Nuestras vidas, queridos drugos, seguirán incompletas mientras no resolvamos cada enigma, cada duda: ¿Dónde están los calcetines que perdemos y vagan huérfanos hasta el fin de los días? Por eso yo, como miembro activo de este mundo, decidí no descansar hasta encontrar la respuesta. Os cuento el proceso:
Primero, empecé de cero: me deshice de todos mis calcetines, los huérfanos también, y compré catorce pares nuevos. Luego bordé en la goma superior de cada par un código personalizado (‘D.D. 01’ en ambos calcetines del par número uno, ‘D.D. 02’ en el par siguiente, etc.). Después creé una hoja de Excel con la intención de llevar un seguimiento exhaustivo: En la columna del Debe, anotaría los pares de calcetines pendientes de lavar, en el Haber los calcetines limpios, y en el margen inferior, un recuadro para escribir posibles incidencias.
Cinco días después del Día Cero metí en la lavadora los cinco primeros pares (del ‘D.D. 01’ al ‘D.D. 05’), diez calcetines en total y, por si los duendes, no quité ojo a la ventanita de la lavadora en la hora y media que duró el programa. Sin embargo, al terminar el lavado y sacar los calcetines para tenderlos, conté nueve. Faltaba, para más señas, uno de los dos ‘D.D. 03’. El otro lo metí en la caja fuerte.
Después de aquello, saqué mi taxi y me puse a dar vueltas por Madrid, fascinado por el misterio del calcetín perdido. No llegué a dar con la respuesta hasta que un cliente de tantos subió en mi taxi a mi lado. El hombre en cuestión, buscando acomodarse en el asiento, estiró las perneras del pantalon y, al dejar a la vista sus calcetines, me di cuenta que llevaba el mismo que yo había perdido, justo el calcetín con mi ‘D.D 03’ bordado en el filo de la goma. Yo actué como si nada y seguí conduciendo en silencio.
Luego llegamos a su destino y el hombre se dispuso a pagarme la carrera. Sacó su cartera, la abrió para tenderme un billete y justo ahí vi algo, un detalle que descifró de un plumazo el enigma de los calcetines: junto a las dos fotos de sus hijos, llevaba una acreditación de la NSA, el Servicio Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos.
Malditos yankis…
29 octubre 2013 | 23:37
Halaaaaaaaaaaaaa como has aprovechado…….. ahí lo dejas, no????
Feliz noche y mejor miércoles.
29 octubre 2013 | 23:45
Yo ya me imaginaba algo asi, tenian que estar metidos o los americanos o los extraterrestres o ambos por que quien nos dice que no estan compinchaos a estas alturas, por que para controlar un millon de llamadas hace falta ser de otro planeta. Yo lo que he decidido es comprarme todos los calcetines iguales, asi si alguno resulta abducido el otro combina con todos los demás…
Por cierto los códigos de seguridad que aparecen abajo solo pueden leerlos los extraterrestres…
http://www.lunaenpapel.blogspot.com
30 octubre 2013 | 03:00
Perdemos calcetines sin darnos cuenta casi como cuando los bancos nos hacen perder dignidad en cada comisión camuflada.
Saludos.
30 octubre 2013 | 03:30
Que les zurzan.
Sin mas.
30 octubre 2013 | 07:43
En temas de amoríos ( y otras chorras ) pareces un quinceañero escribiendo pero es k en este post pareces un niño de primaria…Vaya kk de post…
30 octubre 2013 | 07:48
Perder un calcetín no es grave,
(salvo que se tenga par único)
lo grave es perder también
con el calcetín el contenido,
y que estos sean los ahorros.
Los ahorros conseguidos
a base de privaciones
destinados a pagar
los gastos de los cuidados
o al pago de la residencia
de todos esos mayores
que con trato de preferentes
bancos y cajas indecentes
del calcetín y del contenido
con engaños se apropiaron.
