Creo que ayer se organizó, una vez más, una buena en el Puerto de Algeciras debido a la interrupción del tráfico marítimo de pasajeros entre España y Marruecos. Miles de vehículos bloqueados y muchos miles más de personas a merced del viento y con la ilusión frustrada de llegar a tiempo para celebrar el Aid El Kebir. Este es un hecho que se repite con demasiada frecuencia ya, en los últimos años. Hace una década tan sólo, era muy raro que el tráfico entre Ceuta y Algeciras se interrumpiese del todo; siempre había un barco suficientemente pesado como para resistir los embates del viento. Pero el progreso tiene, también, sus inconvenientes: son tan ligeros los barcos de pasajeros ahora que a la menor se “amilanan” y se quedan en puerto.
De aquí las preguntas: ¿Es necesario construir ese túnel del que tanto se habla? ¿Hay que hacerlo ya? ¿O mejor sería hacer un puente, quizá? ¿Se deja la situación como está?
De entrada, España y Marruecos responderán, supongo, que deben pensárselo bien antes de ponerse a gastar un dinero que seguramente no tienen para afrontar una obra de tanta envergadura. “Además, está el tema de la inmigración clandestina”, seguro que argumentarán en Europa; y la propia España, también. “¡Hay que tener cuidado con la posibilidad de abrir un coladero!”, dirá más de uno. Y, por otro lado, los inversores privados, si no hay plusvalías claras a la vista, tampoco van a invertir su dinero… Y hoy por hoy, no se vislumbra esa rentabilidad. En fin, que, aunque se sigue avanzando en el proyecto —existe una comisión mixta, estable, con dotación presupuestaria anual por parte de ambos gobierno, que acumula desde hace años estudios e información—, no parece que se vaya a construir ese túnel (la solución, prácticamente definitiva, aceptada por todos) a corto plazo.
Sin embargo, la realidad es tozuda y alimenta el sueño de esta gran obra: millones de personas intentando pasar, cada año en más cantidad y con más frecuencia, y un mar que, quizá por el cambio climático que se asegura ha empezado, está cada día más embravecido.