No era una usuaria habitual del taxi, o al menos no demostró la soltura de quien toma taxis con asiduidad. Me mandó parar como con miedo, y al indicarme el destino, sólo alguien novato lo detalla con tanta precisión: «calle tal, número cual, dos portales después del restaurante x, ¿lo conoce?, si quiere yo le indico». Por otra parte el trayecto coincidía con la ruta de la línea 73 de autobuses, el mismo autobús que pasó segundos después de pararme. La mujer podría haber tomado el autobús en lugar de mi taxi: el trayecto era corto, apenas ganamos tiempo, y a efectos prácticos se acabó gastando 5,35€ en lugar de los 1,50€ del billete. Por todo esto supuse que había un motivo oculto en aquella decisión.
Casi de inmediato, su postura al sentarse me dio la respuesta:
La mujer no adoptó una postura cómoda. Nadie viaja en taxi cubriéndose el pecho con el brazo plegado y la mano en el hombro opuesto, como abrazándose. Aun así, ella intentaba mostrar cierta naturalidad, mirando la calle distraída a través del cristal. Ahí me di cuenta que detrás de ese gesto ocultaba algo. Por eso mismo, por intentar descifrar qué ocultaba su brazo, frené en seco y entonces ella reaccionó estirando las manos para no darse con el respaldo del asiento. Justo ahí vi la mancha de su blusa. Una mancha violeta, como de vino, a la altura de su pecho izquierdo.
Me disculpé por el frenazo: «¡Uf! Se cruzó un gato», mentí, y al instante ella volvió a cubrirse la mancha con el brazo.
Luego llegamos a su destino, sacó el monedero del bolso y al abrirlo y tenderme un billete de 10€ me fijé en su Abono Transporte. En efecto, había tomado mi taxi para evitar la vergüenza de mostrar aquella mancha en un autobús repleto de viajeros.
No me pareció extraño. Ciertas manchas, más si destacan sobre el fondo blanco impoluto de la camisa, nos hacen sentir sucios, incómodos, torpes, no podemos evitar construir un mundo a alrededor de ellas, no podemos evitar pensar en otra cosa hasta el punto de creernos el centro de atención de conocidos y desconocidos. Contamos los minutos que faltan para llegar a casa y despojarnos de la prenda del delito. Y hasta somos capaces de pagar un suplemento por evitar miradas que reflotan el pudor, aquí el ejemplo.
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Nota: Con la intención de fomentar el uso del taxi y, por consiguiente, de reactivar el consumo, te propongo que manches las camisas de tus compañeros de trabajo. Haz como que se te cae el café encima del de Contabilidad, o tropieza con un rotulador en la mano delante del de Recursos Humanos. Recuerda que somos, los taxistas, el motor económico del país y este pequeño gesto por tu parte podría sacarnos a todos de la crisis. Gracias.
Seguro que te ha sucedido alguna vez. Esa sensación más allá de la mancha.
12 junio 2012 | 00:27
Da igual dónde lleves la mancha o cómo de grande sea…parece que todo el mundo se fija. Por lo general no suelo mancharme, y si lo hago para mi desgracia, suele ocurrir en la parte más sobresaliente (por tamaño, que no por calidad….o sí, jeje) de mi anatonía: efectivamente, el pecho. Y si de por sí, es incómodo que la gente mientras te habla, mire tus tetas en vez de tu cara, cuando tengo una mancha…apaga y vámonos.
Buenas noches y a los ocultos que te leen…que nos dejen mensajito hombre, que lo extrañamos y no cuesta tanto hacer sonreir a unas cuantas. Besazos para el que los quiera…
12 junio 2012 | 00:47
Anda & yo pensando que ibas a escribir
sobre La Mancha de don Quijote, El Toboso,
Alcazar de San Juan, Villacañas, Mota del Cuervo…
Yo también hubiese hecho como ella seguro,
no se puede ir de cualquier forma por la calle
aunque viendo cada uno & cada una…
Está la vida pa tener asiduidad en coger taxis…
«Con la intención de fomentar el uso del taxi…
podiais bajar las tarifas o hacer un bono de taxis…»
Hay veces que no me creo lo que escribes aquí,
pa mí que te lo inventas…
12 junio 2012 | 00:47
odio, odio, ODIO cuando alguna manazas empapa los lavavos de la uni y cuando te agachas plassss el charcazo de agua en toooda la zona del… Vamos, ahí, como si te hubieras meado encima! Qué verguenza :S
12 junio 2012 | 01:21
Dudo mucho que en caso de que tengan vehiculo propio tomen un taxi. De hecho, conozco alguna que otra persona que llevan en el maletero algo de ropa de repuesto bien doblada y preparada para usar por si acaso.
Mejor aun, cuando pases por zonaz de oficinas y ejecutivos, hecha chinchetas y clavitos y tu aparca mas adelante para no sufrir tu propia trampa, seguro que funciona mejor que lo de la mancha y de camino beneficia tambien a los talleres de recauchutados.
Bon dia.