Y referente a los espías
que a esta €uropa del €uro,
como plaga nos llegó,
la única solución
para que esto no ocurra
es cortar todas las relaciones
con aquel que nos espía
y hacer puñetas mandarlo.
30 octubre 2013 | 08:06
Pensaba que lo que llevaba junto a la foto de sus hijos era la foto de tu novia. Ahí sería más fácil el enigma, ya que seguro que contaste los calcetines limpios uno a uno hasta contar nueve, pero los sucios los meterías hechos una bola, después de estar 5 días en el cesto de la ropa sucia.
Igual la acreditación con las siglas NSA significa: No Soy Americano (ya que tu usuario pertenecía a esa extraña estirpe que encuentra un calcetín desparejado en el cajón, que no le suena de nada. Yo a veces también pertenezco a esa estirpe. Incluso me ha llegado a pasar encontrarme uno que no me suena de nada pero con mis iniciales inscritas)
Estoy confusa……
30 octubre 2013 | 08:21
Muy buen relato!!! Me ha encantado!
http://areaestudiantis.com
30 octubre 2013 | 08:53
Jajaja, me has hecho reír!! qué bueno!
De todos modos creo que el enigma no lo has resuelto aún. Sólo has encontrado el calcetín, pero el enigma sigue vivo y por des ocultar. ¿?
Estoy con Dark Shadow, el código es otro enigma y para gente muy analítica
jeje
30 octubre 2013 | 08:57
cada día peor….
30 octubre 2013 | 11:10
Con el título hubiese bastado, dada la importancia y trascendencia del tema. Los calcetines perdidos son la pesadilla matutina de todos los españoles. Yo ya me rendí y cojo dos cualesquiera, aunque sean de diferente color y así me voy para el curro. Pero ¿qué es lo que les pasa?, ¿se evaporan?, ¿el detergente los disuelve?, ¿se los traga la lavadora?, ¿se los come el perro?. Si fuésemos inteligentes compraríamos los calcetines ¡todos iguales! y nos ahorraríamos el primer mareo del día.
30 octubre 2013 | 14:17
Ay calcetín engreído
con agujero en la punta
dime dónde te has metido
que tu pareja te busca.
No te escondas insensato
que ya me tienes cansado
llevo buscándote un rato
y el suelo está congelado.
Cállate y no me repliques
y sal ya de donde estés
que voy a coger la gripe
pues tengo desnudo un pié.
30 octubre 2013 | 14:43
Jajajaja este el primer gran paso para una teoria cuantica sobre la perdida de prendas de vestir, calcecitenes, botones, aretes, anillos, entre otros. Siempre pense que mis prendas perdidas emprendian un viaje de realizacion a traves del mundo, y que en algun momento volverian a mi mas sabias, mas alegres, para contarme aventuras y encontrarse con sus parejas. Pero no, ahora se que andan de ilegales en USA o.o
30 octubre 2013 | 16:45
Qué grande eres manuel
lo hagas en prosa o en versos,
tus comentarios son esos
que a todos gustan leer.
Sigue escribiendo por favor
cada día uno al menos
es lo primero que leemos
cuando entramos en este blog.
Gracias por estos regalo
que cada día nos dejas,
es como el café matutino
que calienta y reconforta.
Mis respetos y un saludo
desde al Sur de Gomaranto
30 octubre 2013 | 17:34
Jajajajaj… Qué bueno!!
Al menos ya sabes que los calcetines también son víctimas de los viajes astrales, Simp; porque me da la sensación de que no leiste en tu juventud algo de Lobsang Rampa como hicimos casi toda una generación por culpa de George Harrison (¿O fue por culpa de Carlos Castaneda y su mescalito?).
30 octubre 2013 | 20:39
Cuando damos de alta una cuenta de correo electrónico por ejemplo, nunca miramos y aceptamos sin más (la mayoría), los acuerdos del servicio y seguro que damos consentimiento para que nos lean los correos en muchísimos casos.
Los calcetines se esconden detrás del cajón. Algún día os contaré como lo descubrí.
31 octubre 2013 | 01:00