Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Archivo de la categoría ‘Vox Populi’

Vox Populi (duodécima entraña)

Descripción del usuario: Hombre de 50 años, pelo cano, elegante.

Trayecto: Desde el Paseo de la Habana hasta la calle Mayor.

«Las mujeres guapas no se preocupan tanto por esto de la ‘igualdad de género’ como las feas. Porque una mujer guapa siempre podrá valerse de su físico para conseguir lo que quiera. Una mujer fea, en cambio, no se plantearía nunca ser portada de Interviu, ni azafata de congresos, ni modelo, ni puta, ni go-gó en una discoteca (los hombres tampoco podríamos nunca optar a nada de esto). Por eso las mujeres feas luchan por equipararse a los hombres: no tienen las opciones de las guapas. Y a los hombres nos gusta la belleza. TODOS preferimos lo bello a lo feo (y quien diga lo contrario, miente). Nos excitan las mujeres bellas y por ellas seríamos capaces de hacer auténticas locuras que jamás haríamos por las feas. Vivimos en un mundo dominado por ellas, por las guapas, y el resto, sin saberlo, tenderemos siempre a comportarnos como auténticos Nazis en busca de la selección racial perfecta, de las facciones perfectas, de los pechos perfectos y de las curvas perfectas que nos hagan sentir ‘plenos’ (en el sentido artístico de la palabra) y, ya de paso, poder crear descendencia a su misma imagen y semejanza»

Vox Populi (undécima entraña)

Descripción del usuario: Senegalés de piel gruesa y oscura, edad indefinida, camisa de manga corta a rayas, pantalón gris y sandalias.

Trayecto: Desde la plaza de Conde de Casal hasta el Consulado de Senegal.

(El siguiente monólogo del senegalés se inició justo cuando pasábamos con mi taxi por la Fábrica de la Moneda y Timbre)

«¿Ahí hasen el dinero? pues, pues… que nos den un faho de billetes a cada uno, ¿no?; así de fásil… hasemos todos cola en la puerta y que a cada uno le den unos cuantos billetes de sincuenta, o de sien euros (porque no hay de más, ¿no?) para que todos vivamos bien… ¿qué más les dá?… si sólo es una máquina que se dedica a fabricar billetes, ¿verdá?… y si les cuesta dinero fabricar más máquinas para haser dinero, pues que se lo cobren a ellos mismos… que se fabriquen lo que les cueste las máquinas y que fabriquen también para los demás… y así todos tendríamos dinero y yo le podría mandar mucho dinero a mi familia en Senegal… joder… ¿y por qué no lo hasen, con lo fásil que sería haser dinero para todos?… ¿es que les gusta que en mi país se pase hambre?»

Vox Populi (décima entraña)

Descripción del usuario: Cabeza afeitada, cuello grueso, ancho de hombros. Unos 35 años.

Trayecto: Desde la calle Manuela Malasaña hasta Las Matas.

«Tengo mogollón de tatuajes por todo el cuerpo. En total, unos quince: en la espalda, en las piernas, los brazos, el pecho… mi primer tatu me lo hice a los 17 años: la cara del Ché, en el brazo derecho… por aquel entonces yo era un tío muy revolucionario, y el Ché suponía para mí como una guía espiritual, ya sabes… aunque con el paso del tiempo se te va quitando un poco la tontería, y ahora no me hace tanta gracia llevar al Ché en el brazo… Es lo malo de los tatus: que son para toda la vida y en el momento de hacértelos te parece incluso guay eso de llevar algo para siempre, como muy romántico, y tal. Pero luego pasan los años y cambias de parecer, porque todos somos humanos, colega, y evolucionamos, y los gustos que teníamos con 17 años no tienen por qué ser los mismos que los de ahora… a las tías les pasa algo parecido: se hacen un tatu super chulo en el vientre y luego, cuando se quedan embarazadas, se les deforma y queda hecho una mierda. Y entonces se arrepienten, claro… porque cuando yo tenga 80 años me arrepentiré mucho más de lo que me arrepiento ahora de todos estos tatus… el arte no se entiende de la misma manera durante toda tu vida, colega…»

Vox Populi (novena entraña)

Descripción de la usuaria: Morena de pelo corto. Cara alargada. Gafas de sol. Unos 40 años.