12 junio 2012 | 06:56
Y al ver la mancha, qué viste en su forma? Conociéndote, seguro que una pareja ñigoñigo, ¿que no? jejeje
12 junio 2012 | 07:32
Te has quedado descansao -con el post y, sobretodo, con la Nota ) …pudiendo ir en coche, o en moto k es más práctica, a currar : ¿ Quién va a pillar un taxi ? …más si desde el párking subes directamente en el ascensor a tu piso sin tenerte k cruzar con ningún vecino…por si llevas manchas o hueles a «hot dogs ikenianos»…Echo de menos kurrar sólo por pillar la Scoopy-125 😉 Bon dia a -casi- tod@s !!!
12 junio 2012 | 07:41
A mí me la pela que se fijen en mis manchas (cuando las tenga).
12 junio 2012 | 07:53
Esa, esa no es una mancha para taparla… Hay otras peores… las manchas del alma, esas manchas son las q te marcan y te hacen perderte mirando alrededor sin saber donde estás, y esas, se ven en el reflejo de un frío e impoluto trozo de espejo… ¿Cómo es tu mancha? …
12 junio 2012 | 08:47
En España hay muchas personas, manchadas de ignominio y cuando les descubrimos esa mancha aún se ufanan y alegan que estamos locos o que somos idiotas y muchas de esas personas se mueren con su mancha y la familia les pone una corona que dice tu familia que no te olvida, yo creo que no la olvidan por la mancha o los manchurrones que acompañaron a su vida en los yates, en las mansiones y en los saraos que se tiraban sin escrúpulos por estar tan manchada su historia de mierda.
Ya solo falta un día para S. Antonio y no os voy a perdonar ,insertaré mi increible novela a ver si la leeis todo el mundo ya que es gratis, se llama LA FURIA DEL VIENTO y la pondré en mi Web http://www.antoniolarrosa.com.Ya le he quitado las guarrerias y la he hecho apta para mayores de 29 años o por ahí
12 junio 2012 | 09:22
Con una mancha de vino tan grande conviene no taparse. Si no corres el riesgo de apestar a vino y parecer que te has bebido media Rioja.
Siempre puedes decir la de: «…pasaba al lado un borracho y me lo ha tirado!!!….»
Balones fuera…….como siempre.
12 junio 2012 | 09:42
Sin duda una mancha de sangre, seguramente de su jefe, seguramente de su amante casado después de una mala noticia. Rubor o culpabilidad.
http://esgarracolchas.blogspot.com.es/
12 junio 2012 | 11:15
Vale, pero el café que se lo tomen o se lo tiren en mi bar. Que sommos otros de los motores a cuidar.
12 junio 2012 | 12:37
Sois capaces de llevarlo de casa, de eso nada!
12 junio 2012 | 12:40
Tengo un master en manchas….No tengo una camisa o niki (suena a viejuno) que no tenga una mancha porque el 99 de comidas en casa las hago yo y no utilizo delantal y cuando fries, cuando amasas, cuando… Siempre acaba salpicando.
Yo no me agobio mucho por el tema, digamos que soy así de feliz pero mi mujer me regaña y entonces es cuando le digo «lo siento mucho, me he equivocado, no volverá ocurrir» :).
La vez que lo pasé más mal, estaba en un curro que había una cafetera pero tipo bar y de vez en cuando se tenía que purgar y al desconectar un tubito, toda la camisa manchada de café, Dios que asco!!!!!
Me fui directamente para casa y con un Toner de fotocopiadora también me pasó, esta vez una chica me dejo una camisa blanca y fue la primera vez que me di cuenta que los botones de las chicas están en distinta posición que las camisas de caballeros, jejejej…
Salu2.
12 junio 2012 | 12:57
Una mancha en el lugar
del que acordarme no quiero,
hizo reír al mundo entero
y al poderoso temblar,
A la Lewins.. no sé que más,
practicando una mam.da,
allí en el despacho oval
que le produjo una arcada,
ya que no pudo tragarla,
porque la joven se ahogaba.
Le cayó sobre su pecho,
estando ella arrodillada,
y no en el lecho tumbada.
La mancha le delataba,
no era de vino tinto,
tampoco era mermelada,
y mucho más parecía
que era leche merengada,
y la joven no sabía
como a casa regresar,
desechó hacerlo en un Taxi
ya que al recinto no entraban.
Aún hoy yo me pregunto:
¿Lo haría en coche oficial?
Las mancha en cierto lugar,
aunque sea de vino tinto
nadie las quiere mostrar.
Por eso antes de empezar
hay que ponerse un babero
o al menos un delantal.
12 junio 2012 | 14:53
Ya está. Hecho!!
Acabo de untar a todos los de la ofi con tinta de impresora, así que haz el favor de pasarte por detrás del Ramón y Cajal, que están a punto de abandonar el edificio…. Date prisa que te quedas sin clientes!!! 🙂
12 junio 2012 | 15:17
«Nadie viaja en taxi cubriéndose el pecho con el brazo plegado y la mano en el hombro opuesto, como abrazándose», jajajaja…
PD: jajaja…
12 junio 2012 | 21:14
Le faltó algo de morbo a la historia para remover un poco al personal. Muy plana para lo que nos acostumbras. Ya sabes, que hablen aunque sea mal.
13 junio 2012 | 08:22