Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Ojos color aceituna

Tomó mi taxi y al instante sus ojos aparecieron perfectamente encuadrados en mi espejo retrovisor. Eran unos ojos verde aceituna, brillantes como aceitunas, blandos como aceitunas sin hueso, salados por su barniz lacrimal como aceitunas sin hueso rellenas de anchoa. Me entró hambre, claro, y en un lapsus alcé mis dedos hacia el espejo retrovisor para tomar uno de esos ojos (su aceituna izquierda, para más señas). Aunque era un ojo reflejado conseguí sacarlo del espejo, de sus dos dimensiones a una perfecta y redonda tercera dimensión. Después me lo metí en la boca. Me dio miedo masticar su ojo sabor aceituna sin hueso rellena de anchoa, así que lo tragué tal cual.    

La mujer quedó tuerta. Sin embargo, con voz calmada, me dijo:

-¿Me lleva al oftalmólogo más cercano, por favor?

Accioné el taxímetro y comencé a conducir con un ojo suyo en mi estómago. Por supuesto me sentí observado por dentro, pero la suya era una mirada cálida, de sosiego, que a su vez alternaba con su otro ojo aún encajado en la cuenca de su rostro. También debió de ser extraño para ella aquella visión dual, obtener a la vez dos imágenes: ver el taxi y la calle con un ojo y, con el otro, mis adentros.

Y así continuamos, los dos en silencio. Yo notaba un leve cosquilleo en el estómago: sin duda, mis jugos gástricos habían comenzado a actuar, desintegrando el ojo de ella, disociando las proteínas de su mirada hasta filtrarse a mi torrente sanguíneo. Poco a poco noté cómo su vista comenzaba a fluir por mis venas, poblando su campo de visión a lo largo y ancho de mi mismo cuerpo.

Comencé a sentir un fuerte tirón en mi brazo izquierdo. Identifiqué el dolor en seguida: era un amago de un infarto. Tal vez el ojo, infiltrado en mi sangre, en su intento por acceder al corazón,  me estuviera provocado un trombo. Por suerte conseguí frenar el taxi en seco. Luego se nubló todo. Perdí la conciencia.

Desperté en el suelo, sobre el asfalto, con los labios de ella encajados en los míos soplando mi boca y mirándome a su vez con su único ojo. Estaba intentando reanimarme. Yo comencé a toser y en esto escupí su otro ojo, que acabó rodando hasta caer y desaparecer por una alcantarilla. Y entonces nos miramos de nuevo.

-Lo siento- le dije.

-Te quiero- me dijo.

57 comentarios

  1. Dice ser joder carpe!no me ha gustado.

    Explico, por si hay algún mal entendido al respecto, que no quisiera, que mi nick es «joder carpe!no me ha gustado» porque en el primer comentario con ese nick se me coló la primera parte «(joder carpe)». Mi intención era poner unicamente «no me ha gustado» pero… las cosas de ver la pantalla a medias es lo que tiene … sorry por cualquier comedura de cabeza más de la necesaria. quizás lo debería haber explicado antes.

    13 junio 2012 | 20:45

  2. Dice ser Mariam

    Vaya, llevaba algunos días sin entrar por aquí y me encuentro este complejo post.

    Y creo que no en vano Simp trata de decirnos algo entre líneas… no sé bien si esta vez quiere decirnos que el amor es ciego o tal vez que las aceitunas como mejor saben es en los bares.

    Un saludo para todos!

    13 junio 2012 | 20:56

  3. Dice ser manu

    No supongas, es el amor, Simp.
    PD: Besazo, Mariam!!!

    13 junio 2012 | 21:03

  4. Dice ser Sangre por tinta

    @Susana, interesante el apunte, no lo sabía…la verdad 😉 pero gracias. Yo me subo al color este raro, verde degradado ajjajaja

    13 junio 2012 | 23:28

  5. Dice ser Sangre por tinta

    me subo no, me sumo*

    13 junio 2012 | 23:29

  6. Dice ser JDaniel

    Vaya mirada «penetrante».

    Si quieres tener una tableta de cocholate sin peligro lee: http://lapalmeranegra.blogspot.com.es/2012/06/abdominator-3000.html

    13 junio 2012 | 23:55

  7. Dice ser Sr Rosa

    Me ha recordado muchísimo a esto: http://laultimavezqueterobeparis.blogspot.com.es/2012/06/xcvii-eso-era-amor.html

    Quizás te guste.

    25 junio 2012 | 20:53

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