COLAPSO es ver subir en tu mismo taxi a la mujer que hace lustros compartió conmigo cama y fantasías (y llegó incluso a tocarme con la punta de los celos), y aquello acabara de la forma más brusca y más tensa: puteándonos y odiándonos hasta el punto de matarnos en el mapa del otro. Imagina su cara y mi cara al cerrar la puerta y decirme «Buenas tar…» y quedarse absorta, bloqueada, sin saber qué se debe hacer en estos casos: ¿marcharse?, ¿ser fría?, ¿cortés? ¿Bastarían diecisiete años para enterrar el rencor que nos tuvimos? ¿cuánto tardará una cicatriz en ser obviada o asumida o absorbida por el cuerpo y la memoria?
Tuve que ser yo quien tirara de entereza y sonreír: «¡Ana!, ¡Cuánto tiempo!» para que ella después atajara por el camino fácil: «¡Dani!, ¡no sabía que fueras taxista!» y desplegara un buen racimo de obviedades, y yo aprovechara esa calma neutra (y que no se atreviera a mirarme a los ojos) para observarla en conjunto. Diecisiete años pasaron y en esencia estaba igual excepto dos o cinco arrugas, y unos rasgos más marcados, y unos ojos menos vivos, como velados por una capa de barniz cuarteado. Pero aún conservaba el mismo tono de piel, igual de tersa. Y el mismo pelo rizado, silvestre, aunque más corto. Sé que me pilló bajando la mirada hacia su escote, sin poder evitar preguntarme y comparar la firmeza de sus pechos con aquellos que aún mantengo intacto en el recuerdo. Qué raro sería volver a observarnos desnudos diecisiete años después, pensé. O besarnos de nuevo después de un abismo de besos con otros (la personalidad del beso a veces se diluye en nuevos labios y cambia, y pierde su esencia). Recuerdo que usaba la lengua como un francotirador acorralado. Recuerdo también la asombrosa humedad de su entrepierna, siempre insaciable.
Y en esto no pude contener tantos recuerdos y dije: «Tómate algo conmigo. Charlemos pero no de tu vida o la mía, sino de aquello. ¿Lo recuerdas?».
-Claro que lo recuerdo, pero hoy no puedo. Llevo prisa -me dijo.
-Perdí todo un año por tu culpa. Qué menos que cobrarme unos minutos de tu tiempo -volví.
Aquel argumento la dejó sin excusas. Aparqué el taxi y tomamos café en una de esas terrazas con calor artificial. Y hablamos, más yo. Y fumé, y le ofrecí, pero ella insistía en que había dejado de fumar hace dos años, cinco meses y siete días.
Y charlando con ella me di cuenta de lo mucho que cambia la voz de quien ya no comparte sexo contigo. El timbre, el tono, el color, o la temperatura de la voz no depende tanto de la edad sino del vínculo. Y al final, al despedirnos, me excitó sobremanera comprobar que Ana, en el fondo, seguía sintiéndose igual de contradictoria para conmigo: Justo antes de intercambiarnos los teléfonos y marcharse, se dio la vuelta, volvió a acercarse a mí y con la voz temblante me pidió un cigarrillo.
El año empieza a tope: Cambié las uvas por balas. Advertido quedas.
01 enero 2014 | 23:38
Que difícil es olvidar el tacto de una piel, una mirada… como comportarse de una manera mínimamente normal con alguien con la que has compartido una parte de tu vida y como esa persona a la que has amado puede llegar a odiarte y tu a ella. Como cambia el filtro con el que ves al otro cuando mueren los sentimientos…
http://www.lunaenpapel.blogspot.com
02 enero 2014 | 04:39
Y volver a lo anterior,
del retornar al pasado,
un cigarrillo y cómo no
regresar al amor dejado.
En varios días será
como un pequeño lapsus
de vuestras vidas en común
el tiempo aquel que cada uno
vivisteis por separado.
Muy difícil es de olvidar
una lengua que dispara
cual franco tirados acorralado
y mucho menos la humedad
de su entrepiernas insaciable,
donde apagabas la sed
y tus ardores de muchacho.
Si tu teléfono no suena
terminarás , hoy mismos tú llamando
aunque ella ya ha caído,
una pista ya te ha dado,
también dejó de fumar
y al terminar el café
Ana, se marchó fumando.
02 enero 2014 | 08:09
. . .
Y se supone que esto debe significar algo ???
Qué pena que no hayas conocido a una de mis ex…
Sus palabras favoritas desde la ruptura son h.d.p. …
Eso es una hembra ! ! !
. . .
02 enero 2014 | 08:43
A mi me encanta ser la amante: http://xurl.es/ch3vj Es cuando mejor me tratan y cuando hay más morbo
02 enero 2014 | 11:09
Parejas antiguas que vuelven a nuestras vidas, hombres y mujeres que se aman, y una vez pasa el tiempo, vuelven a encontrarse y a amarse más todavía nice escorts
02 enero 2014 | 18:51
Rebuscando en los arcones
que hay debajo el ventanal
he encontrado un papelito
con un corazón escrito
y una petición formal
dirigida a dos ratones.
Sr. y Señora Pérez:
quiero insistir en mi reclamación
de hace dos meses,
pues cuatro dientes perdí
y al día de hoy son deudores
porque nada recibí.
Quizá se les olvidó
pues mucho tiempo ha pasado
bueno, está bien, si es así
discúlpense por lo menos,
pero quiero recordarles
que aquellas veinte pesetas
se han transformado ya euros,
que intereses incluidos
metiéndole el iva y todo
deben de dar un montante
de unos 20 machacantes,
y creo que me quedo corto.
Sin más, espero sus noticias,
deseándoles un Feliz Año Nuevo.
Firmado: Manolo
02 enero 2014 | 18:55
Y hoy nuevamente, me levanto después de una noche insomne, como tantas últimamente, y abro el armario de la cocina buscando algo para el desayuno. Pero claro, si ayer lo deje casi vacío, hoy sigue igual…. no se si es que espero, que durante la noche las cuatro galletas se multipliquen en una docena…no se si es que espero que los alimentos tengan el don de parir nuevos alimentos…no se que espero.
Pero bueno me anima pensar que leeré el blog de 20m. el único que sigo, y al momento decaigo aun más, si se puede, al ver que ya ni esto vale la pena. Ni galletas, ni blogs, ni na…
Pura vida!
Mañana sera otro día.
02 enero 2014 | 19:18
Genial, Dani. El 2014 promete no desmerecer a todos los años que llevas escribiendo.
Que has cambiado uvas por balas se nota…¡te has atrevido a escribir «con la voz temblante» en vez de «con voz temblorosa»…Un abrazo
02 enero 2014 | 20:28
Me ha encantado,pero nadie pierde un año x culpa d nadie.
Por cierto, Feliz Año.
02 enero 2014 | 22:41
Con taitantos nos seguimos poniendo nerviosos con algunos encuentros del pasado. Que rato malo he pasado, joder!
14 enero 2014 | 00:34