de historia
concreta que nos corresponde, y un minúsculo
terrirorio para vivirla. Pongámonos
de pie otra vez y que se sienta
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quién somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca, y ¡adelante!
que todo está por hacer y todo es posible.