Él no vestía su capote escarlata
porque la sangre y el vino son rojos,
y la sangre y el vino estaban en sus manos
cuando le descubrieron con la muerta,
la pobre mujer muera a quién amó,
y asesinó en su lecho
Él caminaba entre los Convictos
con un traje gris raído;
sobre su cabeza llevaba una gorrilla,
y su caminar parecía ligero y animado;
pero jamás vi a un hombre que mirara
al día con tanto anhelo.
Jamás vi a un hombre que mirara
con ojos tan llenos de anhelo
esa pequeña carpa azul
que los prisioneros llaman el cielo,
y cada nube que pasaba a la deriva
con velas de plata.
Yo caminaba, junto a otras almas en pena,
por el interior de otro patio,
y me preguntaba si el hombre había hecho
algo grande o pequeño,
cuando, a mis espaldas, una voz murmuró:
“A ese tipo lo ahorcan”.
¡Dios mío! Los mismos muros de la prisión
parecieron tambalearse repentinamente
y, sobre mi cabeza, el cielo mudó
en un casco de acero candente;
y, aunque yo era un alma en pena,
mi pena no podía sentir.
Sólo sabía qué pensamiento acosado
aceleraba su paso, y por qué
miraba al deslumbrante día
con ojos tan llenos de anhelo:
el hombre había matado aquello que amaba,
y por eso tenía que morir.
Que todos lo oigan:
Si bien cada hombre mata aquello que ama
algunos lo hacen con mirada amarga
algunos con palabra lisonjera.
¡El cobarde lo hace con un beso,
el valiente con una espada!
(SEGUIR LEYENDO EL RESTO DEL POEMA).
Ya nos han reprochado, cariñosamente y con razón, que a estas alturas y después de más de 100 poetas, aún no hayamos publicado nada de quien tuvo que sufrir en su propia piel “la severidad barata de la moral abstracta”.
Ayer hablábamos de dandismo y ligeramente, muy ligeramente, de Oscar Wilde. Hoy, traemos las primeras estrofas de la bellísima Balada de la cárcel de Reading -compuesta en la prisión del mismo nombre donde cumplió una pena de dos años por sodomía- con la esperanza de que quien no la haya leído nunca, descubra en ella que el genio literario y humano de Wilde va mucho más allá del esteticismo decadente y la fina ironía; que, al contrario de lo que aseguraba un personaje de su Dorian Gray, él nunca olvidó el deber más alto, el deber para consigo mismo:
Y todo el dolor que le incitó
a pronunciar esa queja amarga,
y las penas salvajes, y los sudores sangrientos,
nadie los conocía tan bien como yo:
porque quien vive más de una vida
debe morir más de una muerte
NOTA: Como la canción es muy extensa, hemos publicado sólo las siete primeras estrofas, en las que Wilde introduce el drama del preso condenado a la horca -por matar a su mujer: all men kill the thing they love– y que le sirve de hilo argumentar para tejer el resto del poema.
NOTA 2: Aquí, The Balad of Reading Gaol sobriamente recitada por el actor irlandés T.P.Mckenna.
Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.
Se me ha quedado clavado el parrafo que dice.:»Quien vive más de una vida , debe morir más de una muerte. Y me he quedado pensando que tal vez por eso mueren muchas personas , a veces famosas a media vida, porque han vivido doble y Dios aún no debe haber inventado morir dos veces a la misma persona , al menos no sé de ningún caso .Clica sobre mi nombre
16 julio 2009 | 13:02
.Volveran las oscuras golondrinas …
16 julio 2009 | 13:46
¡ POBRE MUJER¡Gustavo Adolfo Bécquer(1836-1870)Volverán las oscuras golondrinasVolverán las oscuras golondrinasen tu balcón sus nidos a colgar,y, otra vez, con el ala a sus cristalesjugando llamarán;pero aquéllas que el vuelo refrenabantu hermosura y mi dicha al contemplar,aquéllas que aprendieron nuestros nombres…ésas… ¡no volverán!Volverán las tupidas madreselvasde tu jardín las tapias a escalar,y otra vez a la tarde, aun más hermosas,sus flores se abrirán;pero aquéllas, cuajadas de rocío,cuyas gotas mirábamos temblary caer, como lágrimas del día…ésas… ¡no volverán!Volverán del amor en tus oídoslas palabras ardientes a sonar;tu corazón, de su profundo sueñotal vez despertará;pero mudo y absorto y de rodillas,como se adora a Dios ante su altar,como yo te he querido…, desengáñate:¡así no te querrán!
16 julio 2009 | 13:50
MENUDAS FOTOS SE HA MARCADO LA CHICA DEL RISTO MEJIDE EN TETAS EN PLAY BOYSOLO SALE CON LA GORRA DE POLI Y LAS LLAVES DE LAS ESPOSAS
16 julio 2009 | 15:37
¡Toma licencia poética¡
16 julio 2009 | 16:51
Poema de la culpaYo la amé, y era de otro, que también la quería.Perdónala Señor, porque la culpa es mía.Después de haber besado sus cabellos de trigo,nada importa la culpa, pues no importa el castigo.Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargomis labios están dulces por ese amor amargo.Ella fue como un agua callada que corría…Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.Perdónala Señor, tú que le diste a ellasu frescura de lluvia y esplendor de estrella.Su alma era transparente como un vaso vacío:yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.Pero, ¿cómo no amarla, si tú hiciste que fueraturbadora y fragante como la primavera?¿Cómo no haberla amado, si era como el rocíosobre la yerba seca y ávida del estío?Traté de rechazarla, Señor, inútilmente,como un surco que intenta rechazar la simiente.Era de otro. Era de otro que no la merecía,y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.Y ella me dio su amor como se da una rosacomo quien lo da todo, dando tan poca cosa…Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:ella no fue culpable, Señor… ni yo tampocoLa culpa es toda tuya, porque la hiciste bellay me diste los ojos para mirarla a ella.Sí, nuestra culpa es tuya, si es una culpa amary si es culpa de un río cuando corre hacia el mar.Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,que sería pecado mayor si no la amara.Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,que tú, que hiciste el agua, y la flor, y la estrella,tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,tú también la amarías, ¡si pudieras ser hombre!Jose Angel Buesa
16 julio 2009 | 23:27
Dios mio como amo a este hombre es mi escritor favorito
17 julio 2009 | 01:06
Sarna con gusto no pica aunque repita.
17 julio 2009 | 12:00