Trayecto: Desde la Estación de Chamartín hasta la Plaza de Neptuno.

«Me jode que los que tienen perros, gatos, o pájaros enjaulados en la terraza de su casa se hagan llamar ‘defensores de los animales’. ¿Cómo pueden ser tan hipócritas? Si aman a los animales, pues que los dejen vivir en total libertad, vamos, digo yo… y me parece atroz primero porque muchos pagan por conseguirlos… ¡trafican con seres vivos, Dios mío!… luego, porque ese pobrecillo animal, ya sea perro, o gato, o qué sé yo, vivirá para siempre sometido a la voluntad de su ‘dueño’… jodida palabra esa de ‘dueño’, ¿eh?… quiero decir: que el pobre perro comerá cuando su ‘dueño’ le ponga en el platito lo que crea conveniente (ya sean bolitas de esas del supermercado, o las sobras del cocido del día anterior) y cuando lo crea conveniente. Y el ‘dueño’ sacará al perro cuando pueda y las veces al día que pueda, y ¡atado con una correa al cuello, para que no se escape!… Atroz, sencillamente atroz… ¿y qué me dices de cuando los castran?… ¿Eso es amar a los animales? Señores: si realmente aman a los animales, déjenles en paz… no les sometan a su voluntad, o a su capricho… Pero claro, si les dices todo esto se justificarán siempre con lo mismo: que si ‘los animales domésticos no podrían sobrevivir en libertad’, que si ‘mi Trosky vive mejor que yo’, que si ‘come cuando quiere y le saco tres veces al día’, que si ‘nos hacemos mucha compañía’… bien… si los animales son tan felices como aseguran sus ‘dueños’, ¿por qué salen corriendo en cuanto les sueltan la correa?…»

Vox Populi (octava entraña)

Descripción del usuario: Hombre de 35. Aspecto impecable.

Trayecto: Desde el Hotel Intercontinental hasta una calle cualquiera del barrio de la Concepción.

«Me gusta cuidarme. Soy un hombre al que le gusta cuidarse, ¿algún problema?… me tiro al menos dos horas diarias machacándome los músculos en el gimnasio… un par de sesiones de rayos UVA a la semana, masajes, limpiezas de cutis, cremas hidrantantes, antiojeras, dietista… y me depilo todo el cuerpo: las piernas, los brazos, el pecho, la espalda… también renuevo mi vestuario cada tres meses; me gasto una pasta en ropa, siempre a la última moda… porque si quieres triunfar en esta vida, o eres listo, o cuidas tu imagen… y yo no valgo para estudiar, qué quieres que te diga… nunca fui bueno con los estudios, así que… decidí dedicarle las mismas horas que otros emplean con sus libros, pues eso… trabajándome el cuerpo; y he conseguido ganarme la vida con mi físico, no te creas… que todo tiene su recompensa: trabajo como relaciones públicas, modelo de fotografía, como extra en pelis, en series o en programas de TV… y gano pasta, y tengo éxito con las tías… al fin y al cabo, eso es lo que todos queremos, ¿no?… dinero y mujeres guapas… unos lo consiguen con su coco y otros, como yo, con el físico. Tan válida es una cosa como la otra…»

Vox Populi (séptima entraña)

Descripción del usuario: Conocido productor y músico de principios de los 80. Alto, delgado. Chupa de cuero. Pantalones vaqueros ajustados.

Trayecto: Desde la calle San Bernardo esquina Gran Vía hasta la Glorieta de López de Hoyos (sede de una conocida compañía discográfica).

