En España la cosa anda revuelta con la Iglesia, pero, en Marruecos, no digamos. Empezaré por decir que, para un extranjero, en un país musulmán ¡siempre extranjero y jamás aceptado del todo por el hecho de no practicar su religión!, nunca es fácil opinar porque enseguida te tildan de “ir contra ellos”. Cuando no es verdad. Porque en Marruecos hay, como en todas partes, cosas “que no gustan”, cierto, pero muchas otras que sí, que apreciamos y defendemos; también hay otras cosas que creemos que podrían mejorar… Y, en cualquier caso, no creo yo que los de fuera no podamos opinar sobre ellas… como opinan en España, y sobre España, los marroquíes que viven allá.
Viene esto a colación, opino, por lo injusto que resulta a todas luces la condena de seis homosexuales marroquíes a penas de prisión que, en algún caso, llega a 10 meses, a raíz de la boda gay simulada en noviembre pasado en Alcazarquevir, y difundida en Internet.
Como el Estado se lava las manos, dicen algunos marroquíes, las facciones más radicales del islamismo se han encargado de echar leña al fuego para conseguir estas condenas. ¡Y lo han logrado, vaya! Pero, afortunadamente, en Marruecos también hay gente justa que emplea su inteligencia, en este caso, en defender a la parte más débil. Así, un grupo de cerca de 200 intelectuales y políticos del país magrebí acaban de firmar un manifiesto, Llamamiento en defensa de las libertades individuales, en el que avisan de que se avecinan tiempos difíciles si esto no cambia: “Vivimos días de odio entre la sociedad civil y si esto no se corrige a medio plazo la armonía social va a ser un problema”.
El manifiesto, nada sospechoso, pues entre los firmantes hay intelectuales de distinta adscripción social y política, pone el dedo en la llaga de una realidad que cada día se observa más condicionada y sometida por las directrices religiosas. Y no creemos que deba dejarse (en ningún caso) en manos de la sinrazón religiosa la justicia social de un país.
Para que una sociedad prospere deben respetarse la libertad individual y las creencias de cada uno, ¿no? Eso como mínimo; eso, para empezar…