Tiene cara de buena persona. 23 años. Se llama Sayed Perwiz Kambajsh. Es periodista. Y dicen que ha dicho que “Mahoma ignoró los derechos de las mujeres”. Es todo; sólo eso. ¿Pero es suficiente para asesinarle? Pues parece que sí. La justicia, ¡la justicia! afgana le ha condenado a muerte el martes pasado. ¡En Afganistán! En un país en el que hay, no sé para qué, misiones diplomáticas y militares de buena parte de los países occidentales que se creen los más civilizados del mundo; entre ellos España, Alemania, Estados Unidos…
¿Pero cómo es posible que se pueda consentir tamaña injusticia? Sin embargo la realidad es así… La venimos observando desde hace años; a diario…
Primero se empieza por el velo, el burka, la obligación de cerrar los comercios a la hora del rezo, la intimidación en la calle a todos aquellos (sobre todo a las mujeres) que no cumplen con los preceptos religiosos que ellos consideran fundamentales… Y así, lentamente, va ocurriendo lo que desde hace ya años observamos en Marruecos: que muchas mujeres no se atreven a salir a la calle vestidas como quisieran. ¡Las insultan! Conozco a algunas jóvenes españolas que vivían aquí, en Tánger, que les encantaba el país, pero que han tenido que irse a España por que no soportaban ya las continuas agresiones… Verbales por el momento, eso sí.
Así que, ¿por qué nos extraña que quieran asesinar a un periodista en Afganistán por haber manifestado un simple pensamiento? Vivimos tiempo de confusión, de odios, de represiones (lo que ocurre en Palestina no tiene nombre); tiempos en los que los legisladores y representantes de los sistema democráticos (dulcemente instalados en sus palacios y sedes de gobierno) aún creen que es posible atajar los desmanes de los fanáticos de la fe (de la fe que sea: cristiana, judía, musulmana…) con el diálogo.
Y no sé, no sé…
En fin, pidamos la libertad, aunque sea sólo por compasión, si no por justicia, que es lo que correspondería hacer, para este periodista afgano.