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Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

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La complejidad de los complejos

Al montarse en mi taxi su jersey anudado a la cintura llamó poderosamente mi atención. No era día de jersey ni aquella sería noche de jersey, como tampoco lo fueron los últimos siete días con sus siete noches. Por eso pensé que, en su caso, podría tratarse de un jersey estratégicamente dispuesto para cubrir su particular complejo de un culo tal vez, según las leyes no escritas del Dios ZARA, algo desproporcionado respecto al resto de su cuerpo (era delgada, de vientre plano, pechos firmes y rostro lindo, delicado).

Su previsible complejo se acentuó por su forma de sentarse en mi taxi: cruzando, de lado, las piernas en estudiada pose (provocando en su figura un engañoso aunque certero efecto visual cien mil veces practicado, supuse, en el espejo de su armario).

Durante aquel trayecto con aquella presunta acomplejada usuaria me dio por pensar en la raíz de cada uno de nuestros complejos (todos tenemos alguno, en distinto grado; no siempre son físicos): Si cada cual trae consigo los suyos propios, de fábrica, o son los demás quienes los acentúan o quizás alguien en concreto, aislado, pero importante para ti. O puede que también existan personas más o menos acomplejables o tenientes al complejo, de frágil personalidad o moldeables o demasiado pendientes de las críticas (sobre todo si son malas).

Aquella usuaria era guapa y sin embargo su poder de seducción parecía forzado, poco natural. Algunas otras menos agraciadas, sin embargo, suelen ganarle en belleza a las guapas acomplejadas gracias, precisamente, a esa naturalidad derivada de su falta de complejos.

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Dándole vueltas a esto llegamos a su destino. Me detuve en el lugar indicado, pagó la carrera y se bajó del taxi tan deprisa que, al cerrar su puerta, se le quedó pillado el jersey. Me hice el despistado y aceleré tirando de él, desanudándolo de su cintura. Ella comenzó a correr tras de mí al grito de «¡¡espera!!» pero me pareció más importante la cura de sus complejos que el valor material de la prenda en cuestión.

Un jersey muy suave, por cierto. El mismo que ahora llevo puesto. Me queda corto y estrecho hasta la asfixia (talla 38). Pero huele tan bien…