«¿Poesía?. Hace tiempo que murió la poesía. La Movida Madrileña mató a la poesía en esta ciudad. Todos borrachos, colocados, exhibiendo sus fotos de mierda, sus cuadros de mierda y sus canciones de mierda; como si eso de ‘quiero ser un bote de Colón’ fuera el summun de la modernidad. O esa otra… ‘Me gusta ser una zorra’, o los ‘litros de alcohol’ del vendido ese… el Ramoncín Digital de los cojones… ya no hay poesía, porque estamos en otro rollo, colega… demasiado ocupados en pagar nuestra hipoteca o en tirarnos a la rubia más impresionante del garito. Los más modernos del Planeta ahora tienen hijos con nombres vascos y se piran al campo un fin de semana al mes para encerrarse en una puta Casa Rural a jugar al Monopoly… esos son los cuatro monos que sobrevivieron a la Movida Madrileña, los que no la palmaron a tiempo porque tomaban drogas de calidad y supieron echar el freno… y luego se liberan cagándose en el éxito de Alejandro Sanz… vamos, no jodas… por lo menos Alejandro Sanz es un buen músico, un tío que sabe de música (no sé si me entiendes…). Lo mío es otro rollo, tronco. Lo mío es más lo de ‘vive y deja vivir’. Me salí de la Movida porque supe que se estaban cargando las letras, ya sabes, la poesía pura y dura… para reivindicar una libertad que no era libertad ni era nada. No confundamos sexo con orgía, tronco… yo no soy ningún vendido: una buena melodía sin una buena letra se convierte en basura, colega, aunque esté de moda y te forres a vender discos. Por eso me salí a tiempo de ese mundo. Me encerré, dejé de ir al Rockola y a esos sitios. Aunque igual que te digo una cosa, te digo la otra: el único que ha sabido salir de los 80 con dignidad ha sido Almodóvar. Le conozco, y te aseguro que tiene más cabeza que todos nosotros juntos. Los demás, o están muertos, o viven de las rentas haciendo conciertos homenaje y mierdas de esas…»

Vox Populi (sexta entraña)

Descripción del usuario: Moreno, delgado, de unos cuarenta años. Camisa blanca, pantalón negro (uniforme de camarero) bajo un abrigo verde sin abrochar.

Trayecto: Desde la calle Barceló hasta el Puente de Vallecas.

«En España se bebe mucho. Yo tengo un bar, y lo que veo cada día, en muchos casos, me supera. Desde tíos que desayunan con su copita de orujo, hasta grupitos que comienzan con unas cañas a mediodía y no paran de beber hasta que cerramos. Y luego están los que beben solos. Los que se pegan a la barra y cubata va, y cubata viene… sin hablar con nadie o, como mucho, dándole el coñazo al camarero. Pero esos son casos perdidos, ya sabes… tíos que utilizan la bebida para evadirse de sus problemas, casi sin darse cuenta que es precisamente la bebida su mayor y principal problema. Pero a mí, los que realmente me preocupan son todos esos niñatos que ya no saben salir sin beber. Y te lo dice alguien que vive de esto, ya me entiendes… para mí, cuanto más beban, mejor… Supongo que este hábito social viene asociado a nuestra cultura, eso de reunirse con los colegas y beber… cada cual movido por sus propios motivos: los tímidos beben para envalentonarse, para ligar cuando serían incapaces de hacerlo estando sobrios; y los extrovertidos beben para coger el puntillo, para salir de la rutina diaria y toda esa mierda. Créeme; estoy harto de ver siempre lo mismo. Pero te digo una cosa: todo, en su justa medida, puede incluso llegar a ser bueno. Ya sabes lo que dicen los médicos sobre los beneficios de tomarse una copita de vino en las comidas, o incluso una cerveza de vez en cuando… para el corazón, y eso… pero a los jóvenes de ahora les falta control. No se conforman con tomarse un par de copas. Tienen que beber hasta caerse redondos. Y les importan una mierda las consecuencias. No piensan en lo que les puede pasas con esa pérdida de control, cuando conducen borrachos, por ejemplo. Y es precisamente esa nueva actitud social la que me hace creer que, en realidad, estamos volviendo al Existencialismo de principios del Siglo XX… con Sartre, o Camús, ya sabes… ‘la Nausea’, ‘el Extranjero’, ‘la Peste’… nuestra esencia existencial hace tiempo que dejó de tener sentido…»

