Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Ocho segundos

Ana es cardióloga y operó del corazón al que, años después, acabó siendo su marido. Durante aquella intervención el corazón de Carlos se paró ocho largos segundos. Ana no olvidará nunca la sensación de aquel corazón inerte entre sus manos. Lo recuerda cada noche, cuando acaricia la cicatriz en el pecho de Carlos.

Se enamoraron después, en el postoperatorio. Carlos había llegado al hospital de urgencias, víctima de un infarto. Pasó directo de la ambulancia al quirófano. Así pues, cuando Ana le abrió en canal, aún no se conocían. Ella no le había visto antes y Carlos estaba inconsciente, sedado. 

Tiene que ser raro conocer primero por dentro al que será el hombre de tu vida, manipular sus órganos antes incluso de haber escuchado su voz, de haber intercambiado unas palabras. Que a Carlos se le pare el corazón y Ana le salve y al salvarlo también se salve a sí misma. Que ahora el corazón de Ana se acelere cada vez que recuerda esos ocho segundos. Que Carlos le deba la vida a la mujer de su vida. Que Ana pegue su oreja al pecho de Carlos y escuche el corazón de Carlos y se duerma plácidamente con la cadencia de sus latidos.

Ahora, sentados bien juntos en el asiento trasero de mi taxi, después de contarme su historia, bromean:

– No habría surgido el amor si Ana, en lugar de cardióloga, hubiese sido forense. Al menos yo no me habría enamorado de ella.

– Yo me habría enamorado igual. Siempre pensé que calladito estás más guapo.

– A veces creo que Ana, en aquel quirófano, se quedó con mi corazón. Que me lo cambió por otro de repuesto. Y que lo lleva siempre consigo. ¿Me enseñas el bolso?

– Qué tonto eres.

En esto se besaron. Fue un beso de esos que producen arritmias.

54 comentarios

  1. Dice ser Cojonciano Gúguel

    Ni que lo digas, hijo, pwitter. Ahora escribe corto y raro, tal que asín:

    http://youtu.be/s0LkaV-wI9M

    ¿Tú has entendío algo? Pos yo tampoco, empieza con algo de SOL, asín que, seguro que la mu puta se mete con los txabalukos lutxadores por un huniberso más txatxi.

    16 octubre 2011 | 21:30

  2. Dice ser Ahí te equivocas

    El infarto no merece la pena nunca. Ellos son los que la merecen y han sabido sacar algo bueno de algo malo vaya!

    16 octubre 2011 | 22:04

  3. Dice ser Tonet

    Lo extraordinario es posible…
    Precioso 🙂

    16 octubre 2011 | 22:56

  4. Dice ser Sandra

    Ya me emocionaste en su día con la historia de la chica que esperaba en un banco, a la que saludaste diciendo que eras Patrick Bateman. Yome habría sonreído y habrías hecho mi día menos triste, habría mandado a la mierda al capuyo que me hacía esperar por algo que nunca llega. Desde entonces sigo leyendote. Muchas gracias por tus vivencias y la forma que tienes de hacernoslas llegar.

    17 octubre 2011 | 14:14

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