‘Mutabilidad’, de Percy Bysshe Shelley (1792 – 1822)

Somos como las nubes que enmascaran la luna,

que huyen sin descanso, relampaguean, tiemblan,

rasgando con destellos lo oscuro, mas, de pronto,

la noche las rodea y se pierden para siempre;

o arrinconadas liras de cuerdas disonantes

que a cada son diverso responden diferente,

y en cuya hechura frágil ninguna melodía

resuena semejante al volver a tocarla.

Dormidos, pesadillas turban nuestro reposo;

despiertos, vagos sueños contaminan el día;

ya con risa o con llanto, fantasía o razón,

ya abracemos las penas o ya las desechemos

¡da lo mismo! Pues, sea alegre o sea triste,

la senda de su marcha final está ya abierta:

tal vez no sea el pasado del hombre su mañana;

tal vez sólo perdure la Mutabilidad.

MUTABILITY

We are as clouds that veil the midnight moon;

How restlessly they speed, and gleam, and quiver,

Streaking the darkness radiantly! -yet soon

Night closes round, and they are lost for ever:

Or like forgotten lyres, whose dissonant strings

Give various response to each varying blast,

To whose frail frame no second motion brings

One mood or modulation like the last.

We rest. -A dream has power to poison sleep;

We rise. -One wandering thought pollutes the day;

We feel, conceive or reason, laugh or weep;

Embrace fond woe, or cast our cares away:

It is the same! -For, be it joy or sorrow,

The path of its departure still is free:

Man’s yesterday may ne’er be like his morrow;

Nought may endure but Mutablilty.

Percy Bysshe Shelley, esposo de Mary Shelley, la autora de Frankenstein, es uno de los poetas románticos ingleses más leídos, aunque en su corta pero bien exprimida vida (murió a los 30 años ahogado tras naufragar el velero en el que navegaba) no logró el reconocimiento que si alcanzaron contemporáneos suyos como Lord Byron.

Bysshe Shelley fue más deísta que ateo (aun cuando fue expulsado de Oxford por un escribir un panfleto felizmente titulado Necesidad del ateísmo), más neoplatónico (“La sombra abrumadora de un poder invisible sobre nosotros flota”) que aristotélico (a pesar de su aprecio por las ciencias naturales) y tan solidario con el sufrimiento humano como ferozmente crítico con la dictadura de Uno (a Napoleón: “¡Como te odié, tirano ya vencido! Gemía / pensando que un esclavo mísero semejante / pudiera regocijarse, danzar sobre la tumba / de toda Libertad”).

En uno de sus poemas, Exhortación, Shelley escribe con un tono conmovedoramente ingenuo acerca del alma cristalina del poeta, poco menos que un ángel de las letras, un ser inmaculado que camina incorrupto cerca siempre del abismo de lo terrenal. Una concepción tal irreal como elevada del oficio que es una constante en su obra. En los versos dedicados al también romántico Wordsworth, escribe: “Te erguiste semejante a un refugio de piedra / por encima del ciego combate de las masas”.

NOTA: Traducción directa del inglés por Juan Abeleira y Alejandro Valero.

Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.




7 comentarios

  1. Dice ser Mary rompió la barrera

    Las masas no tiemblan,las masas rigen las ideas por la idea de la mordaza en sombras que titubean en terquedad grotesca bajo el brillo de las poderozas fuerzas que acabarán por iluminarlas.Cuánto dolor se hubiera evitado, cuánta tortura, cuánta guerra, si del alma nacieran rosas en lugar de punzones ávidos de cicatrices.El monstruo, que era monstruo por ser distinto de los infelices nació del temor en tiempo negado a dar amor a las luces del conocimiento, de la comprensión, de la represión velada entre gónadas y matrices.Una rosa blanca nace en tierra seca. Y no tardan en taparla de hollín los infelices. Tiempos que huelen a cambios tras el negror de las nubes en tormenta y sus ciclos. Pasos de luz dejan huella, poco a poco, hacia el portal de un futuro más libre, más natural, menos monstruo de infelices.

    23 agosto 2009 | 20:10

  2. Dice ser livia

    Percy Bysshe Shelley fue un magnífico poeta (aunque no es de mis favoritos, y era mucho mejor Byron para mi gusto) y ya es ser desconsiderado referirse a él como «el marido de Mary».

    23 agosto 2009 | 20:27

  3. Dice ser Yop

    Ella era la mujer de Percy Shelley, no él el marido de Mary Shelley……….

    23 agosto 2009 | 21:46

  4. Dice ser Literatura

    Deplorable es que los intentéis clasificar como la esposa o el marido de Shelley… Ambos son iconos de la literatura en campos diferentes y por tanto, ninguno «pisa» el nombre del otro…

    23 agosto 2009 | 23:46

  5. Dice ser livia

    He visto «remando al viento», es en efecto muy buena. La relación entre victor von frankenstein y su criatura es comparable a la que existe entre Dios y los humanos, el monstruo reprocha a su creador haberlo hecho tan horrible como para no ser amado por nadie y los humanos reprochan a Dios el mal que existe en este mundo.Dos genios, cada uno por su lado, y el titular es de lo más inadecuado.

    24 agosto 2009 | 01:26

  6. Dice ser murmullo cucarachas

    Polidori… Shelley… Byron…y Mary Shelley…que orgiaaaaaaaaaaaaaas!!!!

    24 agosto 2009 | 07:30

  7. Dice ser Ambos fueron defintivos dentro del Romanticismo inglés

    Para mí Mary Shelley marcó época con su inmortal Frankestein y la veo como una gran visionaria al tocar el tema de cómo los humanos muchas veces pretendemos estar por encima del bien y del mal e incluso por encima de la Madre Naturaleza (Victor Frankestein es la pura encarnación de la soberbia de los científicos, algo más que vigente hoy día).Sin embargo, me parece un poco injusto presentar la magnífica poesía de P.B. Shelley simplemente como «la del marido de Mary Shelley», sobre todo porque éste último tiene entidad propia como gran poeta del Romantisimo inglés.Además estoy totalmente convencida que la prolífica mente de Mary se vió beneficiada por la inestimable compañía y apoyo de este gran poeta.Os recomiendo, por cierto, que veais Remando al Viento, película del genial Gonzalo Suárez, donde precisamente se ve esto último, es decir, de qué manera se complementaban marido y mujer desde el punto de vista literario y creativo, además de presentar de manera deliciosa lo productiva que resulto la amistad forjada entre ambos y el genial Lord Byron.Gran tema y gran película.

    24 agosto 2009 | 12:15

Los comentarios están cerrados.