Vox Populi (quinta entraña)

Descripción del usuario: Gafapasta, cabello oscuro y despeinado, jersey de pico verde eléctico y camisa retro.

Trayecto: Desde la calle Costa Rica hasta Manuela Malasaña.

«Los hombres presumimos de tener el sexo bajo control, ya sabes… siempre hablamos entre nosotros de polvazos… de ‘ayer me ligué a una que me hizo esto o aquello’… y en cuanto alguna tía se lo monta en plan… desinhibido… tardamos cero segundos en contarle a los colegas que es una GUARRA. Sin embargo me he dado cuenta que ellas se lo montan muchísimo mejor que nosotros. Fíjate en cualquier vídeo de sexo amateur, por ejemplo… donde las parejas se graban y lo cuelgan en internet por lo del morbo al rollo voyeur, y eso… en TODOS esos vídeos los tíos tienen cara de gilipollas… mientras ellas les practican una fellatio… el tío, o bien se echa las manos a la nuca y mira hacia abajo mientras piensa: ‘hey, colega; tengo el control… soy el hombre más poderoso de la tierra’… o bien se queda quieto, con la cara completamente inexpresiva, vamos… de idiota: no gemimos… los tíos no gemimos, ¡por el amor de Dios!… ¡nos da vergüenza gemirle a una tía!… ni siquiera ponemos caras de placer; como mucho, algunas veces lanzamos un suspirito… algo así como un ‘ufff’ para dar a entender que ya hemos terminado la faena… y sin embargo, fíjate en ellas: se lo pasan de miedo. Pegan unos gritos de la hostia… vamos, que se nota que se lo están pasando en grande… y les importa un carajo quién pueda oírlas porque, según dicen, no lo pueden evitar… ¡eso es genial!… si no pueden evitar los gemidos es que tienen los cinco sentidos puestos en el tema, coño, ¡como tiene que ser!… y además disfrutan mucho más de todo su cuerpo, son mucho más sensitivas… con gran diferencia… los tíos parece que sólo tenemos sensibilidad en una parte, que todo lo centramos ahí, mientras que ellas… hay mujeres que… besándolas en el cuello pueden llegar a alcanzar auténticos orgasmos… y el pecho, la espalda, los muslos… todo su cuerpo parece lleno de puntos ‘ges’ por todas partes… y en eso las envidio… ¡ya lo creo!…»

Vox Populi (cuarta entraña)

Descripción del usuario: Hombre de treinta y cinco, cabello corto salpicado en canas, gafas ovaladas y barba de tres días bien recortada.

Trayecto: Desde Moratalaz hasta la Calle Goya.

