Circulando a trompicones Claudio Coello arriba llamó mi atención una tienda en concreto no por su ropa expuesta, ni por la joven dependienta del otro lado del cristal, sino por su inquietante nombre: Dolores Promesas.
Se presentaba escrito así, sin una coma central y con mayúsculas iniciales, como si de un nombre propio con su correspondiente apellido se tratara. Dolores, en efecto, es nombre común, al menos en la España profunda de los pueblos de antaño (fruto de un parto difícil, tal vez), pero nunca antes había escuchado semejante apellido, Promesas, y en plural, en consonancia con el plural del nombre.
Podría tratarse de un extraño y antagónico juego de palabras camuflado por la solemnidad aséptica del nombre propio: Las Promesas no cumplidas generan Dolor, o Dolores de distinta graduación, según su peso. Tal vez la dueña de aquella tienda (o tiendas, no sé) se llamara, en efecto, Dolores y quisiera Prometer algo a través de sus diseños, o Prometerse o comPrometerse con el Dolor de crear su propio estilo de ropa a partir de la nada, estilo un tanto naïf, por cierto: el Dolor de esas Promesas de la infancia que jamás se cumplieron. Puede que aquellos vestidos del escaparate fueran su método para cubrir o esconder el Dolor que generan las Promesas incumplidas y aferradas a la misma piel, tatuadas con la tinta invisible de la experiencia fallida.
Pensé en todas aquellas promesas que me hice y no se cumplieron. Eran muchas. Son muchas.
Vi un hueco, aparqué y salí del taxi en dirección a esa tienda. Ya dentro, le dije a la dependienta:
– Quiero el vestido rojo.
– ¿El del escaparate? – me preguntó.
– Sí.
– ¿Qué talla?
– Es para… mi mujer. Alta, como yo. Y ancha de hombros – mentí.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
Nota: Escribo este post desde casa, con mi cuerpo embutido en el vestido de Dolores Promesas. Me siento raro. Con los errores de mi pasado a buen recaudo pero con frío en los brazos y en las piernas.
«ya “puestos” (esta palabra no esta ultilizada en el contexto de la entrada de ayer)»
XD, XD, XD
o
🙂 🙂 🙂
P.D.: K lástima k «El Último de la Fila» te parezcan demasiado «blanditos» 😉 ¡K sentido del humor!
01 octubre 2010 | 13:56
No has hablado del calzado,,, Un buen vestido si unos buenos taconazos no dice nada…
01 octubre 2010 | 14:00
¿Y sin pelo?
¿Solo en las piernas y axilas?
http://www.temasarte.com/esculturas-arte-a/brives_mutine/ficha/Bernad-Rives—Mutin%C3%A9.html
01 octubre 2010 | 15:02
Dolores Promesas, es una diseñadora muy original , y todavia mucho mas el texto de sus etiquetas.. una chulada.
buen fin de semana
01 octubre 2010 | 16:21
Buena elección.
Me encanta el vestido y eso que el rojo no es mi color favorito.
¿Cómo te has subido la cremallera?
Tiene pinta de llevarla a la espalda hasta el cuello.
¿Te ha ayudado alguién?
Uhhmmmmmmm!!! 😉
01 octubre 2010 | 16:24
Pero dónde estan mis chicos??
……………………………..
Vestido rojo…… sexy boy.
Buen finde!
https://www.youtube.com/watch?v=jFcV4Mo14Ps
01 octubre 2010 | 17:56
Esjque soy militar y tal
01 octubre 2010 | 19:19
De dolores y promesas esta lleno el mundo, así que quien sabe a que se debe el nombre de esa famosa tienda…
Cuanto a tus dolores que te generan las promesas no cumplidas…tómatelo como experiencias positivas porque… “todo vale la pena si el alma no es pequeña”… y si el vestido rojo tiene la talla adecuada, por supuesto! Jejejeje
Esta noche puedes echar mano de tu botella favorita, y te pones el vestido rojo de las dolorosas promesas con todos los accesorios que te recomendó Sux. Como fondo musical https://www.youtube.com/watch?v=xotoDy5806Y&feature=related
(ya sé que no te gustan “los de colores café’, pero este vale la pena, al menos para mi) y luego te bajas primero un hombro, luego el otroooo…. Mientras una soberbia rubia sentada frente a ti te esboza una sonrisa traviesa jajaja…..y el lunes nos cuentas como terminó el asunto!!! 🙂
Niñas lobas… cuidadin con lo que hacéis el finde!
