Buscando WiFi abierto volví a perderme por las calles de Praga. Mi mujer estaba en el hotel, durmiendo (ella duerme lo normal, pero yo en el extranjero soy insomne), así que aproveché para salir con mi portátil bajo el brazo a una de esas plazas con terrazas e internet, lo mismo que hice ayer y antes de ayer, solo que esta vez me dio por improvisar y adentrarme en otras calles. Y perderme. Me manejo bien con el inglés, pero soy hombre y taxista, lo cual me impide asumir que me he perdido por partida doble. Así que opté por elegir una terraza cualquiera y dejarme morir, cerveza en mano, cuando de repente se acercó a mí una pareja de japoneses y la chica me preguntó en inglés cómo se llegaba a la plaza de San Vito. Sin pensarlo dos veces les dije: “Go straight ahead, on the third street turn on the left and then, at the other side of the iron bridge, turn on the right”. Me lo inventé, claro (sobre todo lo del iron bridge), pero ahora ya éramos tres los perdidos en Praga y aquello me hizo sentir mejor. Luego tomé asiento en la primera terraza, pedí mi cerveza, encendí el ordenador y me dispuse a escribir estas palabras. Aproveché también para pedir la clave del WiFi del local al camarero, el cual me trajo una tarjeta con las claves que me dejó de una pieza:
USER: Café McQueen.
PASSWORD: simpulso.
Su clave era el mismo nick que uso yo para todo: en mi Twitter (@simpulso), en los comentarios de este blog, en mis timbas de poker online, en las webs de contactos, en mi mail de Yahoo… No sabía cómo interpretar aquello, así que uní cabos y concluí que a veces, para encontrarte a ti mismo, primero has de perderte a miles de kilómetros del lugar donde naciste.