«Cuando te compras un coche no estás buscando únicamente un medio de transporte… te estás jugando tu estilo de vida. El estilo de vida Golf GTI para el joven con posibles y un cierto toque canalla; el Audi A3 o el BMW Serie1 para el de treinta, elegante (pero informal), de espíritu abierto, emprendedor; el Seat León o el Opel Astra para el macarrilla que emplea el 80% de su sueldo (y el 99% de su vida) en su coche; y el Mini… ¿qué me dices del Mini?… quien lleva una ‘vida Mini’ parece haber encontrado el orden cósmico, o algo así… porque cuentan con miles de opciones para darle su ‘toque personal’ al asunto… ya sabes: banderas inglesas pintadas en el techo, tapicería a juego con el salpicadero o incluso enormes números pintados a cada lado, en cada puerta… y luego están los Mini Lounge, para tomar unas copas con tus amiguetes Mini… colegas del ‘estilo de vida Mini‘… todos vestidos iguales… el mismo jersey con su cuello de pico, la camisa por fuera del pantalón, y un despeinado muy cuidado como dando a entender que ‘paso de todo y sin embargo lo tengo todo bajo control’. Y si pasan los años, y dejas de ser tan ‘joven’, y te echas pareja formal, y te casas… pues te compras un A4, o un BMW Serie3, para seguir la estela elegante de tu vida A3/Serie1 pero con una visión más práctica de tu nueva vida de hombre hecho y derecho, serio y responsable… y si tienes niños, pues te compras un fantástico monovolumen con los cristales traseros tintados y monitores de DVD en los reposacabezas, para que los niños vean pelis en el trayecto del cole a casa sin dar el coñazo… o un 4×4, que en tu puta vida has pisado (ni pisarás) el campo, pero desde ahí arriba parece que te sientes más… seguro, más… poderoso, ¿entiendes?… ¿y un Mercedes?… ¡ni de coña!… ese coche es de ‘nuevo rico’… sería demasiado evidente comprarse un Mercedes….»

Vox Populi (tercera entraña)

Descripción de la usuaria: Mujer de treinta, gafas de pasta, cabello largo, liso, caoba, jersey informal de cuello vuelto y vaqueros a juego. Ambas manos anilladas en plata.

Trayecto: Desde Orense hasta la calle Embajadores.

«Una amiga, hace un par de meses, decidió abortar. Digamos que tuvo un.. desliz con un tío que conoció en la típica cena de empresa, ya sabes… se tomó tres copas de más y… vamos, que habría sido lo más normal del mundo si no llevara casada cinco años con su marido, que es un cielo… ella nunca antes había hecho algo así, tú ya me entiendes… y aunque tomara todas las precauciones del mundo, pues… bueno, ya sabes… supongo que esas cosas pasan, ¿no?. Semanas después, tuvo un retraso y, claro, se hizo la prueba… y entonces lo supo. El caso es que no sabía quién podría ser el padre… y a partir de ahí dejó de ser la misma… se hundió como nunca antes la había visto: entró en una depresión de caballo… dejó de comer, y todo… se sentía sucia, mal… había engañado a su marido… sin embargo decidió no decirle nada, vamos, que su marido no lo supiera… fue una decisión muy dura… lo sé porque yo estuve a su lado en todo momento… porque si hubiera llegado a tenerlo, el sentimiento de culpa por no saber si su marido era (o no) el padre habría acabado con ella. Antes de abortar tuvo que pasar por una serie de pruebas psicológicas… y lo hizo dentro del plazo que marca la ley, no te creas… que fue todo muy legal… 22 semanas como máximo, o algo así… Todo esto sucedió antes de la movida esa que se ha formado con las clínicas abortistas… y creo que hizo bien… por una parte, por ella… por su salud mental… para olvidarse de aquel desliz… ella quiere mucho a su marido, y si le pierde, se muere… y por otra, por el niño. No creo que mi amiga hubiera podido darle, visto lo visto, el cariño que todo niño necesita de su madre… ya sabes… no habría sido un hijo deseado, y algo así, por mucho que quieras ocultarlo, se nota. Por eso cada día entiendo menos a todas esas personas que están en contra del aborto, que lo consideran un asesinato, y todo eso… te puedo asegurar que no hay nada peor que la muerte en vida… porque así se habría sentido ella si hubiera decidido tenerlo… o en el caso de una violación… imagínate que estuvieras obligada a tener el hijo de un violador… se me ponen los pelos de punta… y es que abortar, digan lo que digan, no es como ir al Supermercado… es una decisión muy traumática para la mujer… pero siempre será mejor eso que destrozar dos vidas para siempre, ¿no?».