Que as quiero ver el lunes como unas niñas lindas y educadas, que luego nuestro Lobo se molesta y se larga otros 4 días a ensanchar quien sabe qué…como bien dice Ele eli!
Y que pasa con las otras caperucitas de este rebaño que nunca mas se reportaron? Andarán buscando la abuelita en otros blogs? O se largaron con otro Lobo?
Saludos lobeznos a todas las que están y las que ya vendrán…
02 octubre 2010 | 00:23
Píntate los labios.
02 octubre 2010 | 07:38
Ya imagino lo chula que te veras entallado en vestido rojo… 😛
02 octubre 2010 | 07:50
Hasta la foto… ????, jo, qué morro!!!
Y el texto, quién lo redacta????
02 octubre 2010 | 12:59
Oye ZARA al reves es Araz no se donde coño lees raza.
problemas de dislexia???
02 octubre 2010 | 14:49
Alta como yo y ancha de hombros, no es una talla ni para un hombre ni para una mujer, para empezar.
«Dolores promesas», yo me imagino, quiero decir, lo que se me viene a la cabeza, es a la mujer del hombre de negocios, cargo importante, super ocupado pero que no deja de prometer a la mujer sobre esto y lo otro y la mujer harta de esperar que se cumplan todas esas cosas,…, se refugia en……………………………………………………. «Dolores Promesas». Podría ser…
02 octubre 2010 | 19:59
Jugando con las palabras, no es lo mismo decir «los dolores de piernas» que «las piernas de Dolores».
Saludos 🙂
02 octubre 2010 | 23:22
Dolores Promesa, Pur y Ficación García, Luchino y Visconti… bah! mariconadas ( y valga la redundancia ).
Para cuando dejes el taxi, Simp, y montes una tienda de ropa, toma nota : » Daniel Díaz, diseños exclusivos de Ella para Él «. Te forras, fijo.
03 octubre 2010 | 21:41
Te leo desde hace tiempo gracias a la recomendación de petite Mariona. El sábado tuve que coger un Taxi, cosa que no hago a menudo pero llegaba tarde. El caso es que no pude evitar acordarme de tí (o de tu blog, que es lo que conozco de tí) cuando alcé el brazo para parar el taxi. Me monté en el asiento trasero, pensando que quizá aquella taxista no compartiría tu gusto porque el cliente se siente a su lado. Yo esperaba, por lo que leo por aquí, que fuese como tú (y como la mayoría de taxistas) y me diese conversación. Pues no soltó ni mú. Fueron los 15 minutos más incómodos (y caros) de mi vida. (Exagero mucho, no me lo tengas en cuenta). A lo que voy es a que me hubiera encantado que fueras tú quien me acercase de Serrano al edificio Telefónica y poder comentarte que nunca había visto Metrópolis desde esa perspectiva y lo bonito que me parecía.
Un beso, sigue escribiendo muchas anecdotaxis, anda 🙂
04 octubre 2010 | 00:12
Hola, y porque no mirar las cosas desde otro lado, porque no decir que despues del dolor vienen promesas de cambio, de nuevas oportunidades. Despues del dolor vienen las promesas de no volver a caer, talvez despues del dolor te prometes a ti mismo que esta fue la ultima vez.
Creo que todo depende de la perspectiva con que la veas, y aunque me encanta tu manera de escribir, aveces solo ves las cosas desde una perspectiva, sin muchas vecesdarte la oportunidad de pararte de cabeza, para ver un mundo diferente.
Gracias Daniel por lo que escribes, en muchas ocaciones son mi punto de inspiracion, mil besos
04 octubre 2010 | 21:59